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Frumencio: media vida de taxista entre la misma tarifa, InDrive y la violencia en Xalapa

  • Francisco de Luna
Frumencio cuenta cómo es ser taxista, pasar 14 horas manejando y cobrar con tarifa no actualizada en Veracruz.

Xalapa, Ver. - Frumencio Rodríguez Montano lleva tres décadas recorriendo y dando servicio como taxista en la capital del estado de Veracruz, Xalapa. 

A sus 60 años ha pasado la mitad de su vida en el volante. De 24 horas al día, al menos 14 las dedica a conducir la unidad marcada con el número XL-1784, afiliada al Sindicato de Operadores, Propietarios y Anexos del Estado de Veracruz (Sopaver). 

En su rutina, Frumencio se enfrenta a pasajeros groseros y otros que son sorprendentemente cordiales, más cuando el costo de la gasolina ronda los 24 pesos por litro, tiene un desgaste físico y nuevos competidores como Uber e Indriver, que transformaron el panorama del transporte público en Veracruz.

Con el volante firme y la mirada hacia el horizonte, Frumencio cuenta su historia durante un trayecto que va desde Las Trancas, en la zona sur de la capital veracruzana, hasta la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), por la transitada avenida Lázaro Cárdenas.

Reconoce que no se puede quejar, porque al trabajo “se le echan ganas, te va bien, con ganas de trabajar te va bien y a mí me gusta mucho trabajar y así me la he llevado”, dice durante la entrevista para e-consulta Veracruz.

Con relación a las plataformas de Uber e Indriver, indica que al menos para él no significan una fuerte competencia porque como taxista tiene sus propios clientes, quienes, mediante una llamada telefónica o mensaje, le piden servicio. Muchas de ellos se convierten en amigos, otros son vecinos y unos más, familiares.

“Como ya tenemos nuestra clientela, ya la gente nos conoce y ya te hablan o te esperan, siento que no ha afectado porque la gente tiene su taxista de confianza y ya te hablan. Creo que los de Uber tienen su clientela diferente a nosotros”, afirma. 

A estos desafíos se suman las condiciones climáticas extremas que, en una ciudad como Xalapa, suelen ser impredecibles; lluvias torrenciales, deslaves e inundaciones han hecho que Frumencio —como muchos de sus colegas— queden atrapados en vialidades anegadas, lo que a veces deja sus unidades inservibles. 

Las zonas más complicadas, dice, se ubican hacia el municipio de Banderilla. En Xalapa son la colonia Rafael Lucio, la Revolución y recientemente cerca de la Plaza El Juguete y Valle Real. 

“Hay colonias a las que no entro si está lloviendo, porque el agua baja con mucha fuerza y ha arrastrado vehículos”. Como lo sucedido el sábado 21 de junio del 2025 con el paso del huracán Erick por territorio mexicano.

CONDUCIR CON MIEDO

La inseguridad también ha dejado huella en Frumencio. Hace seis años acudió a misa en la iglesia “María Madre”, en la unidad habitacional Los Ángeles. Al salir descubrió que su vehículoun Tsuru modelo 2010 que pertenecía a Sopaver— había sido robado

“Lo dejé estacionado en la calle Zempoala y ya no estaba”, relata con voz firme, aunque aún marcada por el desconcierto. Pese a que denunció los hechos ante la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz, el carro apareció desvalijado y nunca se recuperó por completo.

Su hermano mayor, también taxista, ha vivido situaciones similares: robos de dinero, carteras y amenazas. Esto ha hecho que Frumencio sea más precavido al momento de aceptar pasajeros. 

“Hay que ver bien a quién se le brinda el servicio”, comenta, consciente de que la confianza puede volverse un arma de doble filo.

COSTO DE SERVICIO COMO TAXISTA

El servicio que ofrece Frumencio debe adherirse a tarifas oficiales que no se actualizan desde marzo de 2002. Actualmente gasta alrededor de 600 pesos operando.

La reciente polémica sobre los precios de pasaje — entre 14 y 26 pesos — sirvió para que el Gobierno del Estado retomara el tema y exista la posibilidad del diálogo entre líderes taxistas con funcionarios estatales.

Para Frumencio fue un buen momento para sacar el tema otra vez porque es una exigencia de los choferes por mantener sus unidades operativas.

Muchos taxis en Xalapa manejan tarifas que dependen del trayecto, del tiempo del día y del acuerdo entre conductor y pasajero. Un ejemplo es el recorrido desde la calle Juan de la Luz Enríquez (del Palacio de Gobierno) hasta Las Trancas, que puede oscilar entre 80 y 90 pesos. 

“Hay zonas y horarios que hacen variar el precio, pero siempre procuramos ser razonables”. 

Frumencio recuerda que cuando comenzó en el oficio, hace 30 años, los taxis en Xalapa eran contados. Fue durante el sexenio de 2004 a 2010 del priista Fidel Herrera Beltrán cuando se otorgó un gran número de concesiones, lo que provocó un crecimiento exponencial en esta modalidad del transporte. 

“Hoy en día hay tantos taxis que a veces apenas hay trabajo. Todo cambió desde ese sexenio”. 

Para Frumencio, ser taxista no es sólo una forma de ganarse la vida, sino el pilar económico de su familia.  “Este trabajo es importante para los ciudadanos, pero también para mi hogar. Mientras pueda, seguiré manejando”. 

La necesidad de mantenerse activo se entrelaza con el sentido de responsabilidad que ha cultivado durante años y con el orgullo de cumplir con un oficio que conecta a las personas, transporta historias y recorre las distintas colonias.

Entre paradas y semáforos, Frumencio encuentra tiempo para reflexionar sobre lo que significa ser taxista. Para él, no se trata únicamente de conducir; es estar atento a los detalles, ser paciente ante los insultos, precavido ante la inseguridad y adaptarse ante las condiciones del tiempo.

También dice que significa conocer las calles como nadie, saber por dónde transitar cuando hay tráfico, y entender qué pasajero necesita compañía y cuál sólo quiere silencio.

“Cada persona que se sube trae una historia. Algunas te dejan pensando, otras te hacen reír… otras únicamente pasan”.