México: paladín de los derechos humanos
- Joel Hernández Santiago
Cada año aproximadamente 400 mil centroamericanos cruzan la frontera con México. Su intención es la de llegar a Estados Unidos. Pero lo que viven aquí es un infierno indescriptible, no sólo en términos de delincuencia criminal sino también por el incumplimiento mexicano a las leyes y derechos internacionales para atender a estas personas…
El gobierno mexicano tiene un problema serio de respeto a los Derechos Humanos con Centroamérica.
Esto que ha sido advertido hasta el cansancio y ha dado motivo a críticas internas e internacionales al gobierno de México y hasta confrontaciones de gobierno a gobierno con Honduras, El Salvador y Guatemala, es una verdad irrefutable:
En este país se atenta en contra de hombres, mujeres y niños que huyen de sus países por razones diversas, se les confina, se les deja a disposición de bandas criminales que los secuestran, los agreden físicamente, los utilizan para el crimen organizado o la prostitución… Pero también se les regresa a su país de origen sin el debido procedimiento en derecho internacional.
Con toda razón el ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Carlos Raúl Morales Moscoso ha lanzado un “¡Ya basta!” en tono diplomático al exigir al gobierno de México que respete los derechos humanos de sus migrantes que pasan por México y, “de seguir violentando sus garantías, se hará un señalamiento público”, advierte.
¿Cómo hacer para que migrantes centroamericanos ya no crucen por y quieran llegar a Estados Unidos? Es un asunto complicado, que tiene que ver con la política interna de cada país en tanto políticas de desarrollo social, crecimiento económico, distribución de la riqueza, seguridad, vigilancia, trabajo y, sobre todo, alto a la violencia que se vive ahí…
Todo esto que parece sencillo no es responsabilidad de país por país: es un trabajo conjunto en el que México tiene mucho que ver porque de México también huyen miles cada año para escapar de la pobreza, la violencia, la amenaza física y las políticas públicas fallidas que aquí se viven…
Cada año atraviesan México miles de niños centroamericanos. Muchos de ellos, sin embargo, son deportados de inmediato, regresados de forma abrupta a sus países de origen, cuando no son violentados por autoridades municipales, estatales o federales.
“No sabemos si es de manera intencional, porque tendríamos que evaluar las acciones de cada funcionario, sin embargo, sí podemos apreciar que estos niños están siendo deportados sin que haya una evaluación de su situación personal” dice una investigación del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana.
Es así que tan sólo en 2015 llegaron a México 17 mil menores no acompañados y tan sólo 52 de estos fueron reconocidos como refugiados, según informe de Human Rights Watch. Esto se debe a que cuando llegan los niños, al pisar suelo mexicano las autoridades no siempre los consideran como refugiados, sino como migrantes indocumentados, y los detienen a pesar de que se supone que los menores no pueden ser detenidos.
“El mayor problema en México no es el procedimiento en sí, sino el acceso al procedimiento”. Niños que podrían cumplir con los criterios para recibir asilo, afrontan múltiples obstáculos al presentar su solicitud al momento de ser detenidos por el Instituto Nacional de Migración…
“Los niños no saben sus derechos de protección, se asumen como migrantes y atraviesan solos México para llegar a EUA exponiéndose a los peligros y a la violencia del país” dijo Mark Manly, representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Los niños y adolescentes son expuestos en México a asaltos, trabajo forzado, explotación sexual y trata de personas.
Aparte: Según cifras oficiales, en 2016 se registraron 8,788 solicitudes de asilo en México y sólo el 35 por ciento de estas personas recibieron este estatus. El 90 por ciento de estas peticiones fueron hechas por ciudadanos de El Salvador, Honduras y Guatemala.
“México está empujando a la gente a situaciones extremadamente peligrosas” dice Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, y afirma: “Estados Unidos y México son socios en el crimen y están fraguando una incipiente catástrofe de derechos humanos…
“Estados Unidos está construyendo un sistema cruel y hermético para impedir que la gente que lo necesita reciba protección internacional, y México está muy dispuesto a desempeñar el papel de portero de Estados Unidos”.
La voz tronante del canciller Guatemalteco puede ser el principio de un conflicto regional más complicado y de difícil situación para México si no atiende, pronto, el respeto al derecho internacional para migrantes, refugiados y petición de asilo; si expone a los miles de centroamericanos a la violencia criminal y a la muerte…
Al gobierno mexicano no se le cae de la boca que aquí se respetan los derechos humanos, aunque sabe que esto está muy lejos de ser cierto… Y a todo esto: ¿En dónde está la Comisión Nacional de los Derechos Humanos? ¿En dónde están las comisiones estatales de Derechos Humanos? ¿Y todas las instancias oficiales de defensa humana?... ¿Cuánto nos cuestan? ¿Ayudan en algo en este caso?... Vaya pues.
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Es periodista y editor. Ha sido editorialista en UnomásUno, La Jornada, El Financiero y más. Fue coordinador de opinión de El Financiero y director de Opinión de El Universal. Fue editor en la UNESCO y de Le Monde diplomatique. Ha coordinado obras como: "Planes en la nación mexicana", con El Colegio de México y "Pensar a David Ibarra", el más reciente.