Falsa quimioterapia: todo al revés
- Mussio Cárdenas Arellano
Avanza en reversa el yunismo, enredando el tema de las falsas quimioterapias —primero el escándalo, luego la investigación—, implicando a Fidel Herrera y Javier Duarte, y exonerando Yunes gobernador como si fuera juez.
Fidel y Duarte sí son culpables, los médicos y las enfermeras no.
Sin freno pues vive en la “plenitud de su pinche poder”, teje Miguel Ángel Yunes Linares su telenovela sanitaria, el crimen de Javier Duarte que sabiendo de la existencia de medicamentos apócrifos, simplemente agua destilada, permitió que les fueran administrados a niños en hospitales de Veracruz para luego verlos morir.
Abunda el gobernador panista y advierte que el crimen tiene origen y se ubica en los días en que su archienemigo, Fidel Herrera Beltrán, mal gobernaba Veracruz. Ahí, en 2010, se halla la primera pista.
No frenó Javier Duarte al proveedor. Asumió el poder y sepultó la acción judicial, según el yunismo, porque el negocio era millonario, con proveedores que en realidad eran socios de Fidel.
Toca a todos: a los Beceiro, al diputado Jorge Carvallo Delfín, a los titulares de Salud en el duartismo, a la Procuraduría que sirvió para encubrir un crimen.
Detona la bomba Miyuli, el martes 17, y un día después se advierte que viene lo mejor —o lo peor— de la investigación. O sea, primero el show y luego las evidencias.
¿Cómo se le llama a eso? Golpe al aire.
Una frase, categórica, describe al gobernador sin freno, desbocado, obsesivo con sus enemigos, que embiste y luego medita.
“No ha concluido la investigación —dice—. Tenemos ya el resultado de un laboratorio que señaló que un medicamento que se suministró a niños no era un medicamento, era un medicamento inerte, era agua prácticamente destilada”.
Si no ha concluido la investigación, ¿qué caso tenía estallar el explosivo en el seno de la fidelidad y el duartismo? Quizá distraer, como afirma el columnista Edgar Hernández, por el duelo verbal con el Pejelagarto López Obrador. Quizá lanzar una bola de humo para complicarle los días al PRI, de por sí vilipendiado y en el descrédito.
Arranca el show y Yunes es la estrella. Ante su prensa, el atril en sus manos, el micrófono a su alcance, dice que las víctimas son niños con cáncer. Sus palabras, según el periódico Reforma, sus biógrafos:
“Tenemos ya resultado de un laboratorio que señaló que el medicamento que se administraba a niños, una quimioterapia que se administraba a niños, no era realmente un medicamento, sino que era un compuesto inerte, era agua prácticamente destilada”.
Luego abunda:
“Esto nos parece realmente un pecado brutal, un atentado contra la vida de los niños y se está terminando de analizar y, en su momento, se presentan las denuncias”.
Qué términos: “pecado brutal”, “atentado contra la vida de los niños”, “no era un medicamento”.
Y las que evidencian el acelere del gobernador:
“Se está terminando de analizar” y “en su momento se presentan las denuncias”.
¿No habría sido más sensato investigar, tener los resultados y luego desatar el escándalo y fincar las responsabilidades? El yunismo ve la vida al revés.
Un día después, el tema incomoda más. Aclara el laboratorio Roche que el medicamento analizado en 2010 no correspondía a lo que suministraba. “No contiene el principio activo”, no es un medicamento oncológico.
Uno de los titulares de la Secretaría de Salud en el duartismo, Juan Antonio Nemi Dib, sintió el dardo y rechazó las culpas. En su gestión no ocurrió, asegura, sino cuatro años antes. Y aduce que él presentó denuncias por corrupción que implican a la lideresa sindical, Luisa Angela Soto Maldonado, hoy diputada local por el PRI, en la venta de 3 mil 800 plazas, negociazo descomunal.
No le correspondió, dice, el tema de las falsas quimioterapias. Luego explicaría que se detectó el medicamento falso, que sería aplicado a una mujer, y no se procedió a usarlo. De los niños con cáncer no hubo nada, según Nemi Dib.
“No fue con niños —explicó Nemi Dib a Milenio TV—. Fue con una paciente femenina, con una mujer a la cual por fortuna no le aplicaron el medicamento porque la gente del hospital se dio cuenta de que el medicamento se veía irregular y entonces lo enviaron al laboratorio, a Roché, empresa que dijo ‘este producto no es nuestro y no tiene principio activo’ ”, agregó el ex secretario de Salud.
Lo que sí le correspondió fue mantener como proveedoras a las empresas señaladas de suministrar medicamentos clonados y realizarles pagos millonarios, como sostiene la periodista Claudia Guerrero Martínez.
Nemi Dib, según la autora de Entre lo utópico y lo Verdadero, no le dio seguimiento a las denuncias ni a las acciones de la Contraloría y eso es complicidad.
Ahora ha de intervenir la Secretaría de Salud federal. Lo anuncia su titular, José Narro Robles, coadyuvando con el gobierno yunista para llegar al fondo del escándalo. Ojo: llegar al fondo del escándalo.
Sigue la duda: ¿por qué primero el escándalo y luego la investigación?
Al día siguiente, miércoles 18, el gobierno de Yunes Linares aclara, precisa, puntualiza en un amplio comunicado. En sus partes más relevantes dice lo siguiente:
“Durante el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, se continuó con la compra de diversos medicamentos —incluyendo oncológicos— a la empresa relacionada directamente con la primera denuncia identificada y a otras más.
“El Gobernador del Estado (Yunes Linares) ordenó también revisar los antecedentes sobre denuncias de grupos de padres de familia, médicos y enfermeras, así como de la sociedad en su conjunto sobre el uso de medicamentos apócrifos, clonados o piratas, particularmente en el tema de medicamentos oncológicos.
“De la revisión documental que se ha podido rescatar, se tiene evidencia que desde 2010 la Secretaría de Salud tuvo conocimiento, y estuvo adquiriendo medicamentos con posibles alteraciones o que no contenían los principios activos propios de medicamentos oncológicos tal y como lo acreditaron los laboratorios Roché, propietarios de la patente y fabricantes del producto original.
“Dentro de las acciones realizadas por la actual administración se estableció contacto con las autoridades de la Secretaría de Salud Federal, a efecto de ser auxiliados, en particular por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, para iniciar de manera conjunta:
“La revisión de las empresas Sociedad Comercializadora Especialidades Médicas S.A de C.V., Oncopharma S.A. de C.V., LABBSA S.A. de C.V., Suministro MAXBEC S.A. de C.V. y LIDMED S.A. de C.V. relacionadas con los hechos presentados desde 2010.
“La Secretaría de Salud y la Contraloría General del Estado se encuentran en proceso de rescatar documentos y poder conocer la magnitud de estos eventos. Se tiene conocimiento que la mayor parte de los documentos fueron destruidos”.
Y retira su repudio a “quienes en los periodos de gobierno de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa participaron en la adquisición de medicamentos que —de acuerdo a pruebas de laboratorio— eran falsificados, poniendo en riesgo la vida de seres humanos.
“El Gobierno reconoce al personal de enfermería que denunció en su momento la existencia de medicamentos que por su apariencia parecieran y resultaron falsificados, y reitera que ni médicos ni enfermeras tienen ninguna responsabilidad en estos lamentables hechos”.
Primero el escándalo, luego la investigación.
Imprudencia supina la de Yunes gobernador, cuando en diversos frentes se cae la versión de los niños asesinados por la sangre fría de Javier Duarte, vía los medicamentos oncológicos falsos. Ocho decesos habrían ocurrido pero no se ha acreditado que haya sido por la aplicación de la falsa quimioterapia.
Volado, atropellado, Miyuli también es juez. A priori ya deslindó a los médicos y las enfermeras que habrían suministrado las falsas quimioterapias. No concluye la investigación pero el juez ya exoneró.
Rumbo a la impunidad, el caso de las falsas terapias a niños con cáncer tiene rasgos de golpe artero, bola de humo e irresponsabilidad.
Si Yunes Linares hubiera esperado los resultados de la investigación el golpe habría sido letal. Pero se aceleró. Se adelantó. Provocó especulación, diatribas, escarnio y defensa.
Primero el escándalo, luego la investigación.
¿Y si la investigación arroja que nadie murió porque el producto no se aplicó?
Así avanza el yunismo, en reversa.
Archivo muerto
Astroboy sigue provocando metralla. Acusan abogados que Luis Eduardo Coronel Gamboa no distingue qué es un secuestrado y un desaparecido, el que es posible que esté muerto y el que puede estar vivo. Torpedea al niño-fiscal Vito Lozano Vázquez, presidente del Foro de Abogados del Estado de Veracruz, y recomienda a su nuevo padrino, el fiscal Jorge Winckler Ortiz, que le actualice la información, que lo capacite, que lo ponga al día si es que Astroboy se va a desempeñar como fiscal Especializado en Personas Desaparecidas. Antes, la metralla le vino de la diputada panista Maryjose Gamboa Torales, quien le echó ácido a la herida: qué resultados ha dado el joven Coronel Gamboa en los dos cargos que ha tenido en el servicio público: la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en uno y otro bajo la protección y sombra de Namiko Matsumoto, tía del diputado federal fidelista Erick Lagos, duartista a morir, en la línea de la nada célebre María Gina Domínguez Colío, vocera del prófugo ex gobernador Javier Duarte. Que se sepa, ninguno. A su corta edad es el rey del rezago. Así de podrida anda la justicia en Veracruz. La procuran los duartistas que hoy cogobiernan con el yunismo, el niño fiscal entre ellos, fan del adagio popular de que echando a perder se aprende. Que no jodan. Que practiquen con otro juguete pero no con los desaparecidos, no con el dolor de sus familiares, no con la rabia del pueblo. ¿O acaso la verdadera fiscal de Veracruz es ya Namiko Matsumoto?… Le dicen El Pampanito y tiene su historial. De la mano de Edel Álvarez Peña, cabeza del Poder Judicial en Veracruz —¿alguna vez litigó mínimo una pensión alimentaria?—, llega Manuel Fernández Rodríguez a la Dirección de Defensora de Oficio. Obvio, los abogados casi se infartan. El Pampanito —su papá, Diego Fernández es El Pámpano— fungió hace algunos ayeres como agente del Ministerio Público Investigador (agente tercero) en el puerto de Veracruz. Integró un día una indagatoria y promovió una orden de aprehensión contra Alicia y Martha Loyo Varela, hermanas del ex secretario de Salud de Miguel Alemán Velasco. Una versión sostiene que por ahí corrió una cantidad, 800 mil pesos. Mauro Loyo, encrespado, habló con Alemán y el caso se enderezó. Tiempo después, en el fidelismo, El Pampanito llegó a agente del MP. Loyo habló de nuevo con Alemán y éste con Fidel Herrera Beltrán. Fue fulminante su cese. Se fue por aquel agravio y porque al despacho del sultán de Nopaltepec llegó un voluminoso expediente con detalles de cómo El Pampanito dejaba ir malosos, liberaba a robacarros y otros trastupijes. Fue detenido, acusado de incumplimiento de un deber legal. Se pasó un mes a la sombra y salió gracias a un amparo y tráfico de influencias. Intervino otro miembro del clan: Fernando Charleston Hernández, ex secretario de Finanzas y Planeación, y éste habló con su amiga Karime Macías Tubilla, esposa del ex gobernador Javier Duarte. Hoy, de la mano del magistrado presidente Cara de Muela, Edel Álvarez Peña, ya es el redentor de los suplicantes de justicia. El Pampanito Fernández es director de Defensores de Oficio en el Poder Judicial. Y aquellos que les platiqué ya hicieron fiesta. Se luce el yunismo azul, postrado ante el duartismo y rebasado por la fidelidad… Alza la mano Leonel Alejandro Ordaz Hernández. Pretende ser candidato de Morena a la alcaldía de Coatzacoalcos, sin dedazo, sin trampa, sólo con el voto de los morenistas. Impecable su trayectoria —catedrático universitario, oriundo de Coatza, ex funcionario municipal— sacude a Morena. Pide el voto de los que quieren los beneficios “que no te han dado los otros partidos, los ediles, funcionarios y políticos corruptos. En ti está la solución. Tú eres el jefe, tú puedes poner y quitar a quien quieras con tu voto cuando no funcionen. Tú eres el mandante, el que ordena y los mandatarios tienen que obedecer. Si llegara a ser el caso, yo gobernaré obedeciendo”. Su valor no se cuestiona. Se enfrenta Leonel Ordaz a Rocío Nahle, diputada federal, dueña de Morena en el sur, esposa de José Peña Peña, ex funcionario de la Superintendencia de Mantenimiento de Pemex en el complejo petroquímico Pajaritos, sí, ahí donde hace ya nueve meses voló la planta Clorados III por falta e mantenimiento —qué dato—; al líder estatal Manuel Huerta Ladrón de Guevara, a la estructura morenista que para imponer candidatos anula comités municipales y los suplanta con una instancia a modo, sin sustento legal, atropellando los estatutos. Leonel Ordaz es fundador de Morena y exige su derecho a participar en la contienda interna para ser candidato a la alcaldía. Y nadie se lo puede negar… Sentencia Alejandro Torruco Vera al PRITESCO. Habrá, dice el director de Tecnológicos de Veracruz, investigación a fondo, auditorías, deslinde de responsabilidades, acción legal para quienes desviaron recursos, malversaron, robaron, ocultaron ingresos. Advierte el ex alcalde de Agua Dulce que no habrá más proselitismo político con el Instituto Tecnológico Superior de Coatzacoalcos. No operarán los estudiantes y maestros para el PRI ni a cambio se les regalarán las calificaciones. Terrible radiografía de una institución pervertida por sus antiguos directores Arturo Martínez Vera y Ricardo Orozco Alor, éste controlando los diferentes espacios, los cargos de confianza, el sindicato, la fundación SUTITESCO, a los alumnos vía calificaciones y títulos regalados. Dardo letal contra Ricardo Orozco y su banda…