Pambolero de finales

  • Alberto Delgado
No caiga en las artimañas publicitarias acerca de la Selección. No va a haber “quinto partido"...

Este fin de semana, que el Real Madrid ganó “La Champions”, el mundo se pudo dar cuenta de que si hay algo más viral que la política electoral, se llama futbol y desde ese momento hasta que termine el Mundial de Rusia, no se va a hablar de otra cosa. La agenda mundial puede ser un problema, sobre todo si a usted, como a mí, no le gusta el futbol.  Por eso desde esta columna, que está para ayudarlo, le ofrecemos una opción para que no se pierda en las noticias y  para no sentirse bombardeado por los medios digitales. Mi propuesta es: vuélvase pambolero de finales. Si no puede con el enemigo, únase a él, pero poquito.

Como usted seguramente sabe (y si no estos datos le servirán), el futbol surgió a finales de la Edad Media en las islas británicas, aunque fue hasta el siglo XVII que los juegos de equipo tomaron formas más o menos definidas. En el mismo siglo, pero en Paraguay, en territorio Guaraní, se practicaban deportes en los que una pelota era impulsada con los pies, y no fue sino hasta 1848, en la Universidad de Cambridge, que se adoptó un conjunto de reglas muy parecidas a las que se tienen en el futbol actual. Sin embargo, la fecha que se ha declarado el nacimiento del futbol es el 26 de octubre de 1863, cuando se reunió por primera vez la Football Association. Respecto a los mundiales, el primero, que lo ganó Uruguay, se celebró en 1929. Desde entonces, el fut es el deporte más popular de la tierra. ¿Por qué? Por muchas cosas, pero creo que la principal es que solo se necesita un balón para jugarlo.

Mi historia personal con el futbol es mucho menos gloriosa que la de los mundiales de futbol. Como le contaba líneas arriba, el futbol en algún momento me gustó, asistía a las “cascaritas” o a los “gol para” con entusiasmo, veía con emoción los juegos de Maradona y de Hugol. El primer mundial que recuerdo bien, fue el de 1986. Del de 1982 solo recuerdo a “Naranjito” (la mascota). Y el año del mundial de México, aprendí lo que es la maravilla del futbol viendo a Maradona y lo que es la tristeza viendo a nuestra Selección Nacional.

Para todo mexicano, la Selección Nacional es de los primeros contactos que tenemos con la decepción y el corazón roto. Así que desde ese mismo año empezó un distanciamiento con el futbol que llegó a su punto más álgido en mi segundo semestre de la universidad: una tarde que me dirigía a la USBI, al equipo de la Facultad de Antropología le faltaba un jugador, y un cuate que me vio pasar, me alcanzó y me invitó a jugar. No pude decirle que no, porque el uniforme era una playera de Brasil, así que entré a la cancha. En la primera jugada, tuve la oportunidad perfecta para anotar. Sin mucho pensarlo, frente a la puerta rival, disparé el balón con mucha fuerza, y al mismo tiempo, el portero hacía lo mismo con mi pierna, causando una fractura de tibia y peroné que me llevó a dormir al CEM y a tener partes metálicas en la pata derecha. Fin del juego.

Usted comprenderá que en una circunstancia así, es difícil hacer las paces con el futbol. Pero también es innegable que en los próximos días no se hablará de otra cosa. Líneas arriba habíamos manejado el concepto de “pambolero de finales” y ahorita le explico en qué consiste ser uno:

- Como su nombre lo indica, este tipo de pambolero solo verá la final (si usted quiere, puede ver la semifinal, para tener más contexto) del certamen en cuestión (también aplica a las novelas y a todo lo que pueda estar de moda, tome en cuenta que si los equipos llegaron hasta allí, es porque fueron mejores que los demás, por lo que no vale mucho la pena ocuparse de ellos.

- Comentar en redes sociales el evento en cuestión. Dado que un pambolero de finales no vio todo el proceso, puede tener una visión fresca de lo que se está hablando, y aportar un punto de vista diferente a todos los demás. Solo no abuse, porque exhibirá su falta de conocimientos al respecto.

- No caiga en las artimañas publicitarias acerca de la Selección Nacional. No va a haber “quinto partido”, así que no se emocione, porque probablemente se vuelva a decepcionar.

- Compórtese con naturalidad. Como si usted supiera el porqué de la presencia de esos equipos en la final. Así evitará que pamboleros con buenas intenciones e iniciativa le llenen de datos que usted evidentemente no quiere saber.

- No juzgue a los pamboleros y trate de disfrutar el juego sin tintes políticos. Si los funcionarios van a vender el país, a soltar delincuentes, a pactar nuestro exterminio, lo van a hacer por más que usted esté viendo a Aristegui.

Como verá, no es nada difícil pasar esta temporada pambolera, solo requiere un poco de tolerancia y buen humor. Después de eso y de las elecciones, tal vez podamos alcanzar algo parecido a la “normalidad”. Mi recomendación musical será bien pambolera. El cantante argentino Rodrigo dedicó este rolón a Diego Armando Maradona en 2011. Súbale a la música, nos leemos el lunes. 

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