Está claro que la mayoría de mexicanos quieren que termine su sexenio. Es evidente, también, que los pocos que no lo han expresado, desean termine bien su mandato, para bien de México.
¿Entonces por qué la consulta del 10 de abril?
Mandato, viene de mandar, pero solo se gesta en la confianza, el optimismo y la solidaridad. En asuntos de gobierno esto es más que obligado. Cuando el elector concede su confianza lo hace pensando que le irá mejor y que se firma un contrato, en el cual, gobernados mandan y gobernantes obedecen, es un ejercicio de solidaridad efectiva, activa, y sobre todo eficiente.
Mandato, como se le llama al periodo de gobierno, debe entenderse, siempre, como ese ejercicio mutuo, corresponsable y copartícipe. Para bien, o para mal.
Por eso, cuando la ley dice que el pueblo tiene derecho de revocar o retirar, la confianza a grado tal, que el mandatario Presidente, tendría que dejar el cargo, se abre, necesariamente, un proceso de reflexión y evaluación acerca de qué ha hecho el Mandatario Presidente con la confianza que le fue concedida en la elección, pero también, que hemos hecho los gobernados, con la misma. Es, un exámen, pero para los dos: gobernados y gobernante.
La confianza es un valor que solo existe o se construye entre dos partes y se mantiene viva, con revisiones de eficiencia, periódicas y sistemáticas. La confianza debe ser útil, no es graciosa concesión, tampoco cheque en blanco para desperdiciarla.
El 10 de abril próximo, los mexicanos iremos a las urnas, para expresar los resultados de este exámen mutuo. Revisaremos que ha hecho el Presidente López Obrador con nuestra confianza y si ha sido para mejorar, en realidad, las condiciones en las que recibió la confianza, pero, también, que hemos hecho los gobernados para ayudarle a cumplir su trabajo o exigirle lo haga y no lo haga mal. No nos debe dar miedo el verbo exigir. Es consustancial a la confianza.
No sería ni moral, ni ético, ni justo, evaluarlo solo a El. Recordemos que el pueblo tiene el gobierno que merece.
Tampoco se me hace inteligente, votar para que permanezca, sin que intervengamos en los siguientes casi tres años que le faltan. Es un lujo que los gobernados no deberíamos darnos.
Este ejercicio de preguntarnos a nosotros mismos y contestarnos a nosotros mismos, sobre como va el gobierno nacional actual, es una valiosa oportunidad, no solo para refrendar la confianza, estoy seguro que así será, también será para revisar, reestructurar y actualizar el contrato que tenemos los mexicanos con el Presidente López Obrador.
El Presidente López Obrador ha solicitado esta consulta, para demostrar dos cosas: Una que cumple una promesa de su campaña y dos, para que, los electores revisemos también nuestras conductas, participaciones y mecanismos para exigir mejor desempeño del actual gobierno.
No se trata, solo, de ir a las unas y decir un SI o un NO. Se trata de autocorregirnos, si no vamos como queremos, o de auto superarnos si vamos como queremos...
En eso estará la utilidad, este 10 de abril, al ir a las urnas.