Zozocolco, Ver.- Las tradicionales posadas realizadas en diciembre como una celebración por la llegada del niño Jesús al mundo, representan para las familias zozocolquenses un gran acontecimiento, al grado de que eran tantas las familias que querían tener el honor de recibir a la posada, que se implementó que el festejo iniciara desde el 24 de noviembre de cada año para ser 30 posadas.

Es mediante mayordomías que se elige la casa donde se llevará a cabo la tradicional posada, esta vivienda recibirá a propios y visitantes que gustan de estas tradiciones y mantendrán en su hogar a la imagen de la Virgen María por una noche, explicó Cándido Juárez Grande, presidente del Comité Pueblos Mágicos en Zozocolco. 

“La familia que da la posada se prepara con esa emoción de que va a venir mucha gente a disfrutar del atole y depende de las posibilidades, algunos se organizan con música, huapango, comida, depende de cómo lo decida cada familia”, detalló.

Para recibir a la Virgen, la familia elegida adorna su casa con palma amarilla, hojas de pimienta y la tradicional cera, importante para cada mayordomo, pues tiene un significado de ofrenda en Semana Santa y para su santo patrono, también acuden danzantes Matarachines que acompañan a los asistentes a la posada.

“Cada mayordomo de la navidad elabora los cirios o velas y es el que se encarga de repartir las 30 posadas cada año, ya son muchos mayordomos debido a que son muchísimos años que se lleva a cabo esta tradición”. 

ES UN HONOR RECIBIR A LA POSADA

Germán Cortés Juárez, uno de los mayordomos de Zozocolco, explicó que esta tradición es tan importante que se hicieron dos versiones, una por parte de la iglesia católica y otra por parte de las autoridades municipales, de esta manera, son más de 30 posadas las que se realizan en el municipio.

“En un gusto y honor para cada familia, antes nada más eran nueve posadas, pero al ser un pueblo católico, todas las familias quieren participar y de esta manera es como pudieron hacerlo, es una tradición de toda la vida en Zozocolco”, comentó. 

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Destacó que uno de los elementos más importantes de estas tradiciones es la elaboración del “atole agrio” o “atole de posada” que se elabora de manera artesanal por más de 15 horas para ofrecer a las personas que asistan a la casa que recibe la posada, este lejos de tener un sabor amargo como su nombre lo indica, es más bien dulce al paladar y no está descompuesto, sino que le llaman así por el proceso de fermentación del maíz.