La celebración del 30 de abril no solo debe ser sinónimo de juegos, payasos, pasteles y dulces, también puede ser una ocasión para acercar o reforzar el acercamiento de los más pequeños del hogar a actividades artísticas, y qué mejor si las acompañamos con un toque de conciencia por el medio ambiente.

A partir del 20 y hasta el 30 de abril el Instituto Veracruzano de la Cultura, IVEC, organizará tremenda fiesta con más de 200 actividades para niños de todas las edades (hasta los muy viejitos). Lo mejor es que las actividades se realizarán en por lo menos 30 municipios veracruzanos. Predomina en el programa la oferta de talleres de todo tipo.

En un primer vistazo encontramos talleres de pintura, elaboración de máscaras, locución, fotografía, cuidado del medio ambiente, cuento, reciclaje, son jarocho, modelado en barro, gráfica, canto, autorretrato.

Hay dos talleres que desde el año pasado que se ofrecieron llaman mucho mi atención: el cuidado de mascotas y lengua de señas. Ante el lento avance en la creación de reglas que protejan a los animales, debemos hacer conciencia de su cuidado y la responsabilidad que tenemos como seres humanos hacia los demás seres vivos de nuestro entorno. ¡Qué mejor que empezar a trabajar con las nuevas generaciones!

Más allá si es una moda o un programa gubernamental, la inclusión no debe ser tomada a la ligera. El taller de cuento en lengua de señas es una oportunidad invaluable para que los niños aprendan a comunicarse con las personas sordomudas. Por cada niño que aprenda la lengua de señas habrá una persona más con quien conversar.

Y como el título de esta columna es “Dar de leer”, no podría pasar por alto una de mis actividades favoritas del festival y que espero con ansia: La presentación del libro “Dragones en el cielo”, editado por El Naranjo, escrito por Sergio Andricaín e ilustrado por el genial Israel Barrón, quien desde hace varios años imparte en recintos del IVEC talleres de dibujo, con mucho éxito y gran afluencia.

Sin el menor empacho por haber mencionado este libro en otras ocasiones, “Dragones en el cielo” es algo más que una historia de dos niños que encontraron un huevo. Debo admitir que el principal atractivo para mí son sus ilustraciones, pues creo que le falta algo a los personajes, ese algo que me haga sentir identificada con algún personaje. Lo que sí sucede es que me siento identificada con las ilustraciones.

Pero la presentación viene acompañada de algo mejor: la exposición “Dragones en el cielo” con las ilustraciones de Barrón. Será una ocasión irrepetible para llevar la lectura a otro nivel; que las páginas del libro salten a las mamparas de una galería y que podamos sentir que estamos dentro de la historia.

No me alcanza este espacio para hablar de todas las actividades del Festival Niñas y Niños por la Naturaleza y el Arte. Lo mejor es que el programa completo está disponible en www.ivec.gob.mx. Estoy segura que habrá más de una actividad que despertará al niño que todos llevamos en el alma.