Centenario de la Independencia de México
- Luisa Martínez Baxin
Representaban tiempos modernos, de “progreso”, así considerado el Porfiriato; de bonanza y crecimiento para unos, mientras que de miseria y represión para otros. En el siguiente texto haremos un recorrido histórico sobre el centenario de la Independencia de nuestro país cuando Porfirio Díaz estaba en el cargo.
Desfiles, procesiones, cohetes, repiques, cañonazos, músicas, luces, verbenas, serenatas, exposiciones y borracheras fueron algunos elementos que formaron parte del centenario de la Independencia.
El 1 de abril de 1907, Díaz decretó oficialmente la creación de una Comisión Nacional encargada de organizar los festejos del Centenario, los cuales deberían de verificarse en septiembre de 1910. Esta celebración tendría como finalidad, promover una idea de nación e identidad nacional, se proyectaría hacia el extranjero la imagen de una nación moderna, cosmopolita y progresista haciendo alusión a una nación civilizada. Además, sería un momento para instruir a la población hacia los conceptos básicos de higiene, salud pública y patriotismo.
Con la celebración del Centenario de la Independencia se aprovechó para inaugurar instituciones, edificios, monumentos y avenidas que mostraban la apariencia de un país moderno y cosmopolita. Por decreto presidencial el centenario debería conmemorarse en todo el país con una ceremonia cívica, una procesión cívico- militar o la inauguración de una mejora material en cada poblado de la República.
La Comisión Nacional del Centenario creó 31 comisiones centrales del ámbito estatal, 301 comisiones de distrito y 1615 comisiones municipales encargadas de la organización local de los festejos y la inauguración de las mejoras materiales.
Sin embargo, el espacio fundamental de los festejos de 1910 fue la Ciudad de México y para proyectar esa imagen de modernidad, el ayuntamiento capitalino exhortó a los habitantes de la ciudad a limpiar, pintar, adornar, colocar flores naturales en balcones y ventanas e iluminar con focos y lámparas las fachadas de casas y comercios.
La conmemoración de 1910 tuvo una fuerte difusión. La prensa se dedicó a dar a conocer en notas periódicas y revistas ilustradas los modos de conducir las celebraciones mediante las diversas secretarías y ministerios, tal como se especificaba en el Imparcial el sábado 1 de enero:
“Ya está consagrada la obra del señor general Díaz; pasó el periodo de ser discutido y entró serenamente en la historia”.
Así se inauguraron edificios como el Manicomio General, el Anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria, la Estación Sismológica Central, el Edificio del Ayuntamiento, las Escuelas Normales de Maestros y Maestras la Escuela Nacional de Altos Estudios y los pabellones de España y Japón.
El jueves 15 de septiembre, las banderas ondeaban en los mástiles más altos, la prensa y los fotógrafos hacían acto de aparición en las avenidas Juárez y San Francisco, hasta llegar a Palacio, ruta por la que cruzaría el desfile, llevado a cabo a medio día, organizado por la Comisión Nacional del Centenario. Ya por la noche, los habitantes de la capital e invitados especiales presenciaron en el Zócalo un espectáculo de luz bastante llamativo.
La idea de conmemorar el Centenario de la Independencia surgió precisamente de Porfirio Díaz, y representaba un momento de poder proyectar la imagen de un país interesado por su historia. Eran los últimos días del mes de septiembre y la séptima reelección de Díaz cubriría el periodo de 1 de diciembre de 1910 al 30 de noviembre de 1916, al realizarse esto, tuvo la oportunidad de mencionar que él mismo encabezaría la campaña antimaderista desde el Castillo de Chapultepec, incluso de combatir si fuera necesario, sabemos que no fue así, no tuvo ese privilegio de seguir ocupando la silla presidencial.
A 215 años de la independencia mexicana, los fuegos artificiales, adornos, desfiles, comida típica, música tradicional, la diversión en familia o con amigos siguen siendo un detonante y es representativo de conmemorar las fiestas patrias.
Sin embargo, conforme transcurre el tiempo y los políticos actuales van mostrando sus intereses, en un país donde impera la inseguridad, desapariciones forzadas, un sistema de salud insuficiente sin los medicamentos necesarios, la corrupción, el nepotismo; hay incluso quienes mencionan que no hay nada que conmemorar, gastos innecesarios que pueden servir para atender situaciones urgentes.
Fuentes
Moreno Juárez, Sergio. (2012). La infancia mexicana en los dos centenarios de la independencia nacional (ciudad de México, 1910 y 1921). Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, pp.305-364.
Zurián de la Fuente Carla. (2010). 1910: el año que fuimos centenario. Del festejo a la memoria escrita. Revista Interdisciplinaria del INAH, pp.3-13
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Historiadora y maestra en Estudios Históricos por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Puebla), originaria de San Andrés Tuxtla, Veracruz. Ha realizado trabajo de campo e investigación con relación a la Historia de la Educación.



