El escenario de la educación emerge como reto frente a un joven acostumbrado a ser estudiante y que experimenta un nuevo rol. Hoy me permito compartirle algunas reflexiones a propósito de una experiencia que comienzo en la semana.
Se dicen fáciles, pero son veinte años de estar inmerso en la educación de manera formal (y los que faltan), en un sistema educativo con ciertas deficiencias y algunas ventajas como el mexicano, pero que, no representa el todo de un proceso con tantas aristas llamado educación.
Lo que sin duda si representa, es un reto para formular estrategias que permitan cubrir diversas situaciones, es decir, la obligación de cumplir, por ejemplo, ante el sistema educativo, sin que ello represente estar completamente de acuerdo con él y, por otro lado, idear formas de experimentar un aprendizaje significativo dentro y fuera de la educación formal para encontrar conexiones con los sucesos cotidianos, además de combinar ambos mundos para sacar provecho de unas y otras fuentes de conocimiento. Nada se desecha, todo se recicla. De eso estaremos escribiendo borradores en los siguientes meses para compilar algunos aprendizajes.
Analizar, planear y ejecutar también son parte de ese proceso para generar estrategias dentro de las aulas que ayuden a transitar con éxito en aquellos espacios. Aprender a leer los escenarios y actuar con prudencia, todo forma parte del cumulo de experiencias que, con el paso del tiempo, delinearon mecanismos para transitar por el sistema educativo mexicano y que, desde luego, varían de estudiante a estudiante.
La idea me queda clara y no dudo en transmitírsela, el aprendizaje, es permanente, sabemos apenas una gota de agua frente al mar de posibilidades, un átomo frente al universo y pese a ello vamos por la vida estableciendo certezas para reducir la incertidumbre, porque nadie nos dice que son parciales, con el tiempo uno lo va entendido. Hoy lo pertinente es hacernos cargo de nuestro propio aprendizaje.
El reto es comunicar lo anterior con eficiencia y propiciar la acción.
No me corresponde hablar sobre mi desempeño en las aulas, lo que sí quiero compartirles es que, de ese proceso, combinado con cursos, recomendaciones y ciertas expectativas sobre mi propio futuro, me dan fortaleza para iniciar una experiencia desde un lugar distinto, entendiendo que ello representa una alta responsabilidad y compromiso, así como un aprendizaje permanente, que refuerza la idea de que la educación es esperanza, ¿de qué?, de mejores lugares para la vida y seres humanos que ven a los otros como pares.
Comienzo pues, un doble proceso. Por una parte, la puesta en común de ciertos conocimientos, por otra, la adquisición de nuevas experiencias que me permitan seguir acumulando los primeros, ya les iré contando de qué trata exactamente la nueva etapa. Por ahora solamente damos pistas para la reflexión.
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