Álamo Temapache, Ver.- La limpieza de los naranjales y áreas verdes contaminadas por el derrame de hidrocarburo en la comunidad de Citlaltépetl podría extenderse hasta abril de 2026, es decir, las maniobras podrían prolongarse hasta seis meses, indicaron los afectados con base a la información proporcionada por personal de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Se trata de la respuesta que le dieron a las familias afectadas, quienes desde hace 13 días observan cómo quedó la contaminación a causa de la fuga en uno de los oleoductos que atraviesa la localidad de la región huasteca, en el norte del estado de Veracruz.

La señora Susana Marlén Cortés Hernández, una de las productoras de naranja, dio a conocer que el derrame ocurrió la tarde del jueves 16 de octubre, cuando una fractura en el ducto provocó la expulsión de miles de litros de petróleo crudo. 

En su caso fueron 396 naranjos con al menos diez años de vida, 20 matas de plátano y tres de mango las afectaciones, ya que el petróleo crudo salió como fuente y baño a los sembradíos, dejando una escena renegrida y desoladora.

Entrevistada en la zona de los daños, Susana narró que el líquido espeso alcanzó hasta 300 metros de distancia, cubriendo cultivos de naranja, mango, aguacate y papaya, además de arroyos y manantiales.

Explicó que cada árbol de naranjo produce hasta tres colotes de fruto, lo que representa a cada uno, hasta 80 kilos.

“Que nos digan si se contaminaron los pozos de la comunidad que son los que abastecen a toda la comunidad de Citlaltépetl, porque están como a seis metros del arroyo contaminado. Todo este arroyo llega a la comunidad y al Cabellal, Xuchitl”.

La respuesta que personal de Pemex les ha dado a las familias en Citlaltépetl, es que al menos la limpieza tardará hasta seis meses, pero no así el saneamiento del suelo, pues consideran que seguirá contaminado por el petróleo, lo que dificultará el cultivo.

Susana Marlén comentó que los frutos que se cosecharían en diciembre están contaminados, y los árboles deben ser arrancados de raíz, lo que representa una pérdida estructural para los productores.

La magnitud del derrame transformó los afluentes en corrientes de petróleo que descendieron hacia cuerpos de agua mayores, alcanzando el río Pantepec y posteriormente el Tuxpan. 

La comunidad teme por el abastecimiento de agua, ante una contingencia ambiental que podría prolongarse por meses.