En el marco de las fiestas patrias de nuestro país, y en la conmemoración de los “500 años de resistencia indígena” y los “200 años de la consumación de la independencia”, se calentaron los ánimos en el ambiente político mexicano. Lo que tendría que ser motivo de orgullo y alegría para todos los que habitamos en esta gran nación, se convirtió en una serie de contradicciones, palabrerías y encontronazos entre el gobierno de México, la oposición y hasta actores internacionales invitados a México durante este mes de septiembre.
El primer show mediático considerado un escandalo nacional e internacional y que comenzó a alborotar los ánimos, fue la reunión que se dio entre Senadores del PAN, por parte de México, entre los que destacan los veracruzanos Indira Rosales San Román y Julen Rementeria, e integrantes del partido político español super ultra conservador Vox, quienes con anterioridad se habían dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como un “mediocre con ínfulas” y con quienes ahora los panistas sellaban un pacto, para nada bien visto por la sociedad mexicana.
Basta decir que era una gran contradicción, ya que precisamente durante varias etapas de la historia de nuestro país, antes y después del proceso de independencia, eran precisamente los conservadores quienes viajaban a otros países imperialistas, buscando a un monarca internacional para que estableciera su poder en México, es decir, preferían ser gobernados por un extranjero que tener en la presidencia de la naciente nación a un presidente con ideales liberales.
Pero esto no termina aquí, ya adentrados en los festejos por la independencia de nuestro país, continuaron los enfrentamientos entre la oposición y el gobierno, los cuales incrementaron su intensidad cuando el mandatario mexicano invitó a Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, a ser personaje distinguido durante el desfile cívico-militar del 16 de septiembre, lo cual no gustó para nada a los opositores de Andrés Manuel, quienes lo tacharon de ser un presidente que apoya a dictadores y represores. Sin embargo, esta invitación tiene una razón de ser, ya que México y Cuba comparten historia en este proceso, debido a que ambos fueron colonias españolas.
Sin duda, la gota que derramó el vaso, fue el abrupto llamado que realizó el mandatario mexicano al presidente de los Estados Unidos de América (EUA), Joe Biden, a quien, en presencia del líder cubano, invitados distinguidos y la prensa internacional, le externó la petición de levantar el embargo comercial a la isla y terminar con el bloqueo económico a dicho país. En este marco, AMLO remató: “Se ve mal que el gobierno de Estado Unidos utilice el bloqueo para impedir el bienestar del pueblo de Cuba con el propósito de que este, obligado por la necesidad, tenga que enfrentar a su propio gobierno”.
Esta acción por parte de AMLO enfureció a la oposición, quienes rápidamente comenzaron a fijar su posicionamiento. Así, Vicente Fox, expresidente de México, publicó en twitter: “Farol de las calles comunistas, populistas y obscuridad de su casa. De plano nos trata de segunda mesa!! Chairos ayúdenme a decirle que ya ni la amuela, que solo tirarnos migajas no basta”. Así mismo, el empresario Claudio X. González compartió el post del periodista mexicano, Jorge Ramos: “Es una terrible señal que un Presidente elegido democráticamente defienda a una brutal dictadura de 62 años. Con esa invitación AMLO quedó al descubierto y en el lado equivocado de la historia. Cuba no es un ejemplo a seguir para México.”
Con toda esta polarización, causada por los acontecimientos mencionados y los mensajes enviados por parte el presidente de México a la sociedad internacional, se daban más argumentos a la oposición para que comenzarán a señalarlo también como un presidente dictatorial que empezaba a mostrar su “verdadero” perfil ideológico, con la finalidad de establecer en México un régimen absolutista similar a un imperio.
Sin embargo, todas estás arremetidas contra su gobierno, en nada hicieron titubear a AMLO y todavía les dio motivos más fuertes para hacerlos enfurecer, ya que durante la realización en México de la cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe) en donde estuvieron presentes la mayoría de los presidentes de estas naciones, también hizo acto de presencia Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela y Luis Arce, Presidente de Bolivia y miembro del partido MAS del expresidente Evo Morales, a quienes la oposición en México consideran como impresentables e invitados no distinguidos en nuestro país por la misma razón que el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel.
Esto apenas comienza, pero con la reunión de la CELAC, Andrés Manuel hizo un llamado a la comunidad internacional y latinoamericana a ver en México el liderazgo que durante algunos años se había perdido y que ahora trata de recuperar, siendo el mediador entre América Latina y el Caribe con Estados Unidos. Sin embargo, para la opositores, quienes muestran ciertos tintes de desesperación, el verdadero objetivo de AMLO es incrementar su poder en México con el respaldo de la comunidad internacional, extendiendo la invitación a todos los mandatarios, incluyendo a quienes tachan como “dictadores” y “represores”, motivo por el cual asumen que Andrés Manuel está creando, con las mismas características de los regímenes de antaño, el nuevo imperio mexicano.