- Veracruz
Casa MAM, refugio para mujeres con cáncer de mama en Veracruz
Veracruz, Ver.- Casa MAM es un inmueble grande ubicado en el bulevar Manuel Ávila Camacho, entre las calles Mina e Iturbide, frente al mar del puerto de Veracruz. Tiene cinco niveles, once cuartos y guarda entre sus paredes decenas de historias de mujeres que han padecido cáncer de mama, a algunas se les sigue viendo en el lugar y otras más han partido, pero vivieron acompañadas sus últimos días.
A ocho años de ser fundada por Roxana Guízar, Casa MAM podría tener los días contados, pues un empresario desea comprar el terreno donde la casa fue erigida para construir un edificio, al tratarse de una de las zonas con mayor plusvalía en la zona conurbada.
Su fundadora y las activistas que con ella participan tienen la intención de comprar el terreno e impedir que las mujeres que actualmente son atendidas allí se queden sin el apoyo que les ha brindado Casa MAM.
Flor Oros es una de las mujeres que ha encontrado refugio la casa color rosa ubicada frente al mar, dónde decenas de veracruzanas más también lo hacen, pues el estado repunta en casos año con año, tan solo en 2023, fueron diagnosticados mil 243 casos nuevos, mientras que en el 2024, con corte a la semana 29, ya suman 504 detecciones, de acuerdo con el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud federal.
“Casa Mam, para mí es y será el lugar donde pude llegar a conocer a mujeres, que aun ante la adversidad en su vida misma, se han atrevido a ayudar, apoyar, encaminar y hasta prestar sus alas para que otras tantas más se sientan cobijadas, rodeadas de empatía, sororidad, amor”, expresó Flor.
Ella aseguró que gracias a todos los que forman Casa Mam, no pasó tiempo de soledad física durante su enfermedad.
Esmeralda Toral es otra de las integrantes de esta comunidad, ella recuerda cuando llegó a casa MAM, la recibió Maricela y le dio unas palabras que le tocaron el corazón.
“Desde ese momento supe que ahí encontraría el lugar perfecto para poder llevar a cabo el proceso del cáncer de mama. Esto nos mantiene unidas a todas las que formamos esta hermosa casa y que encontramos aquí la forma de ser felices en primer lugar, el sentirnos empoderadas, apoyadas, útiles, y sobre todo saber que nuestras dudas serán atendidas con toda certeza”, recordó.
Mientras que para Magally, Casa Mam fue el lugar en donde su vida volvió a cobrar sentido luego de recibir el terrible diagnóstico, y Alam Ruth aseguró ella ha encontrado una fuente de apoyo emocional en un lugar acogedor rodeado de mujeres que, como ella, están en una lucha.
Jessica, otra de las pacientes, conoció Casa MAM al inicio de su tratamiento y lo describe como un lugar seguro, un “faro en la oscuridad”, y un lugar en donde sabe, siempre será bienvenida.
EN RIESGO
Desde hace algunos meses, Roxana supo de la intención de un empresario de comprar la casa en donde ahora tienen su sede. Este empresario es propietario de un terreno que colinda con Casa MAM y tenía la intención de construir un edificio.
“Ya compró la parte de atrás. Lo que me comentó el doctor (el dueño de la vivienda) es que las medidas que tiene el terreno no son suficientes para hacer un edificio, a fuerza necesita este terreno”, explicó.
Roxana indicó que el dueño ya habló con ellas y les dijo que él no le venderá la casa, mientras viva, a este empresario.
Pero sí está dispuesto a venderlas a ellas para que Casa MAM siga su labor ahí. El monto es de 5 millones de pesos, mucho menos de lo que la vivienda vale realmente en el mercado de bienes raíces de la zona.
“Hay mucha presión porque sabemos que el dueño ya es grande, que el día de mañana igual sus hijos deciden vender. Entonces la idea surge de que podamos comprarla nosotros. El dueño quiere vendernos a costo de terreno, para que podamos pagarla, a él le encanta la labor que hacemos aquí”, dijo la activista.
LA CAMPAÑA
Es así como en redes sociales han comenzado una campaña de recaudación de fondos, que también se ha replicado a través de la plataforma Go Found Me.
“Si 50 mil personas nos donan 100 pesos con eso la podemos comprar y no tendremos miedo de que la vendan”, dijo Roxana, fundadora de Casa MAM.
Han buscado a influencers para que les ayuden a ser embajadores de esta campaña, y lograr recaudar los 5 millones necesarios para la adquisición de la vivienda, sin embargo, todavía no llegan a la meta.
Roxana considera que si pierden esta casa que ahora es la sede de Casa MAM, no podría continuar.
“Yo no ubico la asociación en otro lado. Es el lugar de ellas, es su refugio, tenemos los lugares que requerimos, estamos en una ubicación donde todo mundo puede venir. Yo he platicado con las chicas, yo no sé si en ese momento (si pierden la casa por alguna venta) yo a lo mejor le paro”, dijo.
LA HISTORIA Y EL CORAZÓN DETRÁS CASA MAM
A inicios del 2014, Casa MAM no existía, solo había cimientos del gran proyecto que es hoy en la imaginación de Roxana Guízar.
Un día encontró el sitio perfecto que encajaba con lo que ella quería y las mujeres que llegarían necesitaban. Era una bonita casa con una ubicación privilegiada. Entonces, todos los muros estaban pintados de blanco, y tenía un gran letrero de “Se Renta” con letras negras.
“Pasé por aquí y vi la casota”, suspira entre risas.
Cuando Roxana se percató del inmueble, de inmediato pensó en lo que había platicado con Jaime Navarrete, un oncólogo del Hospital Regional de Veracruz; respecto a la urgencia que había de un centro de diagnóstico integral del cáncer de mama en Veracruz.
“Entonces, hace ocho años, Jaime Navarrete, oncólogo del Regional nos dijo que mujeres se morían porque no había diagnóstico oportuno, porque no servía el mastógrafo. A partir de entonces surge la idea de crear este centro de diagnóstico oportuno donde podíamos darles ultrasonidos, mastografías y biopsias, todo en tres días, un diagnóstico rápido que salva vidas”, recordó.
Durante los seis años anteriores, Roxana había estado trabajando en su grupo Mujeres Apoyando Mujeres, constituido el 8 de marzo del 2010. Sin embargo, era muy consciente de la necesidad de un lugar, en donde poder concentrar todos los esfuerzos, y para ella, esa enorme casa blanca y, antigua, estaba justo en el lugar ideal.
Entonces se decidió, llamó por teléfono a la inmobiliaria que la publicitaba. Pedían 30 mil pesos de renta, imposible de pagar para ella. Lo dejó un tiempo, pero luego, la inquietud volvió y comenzó a investigar. Dio con el número del propietario y le llamó.
El dueño de la vivienda resultó ser un médico, cuando Roxana le contó para lo que requería la casa, él estaba encantado; le contó que la vivienda era más grande por dentro de lo que parecía por fuera, por lo que tendría todo el espacio necesario para el centro de diagnóstico. Y fue más allá, le dijo que podía disminuir el costo de la renta en 10 mil pesos, quedando en 20 mil al mes.
“No parece que tiene cinco niveles, son once espacios”, dijo.
Y así empezó a trabajar. Su primera meta fue juntar los 40 mil pesos, que se requería de depósito y adelanto para garantizar el inmueble. Ella siempre ha trabajado en el sector turismo y restaurantero, así que comenzó a usar sus ahorros para cumplir este sueño.
Sueño que surgió porque Roxana perdió a su madre, víctima del cáncer de mama, en una época en donde no había tanta apertura y apoyo para salvarle la vida. Ella vio como la salud de su madre se deterioró con rapidez, hasta que no pudo hacer más por ella y tuvo que despedirla.
“La casa estaba un poquito maltratada porque estaba abandonada. Yo solita empecé a pintarla. Compraba la pintura botecito por botecito”, recuerda entre risas.
“Me fui trayendo muebles, luego me traje unos cajoncitos de madera, los pinté y así poco a poco empezamos”, recordó.
La primera cuenta del banco de la asociación, se creó con mil 500 pesos que les donó un amigo cercano.
“De ahí empezamos a hacer las carreras y con eso compré la sala, unos sillones rosas, que mandamos a hacer por 19 mil pesos”, expresó, esos sillones, siguen ahí, y son parte de la identidad de Casa MAM.
Con el tiempo todo tomó forma. Roxana decoró todo con color rosa, el distintivo de la lucha contra el cáncer de mama, y lo combinó con blanco.
Y así comenzó la historia de este inmueble, que no solo significa muchísimo para Roxana sino también para todas las mujeres y sus familias que han sido tratadas ahí, y también han encontrado en este espacio, y entre otras mujeres, el apoyo médico y emocional necesario para transitar la difícil etapa que representa el cáncer.
Esmeralda, una de las mujeres entrevistadas por e-consulta Veracruz, y quien se atiende en este lugar, afirmó que todas las actividades que realiza Roxana en casa MAM, como fundadora, administradora y organizadora de muchas actividades para conseguir fondos, resulta admirable, pues tiene tiempo para todo.
“El amor que es capaz de dar y proyectar, esto, nos mantiene unidas a todas las que formamos esta hermosa casa y que encontramos aquí la forma de ser felices en primer lugar, el sentirnos empoderadas, apoyadas, útiles, y sobre todo saber que nuestras dudas serán atendidas con toda certeza”, dijo.
Su compañera, Jaqueline Manzárraga, narró haber hallado en Casa MAM la fortaleza que necesitaba para transitar por el camino del cáncer.
“Casa MAM tiene un corazón y ese corazón se llama Roxana, sin ella el proyecto de Mujeres apoyando Mujeres no tendría sentido. Quien llega a Casa MAM recibe la fortaleza que un enemigo común nos ha robado, es un sitio rosa”, afirmó la mujer.
Si deseas formar parte de la iniciativa, puedes donar aquí: https://gofund.me/fd8b8a56