Atzalan, Ver.- Las especies acuáticas del río Bobos, entre ellas acamayas, camarones, peces y truchas, enfrentan un serio riesgo de desaparición, lo que ha generado alarma entre pobladores de la región central-norte de Veracruz.

“Estamos cuidando el río porque ya se terminó el bobo, la acamaya y el camarón están desapareciendo; la trucha, incluso, está en peligro de extinción”, señalaron ciudadanos que han asumido la tarea de resguardar el afluente.

La zona más afectada se ubica entre los municipios de Atzalan y Altotonga, donde vecinos han emprendido acciones de rescate como la liberación de alebines y larvas de camarón con la esperanza de repoblar las aguas. De acuerdo con los habitantes, el problema ambiental se arrastra desde hace más de 20 años.

Ante la gravedad de la situación, formaron un grupo de alrededor de 60 guardianes comunitarios para vigilar el río Bobos —también conocido como Filobobos—, considerado uno de los más importantes de la región. Este afluente nace en la ladera norte del Cofre de Perote, atraviesa un cañón que separa la Sierra de Chiconquiaco de la Sierra Madre Oriental y desemboca en el Golfo de México a la altura de Nautla.

“Más que nada cuidamos el río porque lo están contaminando. Invitamos a más gente a sumarse a la vigilancia, pues la cuenca del Bobos ya no baja como antes porque atrapan el agua”, advirtieron los pobladores durante una entrevista este sábado 20 de septiembre.

La disminución en los niveles del afluente no solo afecta a las especies, también impacta la pesca, actividad que representa una fuente de sustento para muchas familias de la región.

Otra de las principales preocupaciones es la presencia de personas ajenas a la comunidad que recurren a prácticas destructivas, como el uso de explosivos y veneno para la pesca, lo que agrava la contaminación y pone en mayor riesgo al ecosistema del río Bobos.