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Bacterias y microplásticos en esponjas de cocina: un riesgo invisible

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Las esponjas de cocina pueden albergar hasta 50 mil millones de bacterias, casi como el inodoro

Las esponjas de cocina, un utensilio cotidiano en millones de hogares, se han convertido en un foco de preocupación debido a su capacidad para acumular bacterias y liberar microplásticos, según recientes investigaciones.

Los hallazgos publicados por páginas como Environmental Science & Technology, alertan sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente que representan las esponjas, especialmente las de melamina, conocidas como esponjas mágicas”.

Otro estudio, realizado por la Universidad de Furtwangen en Alemania, reveló que las esponjas de cocina pueden albergar hasta 50 mil millones de bacterias por centímetro cúbico, una cantidad comparable a la encontrada en un inodoro.

Estas bacterias, como E. coli, Staphylococcus aureus y Salmonella, prosperan en las esponjas debido a la humedad y restos de comida que se acumulan en sus poros.

La investigación encontró que lavar las esponjas con jabón o lejía no sólo es ineficaz, sino que puede aumentar la presencia de patógenos resistentes, ya que las bacterias más débiles mueren, dejando espacio para las más peligrosas.

Hay más análisis que respaldan el peligro de las esponjas de trastes

Un estudio de la Universidad de Nanjing destacó que las esponjas de melamina liberan alrededor de 6.5 millones de microplásticos por gramo cada vez que se usan.

A nivel global, podrían liberarse hasta 4.9 billones de estas partículas tóxicas al mes.

Los microplásticos, fragmentos de plástico menores a 5 mm, se desprenden debido a la fricción durante el lavado de platos y terminan en los sistemas de alcantarillado, desde donde pueden llegar a ríos, océanos y, eventualmente, la cadena alimentaria.

Investigadores como Yu Su, Baoshan Xing y Rong Ji advirtieron que estas partículas pueden ser ingeridas por la vida silvestre, afectando ecosistemas y la salud humana.

Los microplásticos fueron vinculados a trastornos inmunológicosalteraciones hormonales e incluso un mayor riesgo de cáncer.

Un estudio de la Universidad de Viena, encontró partículas plásticas en el cerebro de ratones tras estar dos horas de exposición a agua contaminada, sugiriendo posibles efectos en enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o Parkinson.

Hay bacterias en nuestros platos

Las bacterias en las esponjas pueden transferirse a platos y utensilios, aumentando el riesgo de infecciones gastrointestinales.

Para mitigar estos problemas, los expertos recomiendan desinfectar las esponjas en el microondas durante un minuto, siempre y cuando no sean metálicas o sintéticas, o en el lavavajillas con ciclo de secado.

También sugieren reemplazar las esponjas cada dos o tres semanas. U optar por alternativas biodegradables como esponjas de yute, luffa, fibras de coco o cepillos de madera con cerdas vegetales, que no liberan microplásticos y son más amigables con el medio ambiente.

Los científicos también han instado a los fabricantes a producir esponjas de melamina más densas y resistentes para reducir la emisión de partículas plásticas. (PSR)