José, un odontólogo cuyo nombre fue cambiado por seguridad, aún recuerda la sensación de extorsión como si fuera cámara lenta. Estaba en su clínica dental, atendió a un hombre como cualquier otro paciente sin pensar que ahí comenzaría la odisea. 

“Era un hombre, pero llegaron dos. Entraron, lo atendí, terminamos y se sienta en la mesa de trabajo y empezó a hacerme una serie de preguntas. De pronto, sacaron una pistola y la pusieron arriba de la mesa y me dicen: ‘Las cosas están así, en estos momentos podemos levantar a tu papá, y bien nos pagas o levantamos a tú papá’”, relata al recordar la amarga experiencia. 

Su respuesta fue inmediata y sin pensar: ‘No tengo medio millón’ (cantidad que le pedían), sin embargo, los delincuentes insistieron en que era seria la exigencia y debía cumplir. 

Uno de ellos sacó un teléfono celular e hizo una videollamada. Lo que José vio en la pantalla del celular le heló la sangre. Era su padre, estaba parado fuera de otra clínica, ubicada en otro municipio veracruzano, sin percatarse que estaba siendo vigilado.

“Insistieron y me dieron dirección, todos mis datos, no me preguntaron nada, y yo me pregunto ¿dónde está la confidencialidad?, ¿cómo es que ellos saben tanto de nosotros?”, expresó.

José decidió no dejar que dañaran a algún integrante de su familia, pero no contaba con el dinero que le estaban pidiendo. Había estado ahorrando, tenía en una cuenta de banco poco más de 300 mil pesos, cantidad económica que les ofreció. Incluso, tuvo que mostrarles su aplicación bancaria para que ellos vieran que no tenía más dinero, ni alguna opción inmediatamente para conseguir más, como ellos reclamaban.

“Recuerdo que le abrí la cartera, traía como 5 mil pesos más o menos de mis pacientes del día. Le dije que era todo lo que tenía más lo del banco y me dijeron, ve y saca lo del banco y nos das también lo de la cartera”.

Salió del consultorio, se subió a su vehículo y detrás suyo los dos hombres subieron a otro auto, condujeron detrás suyo hasta una sucursal bancaria ubicada en Bolívar, en el puerto de Veracruz. Eran las 4 de la tarde y ya estaba cerrada. 

José les rogó que lo atendieran, pero el personal del banco fue inamovible. Le comentaron que otra sucursal estaba abierta hasta las 5 de la tarde en el Nuevo Veracruz. Él se acercó a sus extorsionadores y les explicó. Decidieron ir a esa zona y debía conducir 30 minutos aproximadamente.

“No hagas ninguna estupidez, si lo haces te damos cuello a ti y a tú papá, eso me dijeron”, dijo.
 
Había tráfico, José manejaba lo más rápido que podía con sus extorsionadores detrás suyo. Cuando llegó al banco, no los esperó.

“Ya iban a cerrar el banco. Le dije al señor; no cierre, necesito sacar un dinero. Es de vida o muerte. El del banco me dijo: ‘¿todo está bien?’  Estuve a punto de pedirle ayuda, pero me dio miedo”.

“Me dejaron pasar, pasé a la caja, pedí todo el dinero y la cajera me dijo que no se podía hacer un retiro tan grande por la hora. Otra vez le rogué, le dije que era de vida o muerte. Después de mucho, me dieron el dinero”.

El odontólogo salió del banco con todos sus ahorros en una bolsa, y se los entregó a los extorsionadores, que también le recordaron que debía de darles todo lo que traía en la cartera. Después le dieron:

“Tranquilo, a tú papá no le vamos a tocar, ni a ti, pero no puede enterarse la policía ni nadie”.

EXTORSIÓN EN MÉXICO

El caso de José es un delito que, durante años, ha aumentado en todo el país, incluido el estado de Veracruz. En esa entidad, durante 2025, 364 personas han denunciado haber sido víctimas del delito de extorsión ante la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz.
 
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la cifra negra en el estado de Veracruz corresponde al 96.3% de delitos cometidos, en los cuales, no hubo denuncia o no se inició una carpeta de investigación.

“No denuncié. Si ellos supieron dónde trabajo, dónde está mi casa y muchas cosas de mi vida, ¿cómo no van a enterarse si vamos a la policía?, no me arriesgaré”, dijo José.

Veracruz tiene más de 5 mil 200 casos de extorsión acumulados desde el 2019, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública.

A nivel nacional, la extorsión se ha incrementado en un 26.7 por ciento, de acuerdo con el reporte de incidencia delictiva de mayo. En 2024 fueron 376, en 2023 fueron 382, en 2022 fueron 339, y en 2021 fueron 317, todos ellos reportados ante la fiscalía local.

Las cifras exhiben que Veracruz es uno de los cinco primeros estados de la República Mexicana que concentra más casos de extorsión contra de mujeres, mientras el 60 por ciento de los miembros de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Veracruz han sido víctimas de extorsión. 

De acuerdo con Data Coparmex, el 17 por ciento de los casos obedecen a extorsiones telefónicas.

Adrian Maynez, presidente de la Coparmex en Veracruz, aseguró que existe también en esa área una cifra negra importante debido a que algunos prefieren no denunciar por temor.

“Puede haber una cifra todavía oculta en ese en ese tema, pero si lo que buscamos nosotros es que también haya la denuncia”, afirmó. 

Maynez indicó que los extorsionadores logran envolver a las personas y en algunos casos le sacan información, en otros sí han sido amenazados directamente y por temor a ser dañados o su familia también deciden no denunciar.

Señaló que tienen un protocolo en caso de que sean víctimas los empresarios de este delito. Sin embargo consideró muy importante que se siga la estrategia que dio a conocer hoy la presidenta de la República,  para que este delito pueda bajar.

LEGISLACIÓN 

Ante la falta de denuncias, el Gobierno de Veracruz está promoviendo la línea 089, como una opción para denunciar las extorsiones.

“Aquí en Veracruz ya estábamos trabajando en eso. La Secretaría de Seguridad y la Fiscalía han estado trabajando en México (…) como se vincula con la Secretaría de Seguridad y como se vincula también las fiscalías”, aseguró la gobernadora, Rocío Nahle García. 

El Gobierno Federal informó que se implementará una estrategia en ocho estados, incluido Veracruz, en los que se concentran el 66 por ciento de las denuncias por ese delito.

Una de las propuestas es incrementar la pena, que actualmente existe por este delito, para buscar desinhibir su realización. 
 
En acciones más vigente, la mañana de este 8 de julio, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, firmó una iniciativa de reforma constitucional para otorgar al Congreso de la Unión facultades para expedir una ley general de tipo penal que combata a dicho ilícito en todo el país.

La normativa se debe establecer como mínimo la homogeneización del tipo penal para combatir la extorsión, así como las modalidades bajo las cuales se comete.

En esta propuesta del Ejecutivo, se propone la modificación al artículo 73 constitucional, fracción 21, inciso A, para incluir ese delito en las leyes generales que establecen tipo penales y sanciones en materias de secuestro, desaparición forzada de personas, otras formas de privación de la libertad contrarias a la ley, trata de personas, tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes