“Te vas en este momento” le dijo en actitud adusta y en tono prepotente. Sin razones ni motivos. Ese día, se quedó sin empleo.
Siempre será un hecho lamentable cuando se trata de una persona trabajadora, comprometida, de trayectoria y capacidad sobrada.
Eso fue lo que le sucedió hace unos días a la subdirectora de cultura del Ayuntamiento de Veracruz, Ivonne Moreno Uscanga.
Si se evaluara la nómina de la Dirección de Turismo y Cultura nos daríamos cuenta que hay tanto personal que no debería estar ahí, no obstante se deben a compromisos políticos o favores de familia.
La dirección de cultura del municipio porteño arrastra a un grupúsculo de personajes que han estado ahí desde las administraciones priistas de Jon Rementería Sempé, sin que hayan aportado algo nuevo o bueno a Veracruz.
Durante la actual administración que encabeza Ramón Poo Gil, se decidió de manera errónea desde un principio conjuntar las direcciones de Turismo y Cultura.
Esta acción ha hecho que se le haya restado importancia al quehacer cultural, porque resulta más visible y notorio realizar actividades destinadas al turismo.
Este esquema que también prevalece en la administración estatal, ha permitido que se prioricen las acciones encaminadas al turismo, y eso no es malo, hay que decirlo.
El turismo representa derrama económica, inversión y empleos, pero tanto a nivel estatal como municipal la cultura debería tener su propio presupuesto, proyecto y objetivos.
Y no es para menos si hablamos de una ciudad histórica de casi 500 años, cuatro veces heroica, de gran patrimonio arquitectónico e intangible como su música y la danza.
La Dirección de Turismo y Cultura del Ayuntamiento de Veracruz tuvo dos cambios, al inicio de la gestión estuvo en manos de Rosario Arias, quien jamás tuvo el perfil para tal cargo.
La funcionaria hoy despacha como directora del DIF Municipal de Veracruz, quedando en su lugar Juan Bosco Pérez Acasuso, quien es licenciado en Administración Turística.
La coincidencia entre ambos es que son amigos de la familia Poo Gil, la diferencia es que Juan -sobrino del priista Pablo Pérez Kuri- cumple el perfil a medias en lo que se refiere a turismo.
Dentro de la administración pública se ha querido conjuntar el turismo con la cultura, dos disciplinas muy distintas -que pueden o no ir de la mano- pero que siempre se hace con la intención de englobar dos tareas en un mismo presupuesto, más que por implementar un programa estratégico que incluya de manera seria a estas dos áreas.
Esta política más que impulsar la cultura ha sido contradictoria, porque muchas de las actividades que se realizan pretenden venderse como culturales cuando son de corte turístico.
Si bien los estudios más recientes hablan de una relación entre los conceptos de turismo y cultura, que han generado términos como turismo cultural y cultura turística, de ninguna manera deben confundirse.
En el ensayo “Relación entre Turismo y Cultura” del sociólogo por la UNAM Carlos Mario Amaya Molinar, Profesor investigador de la Facultad de Lenguas Extranjeras y de la Escuela de Turismo de la Universidad de Colima, se delimitan ambos conceptos:
Cultura: concebida como el conjunto de fenómenos creado por la especie humana mediante su facultad de usar símbolos, que incluye conocimiento, lenguajes, creencias, costumbres, herramientas, viviendas, arte, moral, ley y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad.
Turismo: entendido como las actividades de personas que se desplazan de su lugar habitual de residencia durante un período menor de un año por motivos de recreación, negocios, salud, religión, estudio o deportes, sin incluir a aquellas personas que se desplazan más por razones forzosas que por voluntad propia.
Para no ir muy lejos sobre esta confusión, recientemente Juan Bosco anunció el apoyo a un concurso de canto, que no es más que un reality show con fines de lucro que se realizará en el centro nocturno Cabaret, y la final en el Teatro Francisco Javier Clavijero, dos escenarios completamente opuestos.
Tendrá esto algo de cultural o de turístico para la ciudadanía veracruzana o visitantes ¿Se interpretarán a autores veracruzanos como: Agustín Lara, Lorenzo Barcelata o Mario Ruiz Armengol?
Y no tenemos nada en contra de estos eventos ni de quienes los organizan, al contrario, que bueno que se apoya al talento veracruazano, pero cuando un evento es lucrativo sin un fin altruista o social sino particular, no hay lugar para el apoyo de las autoridades.
El despido repentino de Ivonne Moreno Uscanga es un golpe duro a la cultura local porque ella representa un fuerte vínculo con la comunidad cultural porteña y las autoridades.
Si alguien sabe del panorama, las necesidades y el camino a seguir para rescatar y dignificar el quehacer cultural en nuestra ciudad es precisamente ella; quien ha dedicado buena parte de su vida a la difusión, divulgación y gestión cultural.
Con su entrega y esfuerzo en el rescate de la literatura, el arte, la danza, el teatro, personajes de la ciudad y de nuestra historia se ha ganado a pulso un lugar dentro de la escena cultural en Veracruz, ese valor al que hoy el Ayuntamiento de Veracruz le da la espalda sin explicación alguna.
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Periodista independiente