Coatzintla, Ver.— A ocho meses de registrarse una fuga —presuntamente de Petróleos Mexicanos (Pemex)— en el municipio de Coatzintla, Veracruz, la mancha se expandió varios kilómetros hasta llegar al agua del afluente del que se abastece la comunidad.

Los habitantes de la localidad de Arroyo Florido urgieron el apoyo por parte de Pemex para que se haga la limpieza en la zona, pues aseguran que el problema ya rebasó la capacidad de las familias para contener el hidrocarburo.

“Lo que queremos es agua limpia y médicos que revisen a nuestros hijos y a los abuelitos. El río ya no se puede usar”, expresaron vecinos afectados.

Para los habitantes es urgente contar con agua limpia para su aseo personal y tareas básicas del hogar, pues temen que el contacto con el agua contaminada provoque enfermedades en la piel o afectaciones.

Por ello, los vecinos pidieron la instalación de una unidad médica temporal en la comunidad para dar seguimiento a la salud de niños y adultos mayores, quienes serían los más vulnerables.

De acuerdo con los pobladores, el agua del arroyo —antes utilizada para diversas actividades cotidianas— está cubierta por manchas oscuras de petróleo crudo que afectan la flora y fauna local.

A través de fotografías, fue denunciado el caso. En el material se observa la contaminación del arroyo, con la superficie cubierta por manchas negras y aceitosas.

Perros, tortugas y peces también fueron afectados por los residuos del petróleo, que incluso impregnaron la hierba y se filtraron hacia los pozos de donde toman agua para su consumo y para la limpieza de sus viviendas.

Aunque el problema comenzó desde enero de 2025, fue el pasado 26 de agosto que los habitantes enfrentaron la contaminación ambiental: las lluvias habrían ocasionado que el hidrocarburo se expandiera a lo largo del cauce del arroyo de la zona.

En la comunidad de Arroyo Florido viven alrededor de 390 personas, quienes manifestaron preocupación por el daño ecológico y los riesgos a la salud.

Hasta el momento, los afectados siguen a la espera de una respuesta clara de las autoridades ambientales y de salud para atender la emergencia y evitar mayores consecuencias. (BRLH)