Los desfiguros de Mancera
- Joel Hernández Santiago
Al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, ya se le queman las habas por ser candidato a la presidencia de México y él, por su cuenta, está convencido de que tiene los arrestos y las cartas credenciales políticas y de popularidad social como para conseguirlo…
Y en esas anda, y para conseguirlo hace circo-maroma-teatro: Lo mismo se pronuncia ya en tono de candidato –sin partido-, como califica y descalifica posiciones políticas de posibles adversarios; lo mismo se atribuye éxitos de gobierno insospechados; lo mismo viaja por toda la República en tono de campaña electoral con el pretexto de su programa “El médico en su casa” y lo mismo se hace invitar por gobernadores, presidentes municipales y dirigentes sociales aquí o allá.
Ya como presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) se sirve con la cuchara grande para mostrar al mundo y sus circunstancias todas sus fortalezas y virtudes.
Hace unas semanas invitó al “Salón Oval” del Antiguo Palacio del Ayuntamiento al Pacific Council on International Policy, una red de 27 líderes de diversas profesiones y con sede en Los Ángeles, California y cuyo trabajo es el desarrollo de costa oeste de Estados Unidos. A ellos les prometió que “continuará trabajando en apoyar a la comunidad migrante que radica en Estados Unidos.”
Ahí mismo, Mancera exhortó al gobierno de Estados Unidos a reconsiderar la lamentable decisión de retirarse del Acuerdo de París, “porque esa decisión –dijo- no sólo pone en riesgo a una región o a un país sino al mundo entero”. Como se ve, su discurso es novedoso y conceptual.
Fue a Estados Unidos en uno de sus “viajes de trabajo”. Allá se reunió con líderes latinos para tratar el tema migratorio y se reunió con el embajador de México, Gerónimo Gutiérrez Fernández, con quien “abordó temas de migración y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte”. Al término de la reunión, Mancera entregó al embajador una réplica de las “Alas de la Ciudad”…
Durante su viaje a EUA., el 7 de junio defendió en el Centro Woodrow Wilson la Constitución de la Ciudad de México “reconocida internacionalmente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la cual se alcanzó –dijo- tras buscar la independencia administrativa, de lograr la autonomía de la CdMx y de impulsar un estatuto jurídico que le permitiera tener la participación democrática al elegir a sus diferentes autoridades.” Ahí mismo resaltó que el debate por la Constitución venció las resistencias y rechazos…
Pero con los pies en la tierra él sabe que en esta ciudad viven poco más de diez millones de personas en apenas 2,499 kilómetros cuadrados. Otro tanto llega cada día de las zonas conurbadas del Estado de México o Morelos, para trabajar o buscar la vida aquí.
Es una ciudad que ha perdido la grandeza de la que hablaba Bernardo de Balbuena. Esto de forma paulatina, pero no es sino hasta este gobierno cuando estalla la casi ingobernabilidad: la inseguridad permanente, la falta de servicios, la falta de transporte público apropiado y eficiente, la falta de estrategias de tránsito para facilitar el traslado diario de vehículos que tienen que cuidarse por sí mismos porque los encargados del gobierno de la CdMx están ahí, pero no están.
La ciudad de México en tiempos de Miguel Ángel Mancera no es ‘chinampa en un lago escondido’; sí es una ciudad mal oliente, sucia, desordenada, descuidada, violenta y si se quiere fea en muchas colonias en donde todo mundo hace lo que quiere siempre y cuando tenga para poner unas monedas en mano enguantada de blanco… La corrupción es el famoso ‘aceite…’
Cada día es más difícil conseguir los servicios públicos. Y peor aún: el incumplimiento de la promesa de campaña en 2012 de estimular la creación de empleos se ha convertido en una vendimia capitalina que impide la vida de muchos más: su solución es “la economía informal”…
No dice durante sus giras de imagen que la capital del país es un verdadero desastre de convivencia; que a raíz de la falta de coordinación, cuidado, vigilancia, vialidad, transporte y trabajo, esto se ha convertido en una selva en la que se salva sólo el que puede y camina de lado.
Lo más reciente de sus caprichos es a toda costa arruinar Paseo de la Reforma, y ya en hechos fue hace unos días el envío a Salina Cruz, Oaxaca, de 50 bomberos –diez mandos- 15 vehículos –entre ellos 10 carros tanque de 20 mil litros, tres carros bomba y dos camionetas de redilas: todo con valor de 100 millones de pesos, para auxiliar en el control del incendio que comenzó el 14 de junio en la Refinería Antonio Dovalí Jaime.
En Oaxaca nadie acertaba a decir quién invitó a este escuadrón porque ya estaban trabajando allá bomberos de la misma planta de Pemex, de otros municipios del Ismo de Oaxaca, de Tula Hidalgo y de Minatitlán, Veracruz: el encargado de la operación, Ismael Figueroa quien es legislador independiente en la Asamblea Legislativa de la CdMx y jefe de bomberos en la capital, dijo que habían sido invitados por el municipio; el municipio dice que no… Pero el reconocimiento a Mancera no se les caía de la boca…
Así que el señor Miguel Ángel Mancera –quien se presupone de izquierda- dice que lo que más le importa es mejorar la vida de los capitalinos, aun en contra de la voluntad de los capitalinos que ven cómo su vida se ha deteriorado durante esta gestión…
En fin, que de “Esta México el asiento” hemos pasado a vivir en “Este infierno tan temido” Y todo gracias a quien quiere hacer lo mismo en toda la República Mexicana. ¿Será?
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Es periodista y editor. Ha sido editorialista en UnomásUno, La Jornada, El Financiero y más. Fue coordinador de opinión de El Financiero y director de Opinión de El Universal. Fue editor en la UNESCO y de Le Monde diplomatique. Ha coordinado obras como: "Planes en la nación mexicana", con El Colegio de México y "Pensar a David Ibarra", el más reciente.