Felicidades a la Escuela Secundaria Técnica Industrial 3 por organizar su 1ª Feria del Libro Búhos, que busca posicionarse en la mente de las personas con el nombre FELIBÚ. Celebro que hayan involucrado a toda la escuela para crear un espacio que acerque la lectura y los libros a los jóvenes.
Con el motivo o pretexto de celebrar el Día Mundial del Libro, la Técnica 3, como es conocida en la ciudad de Xalapa, abrió sus puertas para que libreros, escritores, mediadores de lectura, editores y músicos compartiéramos nuestras experiencias con los estudiantes.
El programa de actividades fue atinado, pues se intercalaron participaciones de estudiantes con las de invitados. De igual forma, trataron de equilibrar las edades e intereses de los escritores y lectores que participaron en las charlas.
Fue una magnífica experiencia de convivencia, de estrechar lazos y de dar a los estudiantes más opciones para desarrollar su intelecto y formar su personalidad. La feria se convirtió en una gran fiesta en la que predominaba la alegría en medio de un ambiente cordial y solidario.
Esta primera feria fue bastante positiva; sé que los organizadores ya tendrán en su evaluación algunas cosas por mejorar. Una de la que podría hablar porque la viví fue que heredan la mala costumbre de las ferias que se realizan en la capital de conjuntar eventos artísticos con literarios, siendo estos últimos los que siempre van a perder porque el sonido del escenario predomina y hace que quienes están en salones o auditorios hagan un esfuerzo extra por escuchar y mantener la atención.
Las ferias de libro son precisamente eso: ferias de libro y no de espectáculos. Se ve mermado el objetivo de una feria de acercar el libro y la lectura a las personas cuando nos “autogolpeamos” provocando un gran escándalo que impide a los libreros hablar de sus productos ante los posibles compradores; a los talleristas dar las instrucciones a seguir, y a los ponentes o conversadores mantener la atención de sus escuchas. En síntesis, impide al receptor de la feria saber con certeza si fue a conocer lo que algunos llaman “la magia de los libros” o solo a distraerse.
Referirse o trabajar con la lectura siempre va a ser un asunto difícil porque hay muchos obstáculos y casi nadie se preocupa o, mejor dicho, no ha hecho consciente la mejor forma de contagiar el gusto por la lectura.
La lectura no puede ser un imperativo, y de ser así se vuelve algo tedioso y del que se huirá siempre que se presente. Creo que esto lo deben considerar los organizadores de la FILBÚ para el siguiente año. Lo mejor es no obligar a los estudiantes a permanecer en una charla o presentación que no les interesa; en cambio, se les pueden dar más opciones que sean más cercanas a sus gustos.
¿Y cómo podemos conocer sus gustos? Interesándonos realmente por los temas que les interesan y les dicen algo de sí mismos. ¿Cuántos maestros lo saben? Cuántos maestros han leído lo que los jóvenes leen, porque claro que leen, solo que lo hacen en diferentes formatos y en distintos tiempos y espacios. ¿Cuántos maestros de los que exigen a los estudiantes que lean, leen para sí mismos?
¡El primer paso ya está dado! Mi reconocimiento por ello. Ahora a la sociedad nos corresponde apoyar a la FELIBÚ para que cada año sea mejor. Hay que asistir, correr la voz y aportar sugerencias. Una felicitación a los directivos, docentes y estudiantes de la Técnica 3 por llevar los libros y la literatura a la escuela.
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Es originaria del Distrito Federal y desde hace más de una década radica en Xalapa. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Estudió la especialidad en la Enseñanza de la lengua y la literatura en la Universidad Pedagógica Nacional Unidad Xalapa, donde actualmente es docente. Es egresada de la maestría en Literatura mexicana por la Universidad Veracruzana.
Actualmente cursa el diplomado para la Profesionalización de mediadores de lectura por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Es mediadora del Programa Nacional Salas de Lectura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Ha impartido talleres relacionados con el tema de la lectura y la escritura, y desde hace dos años es una de las mediadoras que dirige la sala de lectura Equinoccios.
Como periodista ha trabajado en el Instituto Mexicano de la Radio, el periódico U2000. Crónica de la educación superior, y el Departamento de Prensa de la Universidad Veracruzana. Fue gestora cultural en la USBI Xalapa. Actualmente colabora en el área de Comunicación Social del Instituto Veracruzano de la Cultura.