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María Elena vivió 96 años; al morir se reunió con sus papás en Teocelo

  • Mónica Tejeda Hernández
Sus familiares le visitaron hoy en el panteón municipal de Teocelo, municipio al que “volvió” después de décadas viviendo en otros lugares

Teocelo, Ver.- María Elena Olmos Anell, quien murió apenas el pasado 24 de septiembre de este año en Xalapa, se reunió con sus padres Nemesio y Maura en el cementerio municipal de la llamada tierra del Dios Tigre, municipio de Teocelo, donde fue visitada por sus familiares este 2 de noviembre “Día de Muertos”.

Su primera nieta, Liliana Tejeda, recuerda algunas historias de Teocelo que le contaba su abuela, quien llegó a tener 96 años de edad y quien a lo largo de su vida, pasó por varios momentos históricos como la persecución religiosa de Veracruz que obligó a sus padres bautizarla en secreto debido al enfrentamiento entre el Gobierno del Estado contra la Iglesia católica.

 

 

Mientras arreglaba su tumba con flores de cempasúchil, Liliana relata que su abuela le contó de las fincas que tuvo su padre Nemesio, en ese entonces, Teocelo fue considerado como la cuna del café veracruzano, pues ahí fueron fermentadas las primeras semillas traídas desde Cuba a Zimpizahua.

La abuela Elena, agregó, ayudó a sus padres en los quehaceres del campo donde no solo producían café, sino también miel de las docenas de colmenas que llegaron a tener y donde aprendió también a elaborar velas de cera, las que eran intercambiadas por su mamá Maura por frutas y verduras en la ciudad de Xalapa.

 

 

También recordó que a su abuela Elena le tocó viajar en el famoso “Piojito”, el ferrocarril cuya ruta Xalapa-Teocelo, fue inaugurada por el presidente Porfirio Díaz en 1898 -29 años antes de que ella naciera- transporte por excelencia de aquellas épocas.

Acompañada de otros familiares, Liliana llegó temprano este 2 de noviembre al panteón municipal de Teocelo, poco más de un mes, habían estado ahí para llevar a cabo el sepelio de su abuela María Elena, quien recuerda, siempre quiso volver a su natal Teocelo para volver a estar con sus padres que descansan en el mismo recinto.

 

 

“Ella vendió las propiedades de sus padres y después partió a México, luego a Xalapa y así, a lo largo de su vida estuvo en varios lugares, pero siempre extrañó a Teocelo donde fue muy feliz con ellos”, comentó.

 

Además de Liliana, muchas familias llegaron hoy al panteón donde limpiaron y adornaron las tumbas de sus seres queridos, en la entrada, los recibía un arco artesanal en la que destacaba la imagen de san Rafael Guízar y Valencia, benefactor de este municipio donde acudió en 1920 para auxiliar a los damnificados del terremoto de ese año, además de diversas visitas pastorales.