Caen los justos y los que no lo son, los inocentes y los que transgreden la ley, en llamas Veracruz, ensangrentado y sacudido por la violencia, operando la policía para el crimen organizado, llevando a la sociedad a tomar las armas, ejercer su autodefensa, sobrevivir cuando no se puede vivir.
Se arma la sociedad para enfrentar el miedo. Se arma ante el deterioro de la seguridad. Increpa, desafía, reta al poder que dejó perder la tranquilidad, que pactó con el mal, entregó Veracruz a la delincuencia y volvió su territorio santuario del narco, de la delincuencia, de los que gustan de vivir fuera de la ley.
Crece el secuestro y la extorsión, el homicidio y el robo. Cimbra la violencia a Veracruz, al sur y al norte, al centro y en las zonas de playa, todos a merced de la delincuencia que en Javier Duarte halló su ideal, el que acuerda, el que cede, el que se entrega y se mimetiza con los que hacen el mal.
Su Veracruz es ya segundo lugar nacional en incidencia delictiva. Su Coatzacoalcos es segundo lugar con peor percepción de seguridad, sólo un punto detrás de Villahermosa, Tabasco, seguido de Acapulco, la zona oriente de la Ciudad de México y Chilpancingo, Guerrero. La medición se realizó entre las 42 ciudades más importantes del país y corresponde a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI.
Del miedo viene la autoprotección, la que no garantiza ya el Estado, la que es moralmente válida porque nadie está obligado a dejarse robar, a dejarse asaltar, a dejarse secuestrar, a dejarse matar.
Sale a las calles Ciudadanos Unidos por Coatzacoalcos y exhibe una manta en que expresa que la seguridad es responsabilidad de todos. Lanza su alerta que es lema y proclama de lucha: ¡Ya basta! Y advierte que el miedo lleva a esa autoprotección que a muchos inquieta.
Habla José Bahena Cuevas, vicepresidente de Canacintra, empresario con liderazgo, su voz escuchada y atendida, que persuade y mueve a sectores de la sociedad.
Habla del miedo que inhibe la inversión. Inhibe la inversión personal, la del que queriendo construir deja de hacerlo, la del que deseando abrir un negocio se retracta.
Es el miedo el factor que marca por qué el consumo local “está deprimido”, por qué la gente ya no sale a las calles.
Se arman los que pueden, en términos de ley. Se arman dentro lo que permite la Constitución, en sus hogares, en sus negocios, dentro de los límites del esquema judicial.
Dice Pepe Bahena:
“Ha habido funcionarios de gobierno que nos cuestionan del porqué decimos esto pero yo les digo que salgan a la calle y pregunten a la gente para que sepan el grado de temor que existe”.
Y va al grano: la sociedad tomando las armas.
“Mucha gente se está organizando ya para armarse de manera legal, conforme lo marca la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Están haciendo viajes a México para armarse, entonces eso definitivamente no es normal.
“Señaló que Coatzacoalcos antes era una ciudad ‘en la que podíamos caminar a cualquier hora, hoy eso ya es parte del pasado’ ”.
Javier Duarte, su gobierno que es pandilla, la institución, todos están siendo rebasados. Javier Duarte, su policía, el área de seguridad que debía ser garantía para sociedad, mantiene vínculos con el crimen organizado, la tropa de Seguridad Pública implicada en levantones, secuestros, ejecuciones, infames que usan el poder para delinquir.
Jorge Ramos Hernández, presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados, toca la fibra de la corrupción policíaca: el problema de la inseguridad no se abatirá mientras exista el vínculo gobierno-crimen organizado.
“Hay que decirlo con toda claridad —explicó—, el primer paso en Veracruz es desvincular al gobierno del crimen organizado y me refiero concretamente a cómo las autoridades policiacas participan activa o pasivamente en el secuestro; a plena luz del día levantan a empresarios y le pegan ya a toda la clase media y todo eso no se explica sin la complicidad del gobierno”.
INFORME ROJO citaba en la entrega de ayer tres casos de violencia:
“Marchan por las calles exigiendo justicia. Hablan por José Luis Sánchez Solís, secuestrado y hallado sin vida en una casa de seguridad, junto con Roberto Cristian Luis Guillén, ambos de 28 años de edad. José Luis fue el creador del logo I love Coatza, que se observó en las playeras de quienes se movilizaron el domingo 24.
“Y esa madrugada, otro caso más, el de Yamil Hanud, 19 años, conocido como Tufic, hijo de comerciantes de ropa de línea y de marca, hallado su cuerpo en la zona céntrica de Coatzacoalcos con varios impactos de bala.
“Fuera de control, la violencia va in crescendo, convertida la zona sur en un caos de seguridad, rebasado el gobierno de Veracruz. De ahí que la sociedad abandone su pasividad, que exija poner freno al reinado de la delincuencia.
“Se moviliza también Ciudadanos Unidos por Coatzacoalcos con su lema ¡Ya Basta!, convocando a la ciudadanía a reclamar seguridad. No hay inversión sin seguridad, expresa José Bahena, uno de sus dirigentes. ‘El sentimiento general se resume en una palabra: temor’, explica.
“Nadie construye, nadie abre un negocio. La gente ya no acude al comercio. No sale de sus casas por miedo. ‘Mucha gente se está organizando para armarse conforme lo marca la Ley General de Armas de Fuego. Coatzacoalcos era una ciudad en la que podíamos caminar tranquilamente. Hoy es parte del pasado’ ”.
Otro caso de violencia extrema sacude a Zongolica, la sierra que colinda con Puebla, vecina de Orizaba y Córdoba. Es linchado un presunto maleante, arrastrado por la turba, pateado, herido, golpeado hasta morir.
Hay signos de barbarie y Flavino Ríos Alvarado lo explica con un argumento demencial: son usos y costumbres.
Dramáticos, los relatos periodísticos sólo son superados por el video del linchamiento, molido a golpes el joven de 16 años por su presunta participación en el asalto a una caja de ahorro popular.
Vigilaba un policía. Desenfundaron las armas y amagaron a personas que se hallaban ahí. Dispararon contra el policía y una mujer, muerto el elemento policíaco y herida ella.
Al intentar huir, fueron alcanzados por la población. Al joven le tocó la peor parte, golpeado y pateado, atado de manos, lazado y arrastrado por buena parte del relato.
Tres horas después, en la clínica del IMSS, dejó de existir, su cuerpo con las marcas de la golpiza, su mente con la imagen de la agresión.
Insólita, la explicación del secretario de Gobierno. Descarta que el linchamiento obedeciera al hartazgo “ante la desesperación por la falta de seguridad”.
E invocó los usos y costumbres de los mexicanos con raíces indígenas.
¿Dónde dice que por usos y costumbres de los pueblos con ese origen, maten a golpes a alguien?
Terribles días vive Veracruz, sin control la violencia, rebasada la seguridad, cínica la mafia en el poder. Tan temible es la policía como el delincuente, tan condenable la ausencia de seguridad como el actuar de los policías operando para abrir brecha al crimen organizado, levantando gente, entregándolos, convertidos en su escudo, su garantía de impunidad.
Se arman los veracruzanos. Se protegen porque la policía es malosa. Acuden a la autoprotección que suple la obligación del Estado de garantizar su seguridad.
Tramitan —dice Pepe Bahena— sus permisos para poseer armas y no faltará quien obtenga un premiso de portación, al estilo Yunes Landa, disfrazándose de policías los hermanos y el padre del candidato del PRI al gobierno de Veracruz, Héctor Yunes.
Se arma la sociedad para enfrentar el miedo.
Archivo muerto
Reversazo de Javier Duarte. Exhibido, al aire la treta, recula el gobernador en su afán de consumar el reemplacamiento vehicular. Retira su solicitud ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno federal, en oficio fechado el 12 de julio a la Dirección General de Autotransporte Federal y la Dirección General Adjunta de Normas y Especificaciones Técnicas y de Seguridad en el Transporte de la SCT. Mediante el oficio de cancelación SFP/594/2016, la dependencia federal dejó sin efecto el trámite. Por días lo negó la pandilla duartista, Sefiplan y el vocero Alberto Silva, alias El Pato de Tuxpan. Lo había revelado el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, exhibiendo la voracidad de Javier Duarte y sus 40 ladrones, arrasando con la quinta y los mangos, el erario y hasta las macetas de palacio de gobierno. Miyuli exhibió el oficio en su cuenta de Twitter y horas después confirmó Sefiplan que el documento era auténtico. Hubo otro documento letal. Es el amparo emitido por un juez federal que frena la asignación de notarías a los privilegiados del duartismo. Así diga Flavino Ríos Alvarado que el trámite no se cancela y que las notarías van, habrá que ver si el secretario de Gobierno tiene las agallas para violentar un mandato federal. Si lo hace es desacato y se paga con arresto o inhabilitación para ocupar cargos públicos. Dos golpes en cuestión de horas y no entienden que el ferrocarril que viene de frente los va a destrozar… Pillado in fraganti, Alberto Silva, alias El Pato de Tuxpan, viaja en días de zozobra para la pandilla duartista. Escandaliza su fotografía acompañado de una joven que algunos llaman Cindy, otros Cindy Virúes, otros simplemente su secretaria particular. No se sabe de donde procede y si son vacaciones, si es viaje de trabajo o de placer, pero en las redes sociales lo destrozan. Pasea el coordinador de Comunicación Social mientras su jefe, Javier Duarte, es devorado por el caos, a diario mordiendo el anzuelo de Yunes azul, enganchado a cada provocación, sin captar que con sus desplantes el gobernador electo se adueña de la agenda política y mueve a los medios, ni se diga a las redes sociales, pastoreando Miguel Ángel Yunes Linares al jefe de la mafia duartista. ¿Qué hacía El Pato, antes llamado El Cisne, de viaje y con Cindy, mientras Javier Duarte enfrenta la quiebra, fracasa en su blindaje de impunidad, lo sentencia quien será su sucesor a enfrentar la ley, lo abandona el PRI nacional que ansía ver rodar su cabeza? Uno llora y el otro la goza… Incierto su futuro, la UPAV es otro Itesco. Hay canje de votos por privilegios, calificaciones y hasta títulos. Su producto es el profesionista chatarra, el que operó en las campañas del PRI, el que acudió a promover el voto, el que no tiene la más remota idea de lo que debió estudiar. Es parte del caos de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, donde los directivos se mueven entre la opacidad, sin rendir cuentas, ocultando cifras, faltando a la verdad. Y hay algo peor: acoso sexual. Hostigan directivos a alumnas de buen ver, agraciadas y simpáticas, con el señuelo de la calificación de excelencia. Más o menos como sucedía en la Universidad Veracruzana, en la carrera de Derecho, cuando inició el sistema abierto. Y a esto le llaman educación de calidad… ¿Quiénes son los que lucran, los que cobran usando fantasmas, los succionadores del presupuesto municipal, con cargo al programa de limpieza de canales, una sangría económica inútil, que desgasta el erario, corrupción pura? Funcionarios, operadores priistas, enlaces con promotoras sociales, todos llevándose una tajada del pastel. Canales que sirven para que los aviadores cobren…