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En 2 años, solo 12 mujeres denunciaron violencia en zona rural de Veracruz

  • Iraís García
las comunidades en donde se registraron más casos de violencia de génro son Dos Lomas, Tejería, Santa Fe (Delfino Victoria) y San Julián
Veracruz, Ver.- Solo 12 mujeres de zonas rurales del municipio de Veracruz presentaron denuncias tras ser víctimas de violencia de género. En muchos casos no llegan a denunciar, declaró Gisela Castro, miembro del colectivo Impulsa Mujer Rural.
 
“Estas 12 mujeres súper valientes, no daremos sus nombres ni datos para salvaguardar su identidad, pero ha sido un logro que lo hayan hecho, algunas no les han dado seguimiento a las denuncias, otras sí, pero ya están ahí”, expresó.
 
Algunas de las comunidades en donde se registraron más casos son Dos Lomas, Tejería, Santa Fe (Delfino Victoria) y San Julián de acuerdo con Gisela Castro.
 
 
De acuerdo con la activista, las 12 mujeres fueron canalizadas al Instituto Municipal de la Mujer (IMM) y al DIF; algunas también recibieron asesoría legal para iniciar el proceso correspondiente para solicitar pensiones alimenticias.
 
Gisela Castro, del colectivo Impulsa Mujer Rural, no logran completar los procesos penales tras poner las denuncias por violencia, física en la mayoría de los casos.
 
“Los camiones, el traslado, el tiempo, porque, aunque estamos a 40 minutos de la primera comunidad, para ellas sí es lejos.
 
Algunas mujeres han normalizado las violencias, creen que es normal o cotidiano que las violenten emocionalmente y que no nada más sea la cuestión física”, expresó.
 
Señaló que en el colectivo hay alrededor de 200 miembros que están trabajando en empoderar mujeres, no solo en la cuestión emocional, sino también enseñarles a ser independientes económicamente.
 
“Que pongan algún negocio desde la comunidad de su casa, porque muchas tienen hijos, entonces así poderse ellas ayudar”, expresó.
 
Castro señaló que por ahora buscan ayudar a las mujeres que son violentadas a que sigan el curso de sus denuncias y a otras a que ya las interpongan, pues muchas no lo hacen por temor a que la ira de sus agresores empeore y haya consecuencias, no solo para ellas, sino para sus hijos.