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En disputa: 5 millones 684 mil 663 votos de ciudadanos veracruzanos.

Participan: 7 candidatos, a saber 6 varones y una mujer.

Representan a: 11 partidos políticos.

Arbitro: el Organismo Público Local Electoral (OPLE).

A la fecha ha transcurrido más de la mitad de la campaña y ya está claro que la pelea por la sucesión de Javier Duarte de Ochoa es entre tres: Miguel Angel Yunes Linares del PAN/PRD, Héctor Yunes Landa de la Alianza Para Mejorar Veracruz integrada por el PRI-PVEM-AVE-PANAL y el PC, así como Cuitláhuac García Jiménez de MORENA.

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El 3 de mayo se cumplió el primero de dos meses de campaña y la sorpresa fue que en las encuestas de Reforma y El Universal de México apareció el abanderado de MORENA muy cerca de los primos Yunes…técnicamente empatados.

Han transcurrido cinco días del segundo mes y dado que los comicios serán el domingo 5 de junio, hoy -10 de mayo- estamos a 3 semanas con 2 días para que concluya el periodo proselitista y a menos de un mes para la elección.

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Sin ninguna posibilidad de triunfo se encuentran los candidatos del PES: Alejandro “Pipo” Vázquez Cuevas; del MC Armando Méndez de la Luz; del PT, Alba Leonila Méndez y el aspirante independiente Juan Bueno Torio.

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Muy lejanos de los punteros los partidos PT, PES y la candidatura independiente, juegan y jugarán hasta el final su papel de restarle votos a la alianza PRD/PAN, es decir a Miguel Angel Yunes Linares.

Para eso los contrataron; para eso les armaron sus candidaturas con partidos y recursos públicos ¿y privados?

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Si Armando Méndez de la Luz –cuyo discurso gusta pero su partido no levanta- dimitiera a favor del candidato de MORENA la competencia se cerraría aún más.

Es sabido, empero, que a Cuitláhuac –de MORENA- lo maneja Andrés Manuel López Obrador y el MC es propiedad de Dante Delgado Rannauro.

Y el peje, dicho por él, está contra de alianzas aunque el discurso respetuoso sobre Javier Duarte y Fidel Herrera pone en tela de duda tal afirmación.

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La política -en su sentido filosófico- es un proceso ética encaminado a la búsqueda del bien común que se apoya en la democracia como método.

La política, en la práctica, es un juego corrupto que evoluciona siempre hacia condiciones de mayor o menor perversidad, según la circunstancia que se viva.

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El OPLE autorizó la asignación de presupuesto público para los comicios por la gubernatura de Veracruz en el siguiente orden:

Partido Acción Nacional (PAN)  28 millones 130 mil 141 pesos.

Partido de la Revolución Democrática (PRD) 13 millones 694 mil 986 pesos.

Partido Revolucionario Institucional (PRI) 38 millones 44 mil 491 pesos.

Partido Verde Ecologista de México (PVEM) 6 millones 381 mil 407 pesos.

Partido Nueva Alianza (PANAL) 6 millones 75 mil 947 pesos.

Partido Cardenista 6 millones 250 mil 496 pesos.

Partido Alternativa Veracruzana (AVE) 9 millones 601 mil 826 pesos.

Partido del Trabajo (PT) 6 millones 843 mil 960  pesos.

Partido Encuentro Social (PES) 2 millones 493 mil 549 pesos.

Movimiento Ciudadano 9 millones 654 mil 190 pesos.

Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) 2 millones 493 mil 549 pesos.

Al candidato independiente a la gubernatura del estado Juan Bueno Torio se le asignó un financiamiento público 830 mil 352 pesos.

 

A estas cantidades se debe sumar el financiamiento privado de modo tal que la suma total de gastos en la campaña no debe exceder los 87 millones 22 mil 135.87 pesos.

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Sabiéndose perdidos,  partidos como el PT, PES y MC ¿qué harán con los recursos que les corresponden?

Montados en la estructura del PRI, como rémoras, los partidos PC, AVE, PANAL y PVEM ¿gastarán el dinero entregado por el OPLE en la campaña?

¿Lo están aplicando adecuadamente?

PAN/PRD, PRI y MORENA tienen una campaña intensa y se observa acorde a los gastos asignados; los primeros, incluso, gastan de más en la guerra de lodo que protagonizan.

Incluso el MC aparece en medios digitales, con cierta discreción pero se ve a Méndez de la Luz.

¿Y el resto?

¿Con facturas apócrifas se resolverá el problema?

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Por cierto, ha sido Veracruz el estado donde más dinero se ha asignado a los partidos políticos para una campaña que se ha caracterizado por los ataques sucios, por propuestas inviables y que se desarrolla en medio de una guerra con muertos y desaparecidos diarios entre la población civil.