Xalapa, Ver.— La caficultura veracruzana —emblema cultural y motor económico del estado— enfrenta una crisis que amenazaría su permanencia. Campesinos y productores de la región central exigen medidas concretas que salven al sector del colapso.

Cirilo Elotlán Díaz, del Consejo Regional del Café de Coatepec, en manifestación este lunes 20 de octubre que regiones como Coatepec, Xico y Teocelo sufren una caída drástica en la rentabilidad del cultivo.

El desplome de los precios internacionales del café, dominados por la oferta global y la intermediación de grandes empresas transnacionales, habría dejado a los pequeños productores con ingresos insuficientes.

“La situación es insostenible. Los pagos que reciben los caficultores no cubren ni los costos básicos de producción”, denunció Elotlán Díaz frente al palacio de gobierno en la ciudad de Xalapa.

La mayoría de los caficultores serían adultos mayores, y la escasez de mano de obra calificada habría encarecido los procesos de recolección.

“El abandono de las parcelas es cada vez más común. Sin relevo generacional ni apoyo técnico, el futuro del café veracruzano está en riesgo”, advirtió Elotlán.

Precios justos y apoyo gubernamental, exigen caficultores

Los caficultores demandan esquemas de precios justos, incentivos para agregar valor al producto y programas de asistencia técnica y financiamiento que les permitan adaptarse al cambio climático y adoptar prácticas sostenibles.

“La caficultura no solo representa una fuente de empleo para miles de familias, sino también un patrimonio agrícola y cultural que define la identidad de la región. Su preservación, advierten los productores, requiere más que discursos: exige compromiso, inversión y voluntad política”, explicaron los productores. 

El cambio climático también habría intensificado los retos: sequías prolongadas y plagas como la roya han mermado la productividad de los cafetales, afectando directamente a quienes dependen de esta actividad.

El impacto va más allá de lo económico. La falta de ingresos y el escaso atractivo del trabajo agrícola estaría provocando un éxodo de jóvenes hacia Estados Unidos, dejando un vacío generacional en el campo.

Aunque Veracruz sigue siendo un productor relevante a nivel nacional, el panorama exige una intervención urgente y coordinada de los gobiernos federal y estatal.