• Xalapa

Estela visitó a sus padres e hijo en panteón Palo Verde en Día de Muertos

  • Francisco de Luna
Al menos 20 mil personas visitan este 2 de noviembre el panteón Palo Verde en Xalapa, según el cálculo de autoridades

Xalapa, Ver.- “Mi hijo falleció en un accidente automovilístico en Banderilla”, recuerda Estela Bonfil Viveros, quien este jueves 2 de noviembre acudió al panteón Palo Verde para visitar la tumba de su hijo, pero también la de sus padres.

El papá de Estela falleció hace 43 años, su madre hace 35 y su hijo Israel Gómez Bonfil murió en el año 2000. Los tres están en su memoria. Este Día de Muertos les prendió veladoras, colocó flores y regó pétalos de cempasúchil en sus tumbas.

Estela Bonfil, de 75 años, pelo canoso y manos arrugadas por la edad, elevó oraciones hoy 2 de noviembre,  Día de Muertos en las distintas tumbas donde yacen los restos de familiares.

“Ya fui a visitar un hijo, a mi papá y mi mamá. Mi hijo era un joven de 23 años, él falleció en carretera, en un accidente en Banderilla, por la 21 de marzo; se accidentaron dos personas, pero mi hijo falleció hace 23 años”, dice Estela mientras limpia uno de los sepulcros.


El impacto de la noticia por el accidente que sufrió Israel causó que Estela tenga voz ronca y un tanto temblorosa: “él me tiene así, ronca, el dolor, la pena de haber perdido un hijo”. Estela seca sus lágrimas por el recuerdo de hace 23 años.

Cada cumpleaños, fechas conmemorativas y en Todos Santos visita a sus familiares para nunca olvidarlos. Su mamá se llamaba María Luisa Viveros Hernández, su papá Juan Monfil Tapia y su hijo Israel Gómez Bonfil.

Este 2 de noviembre, Día de Muertos, se calcula un promedio de 20 mil visitantes en el Panteón Palo Verde de Xalapa. Es uno de los camposantos más grandes de la capital y se ubica entre las avenidas 20 de noviembre y Lázaro Cárdenas de la colonia Álvaro Obregón, frente al monumento de Araucarias.

Estela permaneció al menos dos horas en el cementerio para encender las veladoras, limpiar el terreno, acomodar las cruces de madera y llorar en memoria de sus familiares.
En casa tiene las fotografías y el altar en su honor, donde a diario los ve para mantener los recuerdos vivos, narra al pie de los nichos en el panteón de Palo Verde.