- Migrantes
Rosaura, de Veracruz, pondrá fin a 20 años en EUA por redadas migrantes
Xalapa, Ver.- El miedo de ser deportados mantiene a varios migrantes indocumentados escondidos y huyendo en Estados Unidos. Ese es el caso de Rosaura, quien lleva 20 años en Pasadena, al sureste de Houston, en el condado de Harris.
Rosaura es originaria del municipio de Papantla, ubicado en el norte del estado de Veracruz. Migró con las intenciones de construir una casa, además de alejarse de la violencia que sufría con su pareja, a quien conoció en el municipio de Poza Rica.
Tiene temor a las redadas y que, en algún mal momento, los integrantes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) la lleguen a detener y sea expulsada del país donde actualmente labora como recamarera en un hotel, trabajo al que entra a las 07:00 horas.

Desde que llegó a Estados Unidos hace 20 años se dedicó solo a sus empleos. A las 15:00 horas termina su turno en uno de sus trabajos y a las 16:00 inicia otro turno como mesera en un restaurante del centro de Pasadena.
La política migratoria
Antes dedicaba algunas horas a pasear o ir de compras en algún centro comercial, pero, con las nuevas políticas migratorias del presidente Donald Trump, tiene miedo de salir y hasta de ir de compras a la tienda más cercana.
“Aquí casi no salimos, los agentes andan por todos lados. Van a las fiestas, a los antros, van a las construcciones y es a la gente que se están llevando, los que no tienen cómo identificarse”, dice Rosaura.
La mujer papanteca es una de las tantas veracruzanas que radican en el país vecino, donde Trump emitió una orden ejecutiva que suspende la entrada al país de cualquier extranjero bajo los argumentos de una invasión por parte de “millones de extranjeros ilegales”.
Esa orden excluye explícitamente el derecho de las personas a solicitar asilo si al hacerlo se permitiera su permanencia en Estados Unidos. También suspende la entrada a cualquier persona que suponga un riesgo para la salud pública.

Las medidas incluyen el uso de la policía estatal y local para desempeñar las labores de funcionarios de Migración en relación con la investigación, aprehensión o detención de extranjeros en Estados Unidos.
Estamos casi escondidos
“Ya no se puede pasear, antes íbamos a las tiendas, a comprar y ahorita ya no, sólo a tienditas cercanas, es que andan en todas partes”, comenta Rosaura.
Está sumamente preocupada porque a los dos años de migrar a Estados Unidos decidió llevarse a sus dos hijas; ahora las tres radican en ese país donde las autoridades buscan expulsarlas por no tener autorización para trabajar en Estados Unidos.
Una de sus hijas, Alondra, trabaja en un centro comercial. La otra se dedica a la jardinería y, así, las tres reúnen dinero para tener una mejor vida. Además, aprovechan para enviar dinero a la abuela, que vive en Papantla, y se compraron un departamento en la ciudad de Xalapa.
Es a Xalapa a donde buscarán llegar para rehacer sus vidas laborales, pues ya no tienen intenciones de regresar al Pueblo Mágico de Papantla, sobre todo porque quien fuera el esposo de Rosaura. Tratan de evitarlo para no repetir la violencia de hace más de dos décadas.
Las tres tratan de evitar lugares donde hay mayor presencia de agentes federales: “andan en el centro. Yo vivo en Pasadena, pero mientras no lleguen a los trabajos buscando gente todo estará bien, porque cuando llegan ya es cuando la situación se pone difícil”.
Hay una advertencia dicha: los funcionarios de migración podrían entrar tanto a los centros de trabajo como a las construcciones en bodegas para detener a los migrantes.
“Hasta ahorita han llegado a restaurantes y se los han llevado. También a la gente que está parada en la calle porque hay varios esperando ser contratados, son bastantes que se han llevado de aquí cerca de donde nosotros vivimos”, relata la veracruzana.
Un matrimonio fallido por las políticas migratorias
Algunos de los vecinos de Rosaura ya fueron detenidos. Conoce el caso de dos hombres que trabajaban en una gasolinera, otros que estaban en obras de construcción y de quienes laboran de manera eventual.

En la calle Richey, una de las avenidas principales de Pasadena, hay decenas de migrantes indocumentados que siempre están a la espera de ser contratados por un día o de manera temporal. Es ahí donde se registran más casos de redadas para las detenciones de varios mexicanos y centroamericanos.
Rosaura se mantiene angustiada por el temor a pasar por una situación similar. En ocasiones, a lo lejos o desde el transporte público, ve cómo los agentes federales detienen a los indocumentados.
Desde el primer gobierno de Donald Trump en 2017 y con la implementación de las políticas migratorias, sospechó que se avecinaba una situación grave para quienes migraron de manera ilegal y se asentaron en Estados Unidos.
La mujer y su nueva pareja, con residencia en Norteamérica, planearon casarse. Ya habían hecho todos los planes, pero como aumentaron los requisitos para las bodas esto impidió que pudieran contraer matrimonio.
“Me dijo que sí, que sí nos íbamos a casar. El gasto eran 14 mil dólares (casi 280 mil pesos mexicanos), pero el riesgo es que por algún dato o documento que no esté bien pierdo el pago y es mucho dinero”, explica.
Preparar la salida de Estados Unidos
Ante el miedo de ser detenida y deportada a México, Rosaura ya analiza su salida de manera voluntaria, porque sólo así podría traerse algunos de sus bienes o al menos poder venderlos y no quedarse sin nada.

“Así como te detienen, pues ya no hay manera de recuperar las cosas, todo eso se queda y peor si alguien está solo, ya que no habrá quién reclame las cosas, ya sea el carro, el dinero o alguna propiedad que se haya adquirido”, explica Rosaura, de 60 años.
También sus dos hijas están preparadas para abandonar Estados Unidos. Mientras, quieren poner a la venta varios de sus objetos, como aparatos electrónicos y una camioneta. También buscarán enviar algunos objetos hacia la ciudad de Xalapa.
El gobierno de Estados Unidos mantiene entre sus funciones el monitoreo de espacios de empleo para verificar que se cumpla la normativa de verificación de elegibilidad laboral, incluyendo el uso del sistema E-Verify por parte de empleadores. Esta plataforma es un sistema electrónico gratuito del gobierno que permite verificar la elegibilidad de empleo.
Rosaura ya se prepara mentalmente para salir por cuenta propia y aprovechar el vuelo gratuito que ofrece el gobierno de Donald Trump, porque, en caso contrario, se vería obligada a pagar una multa de tres mil dólares.
Llegar a México será como volver a empezar a sus 60 años. Ahora su temor es si será contratada en algún empleo en la capital veracruzana, pero se siente segura de convivir con sus familiares más cercanos, alejada a kilómetros de la violencia familiar que la hizo migrar de manera ilegal a Estados Unidos.
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