ARTURO RIPSTEIN / PAZ ALICIA GARCÍADIEGO
En la Feria del Libro de la UV nos propusieron ampliar nuestra participación -más allá del tradicional ciclo sobre obras literarias llevadas a la pantalla- empecé de inmediato a recuperar una idea que no había encontrado momento: un homenaje a un binomio creativo-afectivo excepcional: la guionista Paz Alicia Garcíadiego y el director Arturo Ripstein, personajes fundamentales en el quehacer cinematográfico. Y claro, qué mejor territorio que una feria del libro para rendir tributo a esa colaboración intensa y admirable donde lo escrito se resuelve en la pantalla.
Ripstein y Paz Alicia comenzaron su complicidad creativa con El imperio de la fortuna (1986) y desde entonces han realizado en conjunto 12 historias más. Títulos sugerentes y dramáticos como La reina de la noche (1994), Profundo carmesí (1996), La perdición de los hombres (2000) o Las razones de corazón (2011) la más reciente, nos han atrapado y llevado -hablo como espectador- a atmósferas inquietantes y distantes porque en el mundo Garcíadiego-Ripstein la realidad cuelga siempre de un hilo y pareciera desplomarse, tierna e inevitablemente, hacia la tragedia. No intentaré aquí un ensayo erudito colmado de citas. Ya los críticos y especialistas han abundado en disertaciones sobre la carga simbólica, el melodrama desaforado, los largos planos secuencia… Dejo igualmente al lector el placer de su propia exploración hacia los textos de Paz Alicia y la filmografía de Ripstein. Prefiero compartir con ustedes algunos pasajes, parte de un rompecabezas personal que constituye mi aproximación a este entrañable par.
Como todo cinéfilo adolescente, a los 16 años agotaba yo las salas y cineclubes del DF. Aún me tocó la vieja Cineteca, la que se quemó. Leía todo lo que sobre cine caía en mis manos y desde luego destinaba mis ahorros para el abono de la Muestra y luego defendía mis filias y fobias en cualquier banqueta o camión (el café era aún sofisticado para aquella edad y presupuesto). Había visto tardíamente El castillo de la pureza (1972) y El santo oficio (1973) y en 1977 tenía gran expectación por la siguiente entrega, El lugar sin límites, que pronto se hizo una de mis preferidas y de pronto era ya todo un admirador del cine de Ripstein (aún no existían las palabras fan o groupie). Eso sí, con todas las manías y soberbia del espectador que se cree iluminado y que tan bien describe Cortázar en Queremos tanto a Glenda… Luego, mi ingreso a la universidad me instala en un breve limbo y me sorprenden El imperio de la fortuna y Mentiras piadosas (que yo llamo “su secreto mejor guardado”) y veo que ambos guiones los escribe la misma persona: Paz Alicia Garcíadiego y a partir de allí he sido constante seguidor de esta vasta y desbordante obra a dúo...
Tras estudiar y ejercer la Arquitectura acepté -por fin- el llamado y estudié cine. En el 2005, invitado con mi primera película al festival de Munich, compartíamos cordero y cerveza con el director del festival Klaus Eder y el joven cineasta Amat Escalante y de repente veo que un hombre canoso y de lentes se aproxima librando las sombrillas de la terraza llena de comensales. Era Arturo Ripstein, quien después de saludar a los otros colegas se dirige a mí y dice “¿tú eres Benet?... A Paz Alicia le gusta mucho tu película… Ya la veré”. Y ahí estaba yo, tratando de decir algo inteligente o al menos inteligible… En esos momentos -y aún con el jet-lag encima- a uno se le confunde todo lo ensayado para cuando llegasen esos encuentros imaginarios, cosas ciertas como “que desde adolescente veía y admiraba su cine, que fantaseaba con llegar al set y pedirle ser el último de sus asistentes, que era increíble conocerlo, que… que…”. Por suerte todo fue más simple. Arturo se sentó tranquilamente, pedimos más cervezas y disfrutamos de una sabrosa charla bajo el tímido sol de la primavera bávara.
Por la tarde había que ir a presentar nuestras películas; Ripstein llevaba su documental “Los héroes y el tiempo”, crítica y desencantada visión sobre los estragos que provoca el tiempo en la militancia política y que causó gran controversia entre el público alemán. Esa misma noche conocí a Paz Alicia, la cena era en una acogedora taberna y se nos había unido el cineasta argentino Carlos Sorín, quien con solo una playera muy ligera se quejaba de la fría noche primaveral; entonces descubrí el encanto de Paz Alicia, quien nos llevaba de las anécdotas de festivales a las tramas que se le iban ocurriendo y de pronto esa memorable velada parecía parte ya de uno de sus guiones. Los días siguientes compartimos almuerzo en un bosque urbano que cruza Munich, viajamos horas sobre una enorme balsa por un rio en medio de la Selva Negra (con parrilla, barriles de cerveza y un japonés que vestía y cantaba cual tirolés). Y siempre apurábamos el regreso para las proyecciones vespertinas.
El último día, ante un par de whiskies de despedida, pregunté a Arturo –a propósito de su controvertido documental- el por qué, habiendo ya pagado su derecho de piso y siendo parte de la historia y de las enciclopedias de cine, lanzaba aún esos buscapiés. Él solo dejó escapar una sonrisa de adolescente descubierto…
En el 2006 volví a coincidir con Paz Alicia en el festival de Mar del Plata donde mi película había ganado esa noche el premio principal y ella era parte del jurado. En los años siguientes nos volveríamos a saludar fugazmente en el festival de Guadalajara y ya en el 2010, invitados por el Festival L’Alternativa de Barcelona tuve el placer de compartir con ambos un panel sobre cine mexicano. Y claro había que recuperar las exquisitas veladas con esas charlas tan de ellos; donde las anécdotas se mezclan con los martinis, Buñuel y Fritz Lang con las cibe-imágenes, los amigos con los viajes, los proyectos con la madrugada… Y el fuego de la chimenea se va haciendo cargo para recordarnos que el cine es mucho más que realizar películas.
Ricardo Benet
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Estudió Arquitectura (U.N.A.M.), posgrado en Historia del Arte (Florencia) y la carrera de Cinematografía (CCC / Mèxico)
Ha dirigido 5 cortos de ficción, 2 documentales y 2 largometrajes: “Noticias Lejanas”, seleccionada en más de 60 festivales con 17 premios y “Nómadas” (protagonizada por Lucy Liu) estrenada en 2013
Como cine-fotógrafo ha realizado más de 20 cortometrajes y 4 largometrajes
Ponente en Portland University, Universidad de Buenos Aires y en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Ha sido jurado en los festivales de Puerto Vallarta, Montreal, Puebla, La Habana, Biarritz, Gibara Cuba, Barcelona y Mar del Plata.
Ha obtenido los premios “Ariel” de la Academia Mexicana de Artes Cinematográficas, el “Astor de oro a Mejor Película” en el Festival de Mar del Plata 2006, y “Mejor Director” en los festivales de Guadalajara y Vancouver, así como Mejor Director Iberoamericano en Málaga, España.
Está al frente del Departamento de Cinematografía de la UV y desde el 2007 coordina también los Talleres Audiovisuales del Centro de Artes Indígenas en Parque Tajín. Actualmente prepara su tercer largometraje.