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¿Qué precio tiene el cielo? Bendición del Papa León XIV cuesta hasta 70 euros

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Tienes que llenar formularios, elegir el modelo de pergamino y pagar con Visa o MasterCard. No aceptan efectivo ni fe a secas.

La Limosnería Apostólica, órgano vaticano encargado de canalizar la caridad del Papa León XIV, ofrece desde ya bendiciones apostólicas impresas en elegantes pergaminos.

Lo que por siglos fue un gesto espiritual gratuito, hoy requiere tarjeta de crédito, conexión a internet y un desembolso que puede superar los 70 euros si se suma el envío internacional.

Los motivos para solicitar la bendición del Papa León XIV son sacramentos o aniversarios significativos: bautismo, comunión, matrimonio, confirmación, ordenación, cumpleaños.

¿La condición? demostrar que se es católico practicante y moralmente idóneo.

El procedimiento —disponible en línea y en las oficinas dentro de la Ciudad del Vaticano— exige llenar formularios, elegir el modelo de pergamino y pagar con Visa o MasterCard. No aceptan efectivo ni fe a secas.

“Los ingresos se destinan íntegramente a la caridad”, asegura el portal de la Limosnería. Pero la caridad —como el acceso al gesto simbólico del Sucesor de Pedro— tiene tarifa en euros.

La espiritualidad como servicio premium

Quienes deseen recibir este diploma bendecido del Papa León XIV en América Latina deben pagar entre 45 y 70 euros, dependiendo del modelo de pergamino y el país de envío.

Este gesto que en apariencia apoya a los pobres, restringe el acceso sólo a quienes lo pueden permitir. Bajo esta lógica mercantil la bendición papal es un servicio condicionado a una cuenta bancaria.

Para México donde millones de fieles profesan la fe católica, pero enfrentan precariedad— el costo de una bendición oscila entre los 900 y mil 400 pesos; el salario mínimo por día actual en la zona centro del país es de 278.80 pesos diarios.

León XIV: un pontífice moderno... y financiero

Desde su elección el 8 de mayo de 2025, el Papa León XIV —de origen estadounidense y con formación en matemáticas y derecho canónico— impulsó la digitalización de trámites religiosos, incluyendo la obtención de bendiciones oficiales.

Su rostro ya aparece impreso en los nuevos modelos de pergaminos y su oficina de caridad gestiona una red global de ayuda a través de donaciones canalizadas por medios electrónicos, informó Milenio.

Los voceros del Vaticano insisten en que todo lo recaudado va a obras sociales, pero no existe transparencia pública sobre cuánto se recauda ni a dónde va exactamente el dinero.

Teología de clase: la bendición de los ricos, el silencio para los pobres

La Iglesia Católica ha sostenido históricamente que la gracia no tiene precio, pero en su práctica la bendición apostólica es un bien religioso prácticamente privatizado.

El acceso se limita no sólo al dinero, también por criterios morales excluyentes: no se concede a personas divorciadas, unidas civilmente o alejadas de la práctica religiosa.

Con esta lógica el Vaticano transforma el gesto pastoral en un producto certificado, validado por criterios de clase, conducta y ortodoxia. La caridad vaticana no está pensada para quienes viven en la periferia global, sino para quienes aún pueden pagar DHL Express. (MIG)