Urge política cultural

  • Jorge A. González

La gestor cultural no debe tener colores partidistas, es un profesionista que brinda sus servicios y conocimientos a quienes lo necesitan, como lo hace un abogado o un médico.

Su mayor objetivo es hacer posible el hecho artístico y acercarlo a las mayorías, así como la recuperación de la memoria histórica.

Se trata de una profesión que debe estar ligada a posibilitar el hecho creativo del ser humano en sus diversas expresiones.

Su mayor condicionamiento es el presupuesto, pero es el reto que muchos han sabido resolver a partir de años de experiencia.

El político debe tener visión social pero también cultural.

Quien gobierna, sí debe estar al tanto de que el ciudadano camine por las calles y banquetas en buenas condiciones, limpias y bien trazadas; que tenga, agua, luz, drenaje y espacios recreativos. Todos los servicios.

Pero también ese gobernante debe saber que esa persona que se levanta día a día para trabajar y que transita por la ciudad, también es un ser que tiene derecho a las manifestaciones artísticas: la danza, el teatro, la música, el arte y a la cultura popular.

Y es un derecho tan importante como el derecho a la salud, porque el hombre disfruta, piensa, siente y reflexiona.

En tiempos de crisis en el Estado de Veracruz, de falta de palabra, de falta de transparencia y honorabilidad es necesario más que nunca -en esta sociedad- contrarrestar esos vicios con una política cultural verdadera desde las instituciones.

El acercamiento y la sensibilización de los públicos requieren de profesionales pero también de capacidad y experiencia.

Quien llegue a los espacios culturales de esta nueva administración estatal tendrá que saber dos cosas: Que no es lo mismo la creación de una agenda de eventos artísticos, que las políticas encaminadas a recuperar, enriquecer y acercar a la ciudadanía a nuestra escancie e identidad.

Se ha confundido mucho el termino organizar por el de sensibilizar, y para sensibilizar hay que sentir y comprender; y para eso hay toda una serie de políticas que deben implantarse.

Para conocer, identificar, proyectar y saber qué le hace falta a Veracruz en este rubro, no basta con un diagnóstico sino con una persona capaz de poder resolver y dotar al ciudadano de lo que le haga falta.

Esperemos que esa gran deuda de más de 170 mil millones de pesos que deja hoy esta saliente administración, no termine por enterrar el quehacer cultural en Veracruz.

Creo que estamos en el momento justo en que la sociedad civil, sí cada uno de nosotros camine de la mano junto con las autoridades para poder darle identidad a nuestro estado; es un pendiente de muchos años de las administraciones pasadas.

Pensamos en Querétaro, Puebla, Yucatán, Oaxaca, Guanajuato y son entidades en donde el arte y la cultura son factores no sólo de identidad, sino también de desarrollo social.

Son sitios que identificamos y sabemos cuáles son sus cualidades culturales.En Veracruz vemos carteleras, inmuebles,vehículos, funcionarios, bienales y discursos, muchos discursos; pero no vemos resultados en la población.

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