La enfermedad del PRI

  • Eduardo Barrios
Parece una amenaza y da cuenta de la necedad del priísmo por conservar privilegios

Basta escuchar las declaraciones del residente de Los Pinos para saber que existe una enfermedad colectiva entre priístas que los obnubilan. Prefiero analizarlos como un problema colectivo, que en términos llanos como cualquier mexicano los llamaría.

Vamos por partes pues la banda roja regaló a la opinión pública unas bellas frases que merecen análisis.

“Ganaremos la mayoría parlamentaria en las cámaras de diputados y senadores, ganaremos en los distritos de las entidades que tiene elecciones. Con el voto mayoritario, el PRI seguirá gobernando la República Mexicana”, señaló Enrique Ochoa Reza, presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Adicionalmente Ochoa Reza afirmó que el PRI terminará por “derrotar al populismo autoritario” en clara alusión a Andrés Manuel López Obrador a quien en diversos escenarios ha configurado como el enemigo a vencer.

¿Cómo debemos tomar esas frases?, parece una amenaza y da cuenta de la necedad del priísmo por conservar privilegios dentro de la sociedad mexicana a la que, en los últimos años ha intensificado sus ataques con acontecimientos muy puntuales que le competen al autor del siguiente chiste nacional.

Dijo Enrique Peña Nieto que él y su partido tienen “autoridad moral para recuperar la confianza de la gente”.

Disculpará usted una risa estridente pero no puedo dejar de pensar en la casa blanca y el escándalo de corrupción que significa, así como en un sujeto de nombre Virgilio Andrade cuya principal función fue tapar las espaldas del presidente y su familia.

En aquella reunión roja llamada “Asamblea nacional del PRI”, Enrique Peña insistió en que los priístas tenían toda la autoridad moral para combatir la corrupción e impunidad.

Hay que recordarle al señor presidente que los días de su mandato se agotan y todavía no hay certeza entre los mexicanos sobre el paradero de los 43 normalistas de Ayotzinapa y de miles de mexicanos cuyas familias aguardan su regreso, vivos o muertos.

En el mismo escenario Peña Nieto atacó a los opositores rumbo a 2018 de quienes dijo defenderá a México, pues son, en términos generales, “caudillos, inexpertos y traidores” a sus propios ideales.

Fue parte de otro mensaje direccionado a su obsesión de apellidos López Obrador que da pistas de la batalla que intentan emprender los priístas con las piernas amputadas.

Aquí invoco a un priísta ancestral, Manlio Fabio Beltrones, quien nos regaló una conmovedora frase, pues dice que van a combatir “conductas corruptas y monopólicas”.

No sé usted, pero el sentido común me dicta que un discurso mesiánico como el de los priístas está más cerca del populismo y que les urge recibir terapia.

Al parecer la congruencia no es lo de Beltrones, pues hay que recordarle el tiempo que lleva como político sin que necesariamente haya sido un elegido por vía de las urnas, además de todas las acusaciones que tiene en su contra, precisamente, por corrupción.

Como para aderezar el asunto, un priísta de nombre Jorge Carlos Ramírez afirmó que el PRI debe convertirse en “el partido de la felicidad”.

¡Tremenda frase!, ¿cómo se siente usted con las políticas nacionales implementadas desde que el PRI regresó a Los Pinos?

El sentido común y la evidencia indican que no estamos mejor en materia de seguridad, tenemos un acelerado incremento en los casos de corrupción y como ejemplo nacional, Javier Duarte. Tampoco en materia económica, pues hemos corrido peligro ante el clima de inestabilidad política en el país que genera fuga de capitales y la incapacidad del actual gobierno para atraer y fomentar la generación de empleos.

No sé si los priístas apelarán al síndrome de Estocolmo que parece sufrir el pueblo mexicano, en todo caso esperaríamos que ellos, a la inversa, sufrieran el síndrome de Lima y por fin liberaran a los mexicanos de tanta simulación y corrupción.

En fin, para rematar la lista de frases épicas y buenas intenciones, la asamblea roja aprobó que ninguno de los miembros de su partido podrán pasar de una cámara a otra una vez elegidos, asimismo darán oportunidad a los “militantes ciudadanos” para competir por una candidatura a la presidencia por parte de ese instituto político.

Así la cosas entre los priístas, lo invito a que me deje sus comentarios en mi cuenta de Twitter @EduardoBarrios_, por allá hablamos de todo en digital.