Veracruz, Ver.— Rafael Martínez Serrano comía unas picadas a la vuelta de su casa, en la colonia Reserva Tarimoya II del puerto de Veracruz, cuando alguien le avisó que su vivienda acababa de colapsar por las rachas de viento del norte explosivo.

Cuando el hombre llegó a su vivienda, el pasado domingo 10 de diciembre, encontró sus pertenencias sepultadas debajo de las láminas retorcidas y de los pedazos de tablones que conformaban su vivienda en la Reserva Tarimoya.

A dos días del incidente que causó el paso del Frente Frío Número 16, Rafael todavía camina entre los escombros para rescatar sus pertenencias o lo poco que le queda de ellas. El domicilio se ubica sobre la calle Tamarindo entre Cacao y Guaya.

En un rincón del terreno, colocó su viejo buró y, en otro, su ropa con algunas cobijas. Algunos amigos y conocidos que se enteraron de su situación llegaron al lote para ayudarlo a levantar los escombros y acomodar las láminas retorcidas.

Rafael espera limpiar el lote y posteriormente reutilizar algunas de las láminas y de los maderos en mejor estado para construir su vivienda, sin embargo, esto también dependerá de sus posibilidades económicas.

El evento de norte del pasado fin de semana fue tan intenso – las rachas llegaron a los 114 kilómetros por hora en la zona de costa – que derribó la casa hecha de lámina y madera donde Rafael y su hermana vivían desde hace 17 años. Aquel día, ni Rafael ni su hermana se encontraban en casa cuando el norte la hizo colapsar.

“Sí, perdí prácticamente todo porque como puede ver solo quedaron láminas retorcidas, palos, el aire se llevó el techado y lo bueno que acaba yo de salir a almorzar porque si no me cae el techo encima”, dijo el hombre dedicado a los oficios de la tablajería y albañilería.

Visiblemente consternado por lo que sucedió, Rafael Martínez Serrano solicitó el apoyo de las autoridades de los tres niveles de gobierno y de la sociedad para recuperar algo de lo que perdió a causa del evento del norte explosivo.

“Pues en lo que me puedan apoyar las autoridades, a quien corresponda el llamado, porque nosotros somos de escasos recursos y pues unos conocidos me dicen que me van a apoyar con un poco de madera, pero no sé si sea suficiente para levantar lo que tenía”, concluyó.