Un estado machista

  • Eduardo Barrios
Es momento de comenzar a revertir el problema, el primer paso es reconocer que se tiene un problema.

Hace algunos años tuve la oportunidad de estudiar sobre el género y reconocer elementos relacionados al tema que permanecían absolutamente fuera de mi vista, mucho tengo que agradecerle a la coordinadora de cátedra de aquel espectacular despliegue de revelaciones que tuve por un largo espacio, su nombre, Florencia Cremona.

Con el ánimo de compartir lo que había aprendido, a mi regreso a México, traté de socializar el tema entre compañeras y compañeros de la universidad, me interesaba particularmente el tratamiento que da la prensa al tema del género, entre los cuales, se encuentran las notas referidas a las mujeres.

Me asusté al encontrar, por muy extraño que parezca, una desesperanza y desarticulación social en torno al tema, que terminé por archivar mis intenciones y recoger las herramientas que había puesto a disposición de quien quisiera tomarlas.

El asesinato de Mara Castilla no solo me enfurece, también me indigna y me aflige.

Debemos reconocer que estamos fallando sistemáticamente en el tema, es cierto por ello, lo que declaró Tania Reneaum, Directora Ejecutiva de Amnistía Internacional al señalar que “estamos frente a un contexto que desprecia la vida de las mujeres, y a un Estado machista que tiene una histórica deuda pendiente”

Cierta cada palabra de Reneaum y recupero un fragmento de su discurso para señalar que estamos ante autoridades omisas y empresas que esconden la cara cuando hay problemas, como si emitiendo escuetos comunicados de prensa (en el que, por cierto, hablaron de “fallecimiento” que no de asesinato, como debió haberlo hecho), solucionaran algo o peor aún, dejaran tranquilas a las autoridades para deslindar responsabilidades y aplicar la ley.  

Hay que recordar que de acuerdo con cifras del INGEI, el 66.1 por ciento de las mujeres en nuestro país, ha recibido algún tipo de violencia, grave, muy grave cifra que adorna perfecto el “Estado machista” que nos imputa Amnistía Internacional.

Estamos pues ante una sociedad enferma, enferma de violencia, enferma de omisión, enferma de agresiones y de autoridades que emiten discursos vacíos, una sociedad del sinsentido.

De acuerdo con la periodista San Juana Martínez, las cifras remarcan casi a gritos una alerta roja ante el escandaloso casi 700 por ciento en el que se ha incrementado la violencia contra las mujeres en estados como Nuevo León, Veracruz, Estado de México, Ciudad de México, Puebla y Chihuahua.

Hay que reconocerlo, si, somos un estado machista en donde el problema no se ha articulado para ser atendido, pues al parecer las charlas de una hora que se reportan desde los institutos que protegen y defienden a la mujer, no han sido suficientes para remediar el asunto, tampoco los “esfuerzos” políticos por garantizar los derechos de ellas.

No se hable de la educación en casa, pues por difícil que sea aceptarlo, las mismas mujeres siguen contribuyendo a formar hombres machistas y la bola de nieve se hace más grande con hombres que no han desarrollado sensibilidad hacia el tema.

Los propios hombres en nuestra condición hemos pasado por alto la violencia que también recibimos del  estatus quo que agoniza y que le asignaba o atribuía calificativos excesivos y superiores a los que se les designaban a las mujeres.

Urgente es abordar el tema de género en las escuelas, es momento de comenzar a revertir el problema, el primer paso es reconocer que se tiene un problema y digamos que uno bastante grave.

Estamos pues ante un estado en descomposición y rebasado, con un sistema de gobierno cuyo aparato institucional es incapaz de garantizar la vida de absolutamente nadie.

Usted qué piensa, lo invito a que me deje sus comentarios en mi cuenta de Twitter @EduardoBarrios_, por allá hablamos de todo en digital.

Bits

Como dato interesante puedo comentarles que no me pareció pertinente la acción de las mujeres que encabezaron una marcha en la Ciudad de México en dónde corrieron al periodista Jenaro Villamil de sus filas. Creo que radicalizarse no es una buena opción, antes bien se debe comprender el contexto y avanzar hacia un estado igualitario; con ello se reconoce el problema y se trabaja en la implementación de alternativas de solución.

Importante fue el señalamiento de Villamil, se debe trabajar en general por el respeto a la vida humana, reconociendo las deudas históricas que existen con cada sector.