Eran aproximadamente las 9 de la noche del día sábado 02 de octubre cuando la población del municipio de Martínez de la Torre, se enteraba (como es costumbre), a través de las diversas páginas informativas, sobre el lamentable deceso de una jovencita de apenas 14 años, cuyo cuerpo se encontraba tendido sobre el muro de contención del río bobos. Un acontecimiento que consternaba a los habitantes de este municipio por la corta edad de quien perdía la vida, pero que no salía de la cotidianidad que se vive en la zona, en donde casi a diario se suscitan este tipo hechos, y precisamente horas antes de ese mismo día, un taxista también había sido ejecutado.
Danna, la jovencita que hoy es acompañada por familiares, amigos y seres queridos en su despedida, y quien a causa de su asesinato se volvió viral en las últimas horas a nivel estatal y nacional, tenía una vida por delante, llena de sueños y anhelos que fueron coartados cobardemente por quien se atrevió a realizar brutal acto. Ante este hecho, cientos de jovencitos (amigos y solidarios con la causa) salieron a las calles del municipio en una marcha pacífica para exigir justicia por el doloroso homicidio de la adolescente. De la misma manera, en diferentes marchas realizadas en la entidad se exigió justicia para que se diera con los responsables.
Son diversas las causas a las que se atribuye este lamentable suceso, y el motivo de esta columna no es señalar a un culpable, ya que de eso se deben encargar las instancias correspondientes de impartir justicia. Sin embargo, sí es necesario enfatizar lo que sale a la luz ante este hecho, lo que se hace o falta por hacer por parte de las autoridades y lo que desde casa debemos hacer para que no se repitan este tipo de situaciones. No se trata de señalar o aludir a alguien, pero sí es necesario identificar diversas aristas de este problema.
En casa, es importante que acompañemos a nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes en su transitar por la vida. Ellos no vienen solos al mundo, llegan al seno de una familia, la cual es necesaria para brindar cuidado y protección en diversos aspectos. Cuando somos jóvenes pretendemos comernos el mundo a pasos agigantados, tratando de vivir la vida muchas veces en situaciones que aún no son aptas para nuestra edad, es ahí donde se encuentra la familia, como guía, consejera y acompañante en nuestro andar. La lamentable partida de Danna, sin tratar de estigmatizarla ni a ella, ni a su familia, ni a nadie, ya que su ausencia duele y se lamenta mucho, hoy nos deja un penoso mensaje: “Todo a su tiempo”.
Para la autoridad, es momento de que comiencen realmente a realizar su trabajo, brindar seguridad a la población y hacer todo lo posible para que en este tipo de casos se dé una pronta impartición de justicia. En este municipio, como debe ser la realidad de muchos en nuestro país, la inseguridad, las bandas delictivas y el crimen organizado han rebasado a las autoridades de los diversos niveles existentes, han llegado a tal grado que han permitido que ahora hasta nuestros niños y jóvenes sean quienes comiencen a pagar las consecuencias de su omisión.
En este sentido, es necesaria también una reglamentación en los lugares de convivencia y en la realización de ciertos eventos que se realizan en la zona, en donde es bien sabido por la población que menores de edad asisten y tienen libre acceso cada fin de semana a este tipo de lugares, en donde la venta de bebidas no aptas para ellos es permitida a ojos vistos y ante la negligencia muchas veces de las propias fuerzas de seguridad. En este sentido, es la autoridad municipal quien debería meter orden en este asunto, pero al momento, y a pesar de la pandemia por el Covid-19, este tipo de eventos y lugares han venido operando con cierta normalidad.
El día de hoy, como lo decían manifestantes en la ciudad de Xalapa exigiendo justicia en su caso: ¡Nos falta una! Nos falta Danna y cual sea que fuera el motivo por el que en ese momento estuviese allí, a esa hora y en ese lugar, nadie tenía el derecho de privarla de su inocencia y aprovecharse de su fragilidad. Si bien, con anterioridad he mencionado que todo debe suceder a su tiempo, no era el tiempo para que Danna partiera, no era el momento de truncar su vida, de interrumpir sus sueños, sus anhelos y sus ansias de comerse el mundo de la manera en que ella lo hubiese planeado o deseado.
A la autoridad, se le exige que realicen su trabajo.
A los martinenses, ¡Ya basta! ¡Es hora de levantar la voz!
A su familia, amigos y seres queridos, pronta resignación.
Para Danna, ¡Justicia, vuelta alto y descansa en paz!
Es cuanto.