Gustavo Madero: el difícil trance de la reelección
- Rodolfo Ruiz
¿Quién ganará las elecciones del PAN? ¿Cuántas posibilidades de reelegirse tiene Gustavo Madero Muñoz? ¿Josefina Vázquez Mota se aliará con El Yunque o esta organización con ella? ¿Es posible una alianza de Ernesto Cordero, Juan Manuel Oliva y Josefina Vázquez contra Gustavo Madero? ¿De veras los gobernadores del PAN actuarán en bloque?
Antes de responder estas interrogantes, vale la pena asentar dos premisas que sin duda marcarán la elección del futuro presidente del Comité Ejecutivo Nacional panista.
La primera es que el proceso interno del PAN será una competencia de estructuras y no un concurso de popularidad. Y la segunda es que Gustavo Madero no apostará por su reelección —aun y con la bendición de Los Pinos— si sus adversarios logran ponerse de acuerdo y sellar una candidatura única para hacerle frente.
Aunque en diferentes ocasiones Madero ha minimizado y descalificado al bloque de exgobernadores conformado por Ernesto Ruffo Appel, de Baja California; Carlos Medina Plascencia, de Guanajuato; Alberto Cárdenas Jiménez, de Jalisco; Fernando Canales Clariond y Fernando Elizondo Barragán, de Nuevo León, la verdad es que este grupo autodenominado Panistas por México debe tenerlo nervioso por una cuestión más que numérica.
Dichos exmandatarios no sólo se asientan en estados y capitales donde la membresía del PAN es numerosa, sino que se han convertido en críticos permanentes de su gestión y de algunos de sus principales operadores, como Luis Alberto Villarreal y Jorge Luis Preciado, coordinadores panistas en la Cámara de Diputados y Cámara de Senadores, respectivamente.
Además, han logrado atraer a más exgobernadores, como Francisco Barrio Terrazas, y sumado a otros exdirigentes nacionales como Luis Felipe Bravo Mena.
De los cinco gobernadores panistas en funciones, Gustavo Madero sólo tiene el respaldo de dos, o si acaso tres. El que más lo apoya —y sólo para impedir la victoria de Vázquez Mota— es el poblano Rafael Moreno Valle.
Los otros mandatarios panistas están con Ernesto Cordero (Marco Alberto Covarrubias, de Baja California Sur) o con Juan Manuel Oliva (Miguel Márquez, de Guanajuato).
En diciembre de 2010, Gustavo Madero pudo llegar a la dirigencia nacional panista gracias a los acuerdos que hizo con algunos grupos de su partido, entre ellos los yunquistas, que declinaron y optaron por sumarse a su proyecto, cerrándole el paso al candidato de los calderonistas Roberto Gil Zuarth.
Pero a tres años de distancia, poco o nada queda de esa alianza. Hoy los yunquistas aparecen formados en dos tendencias. Unos con la excandidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, quien en las encuestas entre miembros del PAN figura como la aspirante más popular para suceder a Gustavo Madero. Y otros con el exgobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, quien es el menos popular pero presume que “estructura mata popularidad”. http://www.lasillarota.com/component/k2/item/82818-el-alfil-del-yunque
Josefina y Oliva podrían pactar una alianza. Ella en la presidencia y él en la Secretaría General del CEN. E incluso sumar al senador Ernesto Cordero si es que los simpatizantes de este último —los calderonistas— advirtieran un riesgo de que Gustavo Madero pudiera amarrar su reelección por otros tres años.
Un dato que no puede perderse de vista en el análisis sobre quién será el futuro dirigente nacional panista es el de los estados con mayor número de miembros en el padrón. De los 409 mil 51 afiliados panistas, la mitad se concentra en sólo siete entidades: estado de México, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Sonora y Veracruz.
De éstas, sólo tres tienen gobernadores panistas, de los cuales Moreno Valle es el único alineado —abiertamente al menos— con Gustavo Madero.
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