La evolución tecnológica condiciona cada vez más aspectos de nuestra vida en sociedad, y nos permite aproximarnos a realidades distantes cuya condición parece difuminarse cuando entramos en contacto con actores que nos ayudan a explicar esos fenómenos, con más o menos oportunidad y distinguir en su justa dimensión las aristas de lo que podría ser un fenómeno social complejo.
Esos avances tecnológicos hoy demandan de una sociedad como la mexicana, mayores retos que tienen que ver con la necesidad de apropiarse y diseñar estrategias para incorporarlas en la implementación de políticas públicas, que configuren una visión moderna de estado, entre otras cosas.
Pero esa evolución tecnológica, no implica necesariamente una revolución. Es pues, en la medida en que nos apropiamos de todo aquello, como finalmente la evolución tecnológica permitiría desarrollar una revolución. Esto último se reflejaría en las formas en que lo tecnológico afecta la vida en sociedad, cualesquiera que sean esas formas.
Fíjese usted que un proyecto liderado por la Access Info Europe denominado “Open Government Standards” (Estándares de Gobierno Abierto) lanzado en 2012, hablan, más allá de la discusión del concepto de Gobierno Abierto, sobre la promoción de sus tres pilares: transparencia, participación y rendición de cuentas.
Estos tres pilares son entendidos como a) la disposición de información de actividades de organismos públicos para todos y en formato de datos abiertos (incluyendo entes privados), b) la necesidad de que los ciudadanos puedan participar en las discusiones de políticas públicas de manera efectiva, así como en la toma de decisiones contribuyendo en ideas orientadoras c) la configuración de mecanismos para controlar las acciones de las autoridades.
Los retos de una nación como la mexicana frente a lo que algunos académicos y expertos en el tema han tenido oportunidad de nombrar como “un paradigma emergente de gobernanza” –el concepto de gobierno abierto-, son enormes. Podemos empezar por los grandes índices de corrupción y ausencia de valores democráticos que afectan diversas esferas de nuestra sociedad y que impiden pensar en un Gobierno Abierto, luego terminar dando cuenta de una brecha digital que sigue padeciendo México y la región.
Estos problemas tienen no solamente un gran componente de aspectos educacionales y culturales, sino una importante tarea de formación en valores cívicos. Esto último resalta porque en lugares como Veracruz, aunque exista la puesta en marcha de diversos mecanismos, hace falta sensibilizar a diversos actores para legitimar las acciones de un esfuerzo en la materia. Porque al hablar de formación en valores cívicos, no estamos hablando exclusivamente de las nuevas generaciones, sino de las que están al frente, tomando decisiones y que deben comenzar a separar sus discursos para hacer “la política”, de aquello que demanda un compromiso real y que constituye un “esfuerzo político” para incidir con eficacia y a través del tiempo, en las vidas de nuevas generaciones. Si, en cambio, nos encontramos con funcionarios que claudiquen cómodamente en sus intenciones de transformación frente a la línea impuesta, entonces no hemos comprendido nada del concepto.
Un ciclo que termina y el eterno agradecimiento que perdura
Me permito ocupar apenas una líneas de esta columna para expresar mi profundo agradecimiento al Dr. Genaro Aguirre Aguilar, la Dra. Guadalupe Mar Vázquez y la Mtra. Teresa Arroyo Gopar quienes el viernes pasado tuvieron a bien evaluar mi trabajo de tesis sobre el periodismo digital y otorgarle una mención honorífica. Gracias por sus consejos y asesoría.
Además de estos importantes profesores cuyas carreras reflejan su gran disciplina y enorme compromiso social, a lo largo de mi vida académica he tenido la gran oportunidad de toparme con personas extraordinarias que han contribuido de una manera u otra en mi formación y a quienes no podría enlistar, porque son muchos, a ellos, no tengo otra cosa que decirles más que: gracias. A mi familia, con quienes ya tuve tiempo de celebrar, de igual forma, todo mi agradecimiento, no sería absolutamente nada sin ustedes.
El camino del aprendizaje nunca termina, todo el tiempo aprendemos de todo y de todos. Nos leemos la próxima. Como siempre, les invito a que me sigan en Twitter: @EduardoBarrios_