Fortín de las Flores, Ver.- Mediante pruebas de ADN, finalmente se confirmó que, los restos hallados en una fosa al interior de una casa de seguridad en el municipio de Fortín, correspondían a los guardias de seguridad privada, Juan Carlos Elvira Ramírez y Marco Antonio Juárez Gómez, que en abril fueron “levantados” por sujetos armados en Amatlán de los Reyes. 

Apenas el domingo pasado, el Colectivo Familiares de Desaparecidos zona Córdoba-Orizaba, dio a conocer en sus redes sociales que, Marco ya había sido localizado sin vida y se unió a las condolencias a sus familiares, pero sin dar mayores detalles. 

Fue hasta este lunes cuando, la Fiscalía Regional tras análisis y estudios forenses hechos en el municipio de Nogales, confirmó la identidad de Juan Carlos y Marco Antonio, quienes trabajaban como guardias en la empresa Vázquez, ubicada en la carretera federal Córdoba-Veracruz, en la localidad de Rancho Trejo.

Desde el pasado 15 de abril, los guardias habían sido reportados como desaparecidos, luego de que sujetos armados irrumpieron en su lugar de trabajo en el municipio de Amatlán y bajo amenazas los subieron a un vehículo, llevándoselos con rumbo desconocido y perdiendo todo contacto con sus familias. 

Fue el jueves 27 de abril cuando se dio a conocer la localización de una casa de seguridad en el municipio de Fortín, donde agentes de la Policía Ministerial detuvieron a siete personas, rescataron a dos privados de la libertad y encontraron una fosa donde hoy se sabe, habían enterrado a los guardias, pero este dato no fue confirmado en ese momento. 

Entre los siete detenidos en la casa de seguridad de Fortín, están dos personas señaladas de haber participado en el asesinato de director de una escuela de Córdoba, José Alfredo Contreras Balderas. Se dijo que, se trata de miembros de una banda de secuestradores quienes han operado en esta zona centro. 

Los cuerpos de ambos custodios, por quienes también hubo manifestaciones y bloqueo para exigir su búsqueda y localización, fueron entregados este mismo lunes a sus familiares para darles sepultura, luego de que habían intentado todo por rescatarlos, con la esperanza de que regresaran a sus hogares sanos y salvos, lo cual no ocurrió.