Veracruz, Ver.— Alma Rosa Siles Toral es una de las primeras mujeres que comenzaron a trabajar como taxistas en la zona conurbada Veracruz y Boca del Río. En sus inicios, hace más de 30 años, se enfrentó al rechazo, a las burlas y al machismo.

La taxista resistió en el transporte público por su fuerte temperamento y, a tres décadas de sus inicios en el taxi, continúa recorriendo las calles y avenidas de ambos municipios de la principal zona metropolitana del estado.

Las otras pioneras del gremio de las mujeres ruleteras fueron las ciudadanas María Isabel Ramos Castillo, Estela Morales y una más de nombre Margarita. Las mujeres comenzaron a trabajar como taxistas hace más de 30 años.

Según Alma Rosa, en la actualidad hay entre 30 y 40 mujeres que se desempeñan como conductoras de unidades del transporte público en su modalidad taxi en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.

Para la taxista no fue fácil ser de las primeras mujeres en el gremio, pero abrió las puertas al resto de mujeres taxistas, reconoce a sus 70 años.

Con 32 años de experiencia, Alma Rosa se siente con muchas ganas de seguir ofreciendo servicio de traslado de pasajeros a bordo de su unidad de taxi marcada con el número económico VB-5417. En el día, se dedica a las labores del hogar y durante las tardes labora como taxista.

Su complexión delgada y baja estatura contrastan con su férreo carácter, ese que le hizo ganarse el respeto en un gremio dominado, en número, por hombres y donde el machismo es recurrente.

“Demasiado difícil (sus inicios como taxista), porque usted sabe bien que el machismo no lo veía muy bien a una mujer luchando dignamente.

Hubo ciertos problemas, que siempre van a existir, porque a la mujer la hacen a un lado, pero estoy agradecida de que me dieron esa oportunidad de salir adelante con mis hijos y mi trabajo, entonces, como se dice, luchar contra el enemigo y lo logré”, dice.

Las circunstancias de la vida la pusieron frente al volante. Su esposo falleció y al quedar como jefa de familia y madre de tres hijos, encontró en el taxi una fuente de ingresos hace más de tres décadas.

“La necesidad me hizo trabajar porque enviudé y me quedaron tres hijos que mantener”, comenta.

Alma Rosa comenzó como relevo y con el paso de los años obtuvo la tan anhelada concesión. En la actualidad cuenta con su propio vehículo.

“Me motivó una amiguita de hace muchos años para que trabajara yo con ella, empecé como relevo y ahora afortunadamente, gracias a Dios, ya soy concesionaria”, expresa.

La motivación de Alma Rosa es su familia, pues la impulsa a seguir en un trabajo que ella misma califica como honesto y leal.

“Afortunadamente, no sé si sea por mi carácter, pero la gente cuando se baja del taxi me da bendiciones, eso es muy importante, recibir una bendición, me siento agradecida de que me valoren de esa manera”, comparte.

En el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, invitó a que las ciudadanas rompan barreras, estereotipos y machismo, y que se animen a desempeñarse en cualquier rubro laboral.

“Lograr lo que uno se propone, aun teniendo hijos y seguir luchando hasta el final”, finalizó.