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Bordados por la paz es un homenaje a los ausentes: Rosa Borrás
Xalapa, Ver.- Bordar pañuelos con los nombres de personas desaparecidas o asesinadas, es para la artista plástica Rosa Borrás, una manera de expresar la rabia contra la impunidad que rodea estos hechos; pero también, una homenaje a los ausentes y una manera de solidarizarse con las familias de las víctimas.
“Bordar me permite expresar esta rabia y este enojo que siento por la situación de violencia actual. Es una especie de manifestación pacífica y es una ofrenda que yo hago a todos estos muertos y muertas. Es dejar testimonio”.
Borrás, nacida en 1963 en el Distrito Federal, tiene integrado el hábito de bordar por herencia de su madre y su abuela. Por eso, se incluyó rápidamente en el proyecto “Bordando por la paz: una víctima, un pañuelo”, que colectivos sociales, impulsaron en el 2010, en la ciudad de México.
Aunque sus disciplinas favoritas son la acuarela y el dibujo, la artista, que actualmente vive en Puebla, dijo que una vez que dejó de participar con estos colectivos para concluir otros proyectos artísticos que tenía en mente, decidió continuar bordando por su cuenta.
Aunque no precisa un número de pañuelos bordados, dice que desde 2011 no ha dejado de bordar pañuelos, muchos de los cuales han sido entregado a las familias de las personas desaparecidas o asesinadas.
“Los feminicidios han incrementado brutalmente en todos los estados, en todo el país; el número de periodistas asesinados ha incrementado muchísimo en los últimos dos sexenios y hablar de cifras es justo lo que no queremos, porque tienen nombres".
Entre los casos más emblemáticos a los cuales ha dedica un bordado, destacan: los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, los niños de la guardería ABC, a los ancianos que murieron en un asilo en Baja California.
"Querido diario", la muerte trasladada al arte
Ahora, uno de los proyectos más interesantes de Rosa Borrás es quizás “Querido Diario”, un diario que habla sobre el feminicidio en México.
“Se trata de un compilado de historias de feminicidios que hice con materiales de vestido de novia. Razo y tul básicamente. Lentejuelas, hilos de seda y pelusa que suele acumularse en el filtro de la lavadora”.
La obra describe en cada página un día de las víctimas, una historia de amor y desamor.
“Son imágenes muy simples. Hay un ojo golpeado, hay una boca cosida, hay una cama, hay enseres domésticos, una mano cortada y hay un cuerpo mutilado. Suena muy grotesco decirlo así pero las imágenes son muy finas y entonces genera un sentimiento como de angustia pero al mismo tiempo está finamente bordado”.
Rosa Borrás dice que con todo el tiempo dedicado al bordado tiene “la sensación de que nadie está protegido, todos somos vulnerables y sería muy difícil obtener justicia ante un hecho violento. Pero, también me deja esta sensación de esperanza, de seguir trabajando por la paz”.
La artista plástica que concibe su actividad como un acto de solidaridad y empatía con las familias de las víctimas, sabe que en términos artísticos el bordado siempre ha sido visto como un arte menor, y por lo tanto, no ha sido aceptado en las galerías.
Sin embargo, como artista se dijo complacida de que su trabajo sea aceptado por la sociedad y de que se haya despertado un interés por el bordado colectivo e individual.
Rosa Borrás inauguró este martes una exposición en la USBI Xalapa, como parte del foro Diálogos por la Paz que organiza la Universidad Veracruzana.