- Sociedad
Ayotzinapa es "luto, indignación, enojo e impotencia": Iglesia
Los reprobables actos inhumanos perpetrados en Iguala en contra de los normalistas de Ayotzinapa han llenado de luto, indignación, enojo e impotencia nuestro país. Las sombras de la muerte se han mostrado en su peor expresión; los crímenes aumentan las cifras, y hasta ahora pareciera que las autoridades están siendo rebasadas. Hay muchos crímenes pero no aparecen los criminales. Solo fantasmas y presuntos implicados. La historia sigue siendo la misma, los criminales se escapan antes de que llegue la justicia. El discurso oficial sigue solo prometiendo que se castigará a los responsables.
El optimismo que se anunciaba con las reformas estructurales, no resistió este otro movimiento que se gesta por el contubernio y la complicidad entre autoridades y delincuentes que sigue golpeando a la sociedad y deja detrás de sí sospechas y desconfianza. Necesitamos renovar el corazón, no sólo las leyes.
Mientras el tiempo corre, en diferentes ángulos de nuestro País se están registrando movilizaciones y manifestaciones de estudiantes, de organizaciones civiles y familiares de las víctimas para exigir JUSTICIA para los jóvenes cruelmente asesinados y desaparecidos. Los diferentes actores sociales se lamentan estas horrendas expresiones de violencia y no existen respuestas satisfactorias.
Un día antes de la masacre en Iguala, Guerrero, los Obispos del Estado de Veracruz dieron a conocer a los medios el comunicado pastoral: MI FAMILIA ORA CON MARÍA, POR LA PAZ Y LA UNIDAD. Se trata de una iniciativa que nos impulsa a “colaborar para restaurar la salud y la unidad en las familias, así como la seguridad y la paz de nuestra sociedad veracruzana”. También en nuestro Estado hay sombras de muerte, gente torturada y brutalmente masacrada, el fantasma de la desconfianza y la sospecha va ganado espacio entre los veracruzanos. Por ello los prelados de la Provincia Eclesiástica de Xalapa convocaron a todos los fieles de la grey católica a vivir el espíritu de la oración confiada, pacificadora y alegre dirigida a Dios en comunión con María, la reina de la Paz y de la familia.
Los dos signos concretos que buscan fortalecer nuestro deseo y compromiso por la paz son el REZO DEL ÁNGELUS Y LA ORACION POR LA PAZ. La recitación del Ángelus se llevará a cabo al mediodía. Para ello el repique de las campanas nos lo recordará. Los fieles cristianos podrán unirse desde sus hogares, lugares de trabajo o en los templos. La oración por la Paz, puede hacerse al final de las misas o en otros momentos oportunos. Los Obispos señalan que junto a estos dos ejercicios de piedad también están las horas eucarísticas, el rezo del Santo Rosario y la oferta frecuente de espacios y horarios para que los feligreses acudan al sacramento de la Reconciliación que es fuente de paz. La fuerza de la oración puede transformar los corazones rebeldes.
La oración nos mueve a ser constructores de paz. “La oración abre y dispone el corazón para una profunda relación con Dios y para el encuentro con el prójimo, inspirado por sentimientos de respeto, confianza, comprensión, estima y amor” Quien ora apaga la violencia, se convierte en agente de reconciliación y de paz comunitaria. Que en Cristo nuestra Paz, Veracruz tenga vida Digna.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Oficina de Comunicación Social
Arquidiócesis de Xalapa
Director