Hace 25 años, el cine mexicano vivió una revolución. En 2000, Amores perros, la ópera prima de Alejandro González Iñárritu, irrumpía en la escena internacional desde el Festival de Cannes como una bomba emocional que le dio la vuelta al mundo.

Hoy, un cuarto de siglo después, la cinta regresa a la Croisette con una versión restaurada, y se prepara para su reestreno mundial en cines y su llegada a la plataforma MUBI. El regreso de este clásico no solo es un viaje nostálgico: es un recordatorio de cómo una película puede cambiarlo todo.

“Me cambiaste la vida”: Gael a Iñárritu.
Mucha emoción y lágrimas hoy en el precioso aniversario de #AmoresPerros en @Festival_Cannes @GaelGarciaB pic.twitter.com/uB0E6R1pQm

— Alejandra Musi (@alejandramusi) May 20, 2025

Amores perros fue la carta de presentación de Iñárritu, pero también del guionista Guillermo Arriaga y de un joven Gael García Bernal, que debutaba en cine con el papel de Octavio. La cinta, que entrelaza tres historias marcadas por el deseo, la violencia y la redención en una caótica Ciudad de México, ganó el Gran Premio de la Semana de la Crítica en Cannes.

Desde entonces, la película se convirtió en piedra angular del llamado Nuevo Cine Mexicano y en un fenómeno global. Su estilo crudo y su narrativa entrecortada marcaron una generación y redefinieron la percepción del cine latinoamericano.

 

 

 

 

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Durante su regreso a Cannes, la emoción fue inevitable. En una sala llena de aplausos y memorias, Iñárritu y Gael subieron al escenario para presentar la versión restaurada en el marco de Cannes Classics. El director confesó estar asombrado de que hayan pasado 25 años “en un abrir y cerrar de ojos”.

Conmovido, el actor soltó lágrimas antes de que la proyección comenzara: “Me prometí que iba a llorar al empezar la película, no ahora. Pero no puedo”. Además del reestreno cinematográfico, el 25 aniversario de Amores perros se celebrará con una instalación artística que viajará a la Ciudad de México, Los Ángeles y Milán, basada en material descartado del rodaje y resguardado por 25 años en la Cineteca Nacional. (EP)