Los nuevos ladrones

  • Alberto Delgado

El medio día de este jueves, dos personas armadas asaltaron un banco en Carrillo Puerto, a una cuadra de Palacio de Gobierno, y como a dos de la Torre Central de la Secretaría de Seguridad Pública del estado. Los ladrones se fueron del lugar caminando,  no hubo detenidos. ¿Por qué? Pues porque nadie gobierna en Palacio de Gobierno ni nadie vigila desde la Torre (¿Qué no para eso eran las torres?)

El jueves al medio día, amable lector, la mayoría de los reporteros que trabajan en Xalapa nos encontrábamos en la Plaza Regina, conmemorando un año más del cobarde asesinato de la reportera Regina Martínez. Junto, había  una manifestación de familiares de músicos a los que el gobierno (también) les debe. Acompañándonos, como siempre, se encontraba un número indeterminado de “orejas” o “informadores”, esos oscuros seres que ya están en todos lados, en su mayoría personal de SSP, que tienen como labor principal la de informar a sus jefes en el momento lo que está sucediendo. Dije número indeterminado porque realmente me ha dado flojera contar. Pero fácil hay como treinta de ellos.

Además de los “orejas”, en el centro de Xalapa hay muchos policías uniformados, Policía Vial, patrullas, cámaras de vigilancia, hasta binomios perro-policía, todos listos para “proteger a los veracruzanos de la delincuencia”.

Recordemos que el 10 de marzo, en otra sucursal del mismo banco, a medio día, durante otra manifestación,  un tipo disfrazado de Freddy Krueger llevó a cabo un asalto con idéntico resultado. Nunca supieron de quién se trataba y seguramente mientras usted lee esto, el ratero está disfrutando el botín.

  El Secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez,  ha demostrado una gran cantidad de veces que lo suyo, lo suyo, su talento principal, su fuerte, es uno de los grandes misterios de la humanidad. Yo creo que ya hasta se cansó de buscarlo. Mientras tanto, trabaja como Secretario de Seguridad Pública. Y no da una. Entre sus acciones importantes  recientes, se cuenta que hizo una prueba piloto para volver pescadería el edificio central de la SSP, pero el proyecto no prosperó.

Pero no seamos tan duros con la autoridad. Tal vez no se trate de que nuestro “bien intencionado”  Bermúdez sea un bueno para nada. Mi hipótesis principal es que estamos volviendo a esas épocas en que para los ladrones, robar no sólo era cosa de dinero, sino de un sello personal, un legado; asaltar un banco a medio día, en pleno centro de Xalapa, con el tránsito colapsado, en las narices de la “policía mejor equipada del país”, a cualquiera de nosotros nos parecería una estupidez. A estos nuevos ladrones les parece un reto. Espero no siga esta tendencia y cada vez busquen retos más fuertes o hagan cosas más extravagantes. Porque estos “nuevos ladrones” parece que están buscando cosas para divertirse, entre ellas,  la cara que pone en los “pinches medios” el Secretario de Seguridad Pública, que, como algún personaje de película, “no sabe de miedo… no sabe de peligro… no sabe de nada”.

Lo Bueno de: Los viejos ladrones

Los viejos ladrones eran leyendas. Era terrible que se dedicaran a asaltar gente de forma violenta, pero era interesante todo lo que les rodeaba. De Robin Hood a “Chucho el Roto”, nos dejaron desde los corazones rotos de chicas que querían ser raptadas por el célebre ratero hasta corridos, poemas y canciones. Por eso aquí recordaremos una de las mejores rolas del gran “Profeta del Nopal” Rockdrigo González, acerca de estos ladrones: Disfruten el “Asalto Chido”

Por otro lado, se me dijo que este espacio era para lo que me viniera en gana escribir. Así que hoy escribo un abrazo para mi Elfo, que está cumpliendo años y, como todos los días, lo celebro. Y no tengo a mi disposición dinero público, porque de tenerlo, hasta le hacía su estatua en la Avenida Xalapa.

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