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Cumplirá accidente de Anaversa 26 aniversario

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La catástrofe ambiental y de salud ha causado la muerte de más de tres mil personas de cáncer, así como centenares de afectados.

Córdoba, Ver.- La ciudad de Córdoba se prepara para celebrar el próximo 3 de mayo el 26 aniversario del incendio de la fábrica de fertilizantes y pesticidas Agricultura Nacional de Veracruz, S.A. (Anaversa), considerado el peor accidente químico en México.

La catástrofe ambiental y de salud ha causado la muerte de más de tres mil personas de cáncer, así como centenares de afectados que siguen padeciendo los efectos de la contaminación generada por esta fábrica.

Fue el 3 de mayo de1991, cuando se registró un corto circuito en la que fuera Anaversa, ubicada en la prolongación de la avenida 11, entre las calles 21 y 23, a 1.30 kilómetros del Centro Histórico.

En el accidente se mezclaron, quemaron y esparcieron al menos 18 mil litros de paratión metílico, 8 mil litros de paraquat, mil 500 litros de pentaclorofeno y 3 mil litros de 2.4D, plaguicidas de alta toxicidad que en 1991 eran ilegales en Estados Unidos, Canadá y la mayor parte de los países europeos, pero que en México seguían siendo utilizados indiscriminadamente, a pesar de que en teoría, muchos también estaban prohibidos o restringidos.

La dirección de Comunicación de la Ciencia, Universidad Veracruzana, realizó, a cargo de Eliseo Hernández Gutiérrez, una edición sobre el desastre ambiental provocado por Anaversa.

Aquí explica que en el libro México Tóxico. Emergencias químicas, escrito por Lilia América Albert y Marisa Jacott (2015, Siglo XXI), hay un capítulo dedicado a esta emergencia química: “Anaversa, un crimen impune”, en el que se explica con detalle el episodio, las acciones de atención que se realizaron, las responsabilidades y omisiones de diversas autoridades, concluyendo con reflexiones sobre las enseñanzas que deben aplicarse para evitar otro suceso de tal magnitud.

En el análisis, el autor señala que el percance de Anaversa ha acarreado fuertes costos ambientales y sociales, especialmente daños a la salud, así como un gran y prolongado sufrimiento humano. A pesar de que la evidencia científica probó que las sustancias que se formulaban y las que se produjeron por el incendio generaron diversas enfermedades mortales, ni la empresa ni el gobierno reconocieron a ninguna persona como víctima de la tragedia.

Al no reconocerse a ningún damnificado, no existieron tratamientos ni indemnizaciones.

El predio, ubicado en el Barrio de Las Estaciones, fue abandonado después del accidente, ni los particulares ni el gobierno se hicieron cargo de su remediación. Actualmente se lee en el portón de la propiedad: “Se vende, 3600 m2”, cuando después del desastre se pintó en el mismo portón: “Contaminado, No se vende”.

En el 2016 un grupo de trabajadores comenzó a realizar limpieza en el lugar, pero muy pronto la idea fue suspendida gracias a la movilización social, pues se alertó que pese al tiempo transcurrido continúa siendo un sitio dañino para la población.

Las autoridades municipales de Córdoba clausuraron la demolición del inmueble, aunque ésta llegó tarde, pues hubo una demolición casi total y durante los trabajos se produjeron polvos y residuos que expusieron por segunda ocasión a la población a contaminantes sumamente tóxicos de manera masiva.

Además, los escombros fueron sacados sin protocolo alguno a otro sitio; testigos denunciaron que fueron tirados en un predio baldío de la colonia Paraíso y que los vecinos que desconocían su origen empezaron a llevarse materiales contaminados.

Avc

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