El sábado 23 de agosto ocurrirá la llamada Luna Negra, un fenómeno astronómico poco frecuente que coincide con la fase de luna nueva. En esta ocasión, se trata de una Luna Negra estacional, es decir, la tercera de cuatro lunas nuevas en una misma temporada.

Aunque el nombre pueda sugerir un espectáculo visible, en realidad la Luna Negra no se observa a simple vista, ya que el satélite se ubica entre la Tierra y el Sol y muestra su cara oscura hacia el planeta. Por esa razón, el cielo nocturno lucirá más profundo de lo habitual, lo que lo convierte en un escenario ideal para disfrutar de otros fenómenos celestes.

De acuerdo con el portal especializado Starwalk, este evento se registra cada 33 meses en promedio. La próxima ocasión en que se repita será el 31 de agosto de 2027, lo que lo vuelve un acontecimiento singular para aficionados y especialistas de la astronomía.

Durante esa noche, el cielo ofrecerá condiciones óptimas para observar la lluvia de meteoros Perseidas, que se extiende hasta finales de agosto. Según el Instituto de Astrofísica de Canarias, será posible distinguir hasta 25 meteoros por hora, siempre que se busque un horizonte oscuro y despejado, lejos de la contaminación lumínica de las ciudades.

Existen tres variantes de la Luna Negra: la calendárica, cuando se presentan dos lunas nuevas en un mismo mes; la estacional, como la de este año; y la más rara, un mes sin luna nueva, que puede ocurrir únicamente en febrero debido a su corta duración.

Aunque la Luna Negra no brille en el cielo como una superluna o un eclipse, su rareza la convierte en un recordatorio del valor que también tienen las ausencias dentro de los ciclos naturales.

La cita astronómica del 23 de agosto invita a mirar hacia arriba y aprovechar la oscuridad para reencontrarse con el cielo nocturno, un espectáculo que pocas veces se presenta en estas condiciones. (LV) ​