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Desde prisión | La condena de Perla a vivir en La Toma por un crimen sin aclarar

  • Carlos Navarrete
Perla Hernández fue condenada por la desaparición de su exnovio Luis Ronzón, debido a que fue la última persona en verlo con vida en 2020

e-consulta Veracruz realizó una visita de incógnito en prisión a Perla de Jesús Hernández, a quien la Fiscalía General del Estado (FGE) y el Poder Judicial del Estado de Veracruz (PJEV) señalaron y enjuiciaron con el argumento de que la joven fue la última persona en ver con vida a su exnovio Luis Ronzón minutos antes de su desaparición.

Desde prisión | La condena de Perla a vivir en La Toma por un crimen sin aclarar es un retrato de las historias de las personas privadas de la libertad en centros de reinserción social del estado de Veracruz desde la experiencia de Perla y su madre, Nadia Hernández Meza, quien la visita semanalmente en el penal de La Toma, en Amatlán de Los Reyes, Veracruz.

La Toma, Amatlán de los Reyes, Ver.- “No me veo aquí los 50 años porque sé que soy inocente”, dice Perla de Jesús Hernández, condenada a prisión por el delito de desaparición cometida por particulares en agravio de su exnovio Luis Ronzón en el municipio de Córdoba, en la región conocida como “Las Altas Montañas” en Veracruz.

Desde las entrañas del penal de La Toma, ubicado en el municipio de Amatlán de Los Reyes, la joven de 25 años habla por primera vez ante un medio de comunicación sobre la sentencia condenatoria que recibió dentro del proceso penal 48/2022:  50 años de prisión más el pago de una multa por la reparación del daño. “Es una injusticia”, asegura.

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Perla fue condenada por una jueza de control pese a que las acusaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) habrían sido hechas de manera arbitraria y sin pruebas suficientes para demostrar que la joven estuvo involucrada en la desaparición de Luis Ronzón, quien fue visto por última vez entre las 16:09 y las 17:00 horas del 9 de enero de 2020 en la ciudad de Córdoba.

La FGE dijo tener elementos que probarían no solo que Perla fue la última persona que estuvo con el joven, sino que ella habría ordenado que terceras personas lo desaparecieran. Sin embargo, los personas que habrían recibido las indicaciones de cometer el delito nunca fueron identificadas por los policías ministeriales.

“La propia Fiscalía argumentó que los hechos sucedieron en un lugar hasta ahora desconocido, que fue realizado por terceras personas hasta ahora desconocidas, además de que el modo de comisión del hecho y así como la hora de comisión a razón de lo anterior también es desconocido, por lo que la propia fiscalía no pudo probar de manera total su teoría fáctica”, escribió Nadia Hernández, madre de Perla, en una carta que entregó personalmente al presidente Andrés Manuel López Obrador en el puerto de Veracruz el 21 de abril de 2023.

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Para Nadia, no todo está perdido. Aún quedan un par de recursos legales de los cuales se hará uso conforme a Derecho. El primer paso es la apelación contra la sentencia definitiva con el argumento de que el fallo de la jueza de control se basó en presunciones.

e-consulta Veracruz pidió una postura a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz, sin embargo, el organismo respondió que no se pueden dar más detalles sobre el caso debido a que todavía hay líneas de investigación abiertas.

El viacrucis de Nadia

Es jueves de visitas en el Centro de Reinserción Social (CERESO) de mediana seguridad localizado en la congregación de La Toma, a poco más de cinco kilómetros del corazón de Córdoba, la ciudad donde vive la familia de Perla.

Nadia Hernández Meza madruga para preparar desde temprano uno de los platillos preferidos de su hija: cochinita pibil con cebolla morada encurtida. Dentro de una bolsa mete el tóper con la comida de origen yucateco. A un lado va un kilogramo de tortillas y, por el otro, la cebolla con picante. Todavía es buena hora para que no le agarren las prisas.

A las 8:00 de la mañana sale de su casa, esta vez con suerte, pues afuera la espera un conocido para darle un aventón en una camioneta hasta el penal de La Toma, donde desayunará más tarde con Perla. Casi siempre llega al centro penitenciario en transporte público o en taxi cuando tiene un poco más de dinero.

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El viaje por carretera dura unos 25 minutos a una velocidad que no rebasa los 70 kilómetros por hora. Para llegar a Amatlán de Los Reyes desde Córdoba, es necesario cruzar uno de los puentes que pasan por encima de la autopista Veracruz-Córdoba.

Amatlán de los Reyes es uno de los 212 municipios del estado de Veracruz. Se ubica en la región de Las Altas Montañas y su nombre proviene del náhuatl Amatl “amate” y Tlan, “junto a”, que significa “lugar donde hay muchas higueras o amate”.

Es un municipio de 47 mil habitantes – según el Censo de Población y Vivienda 2020. Algunas viviendas aún tienen techos de teja y arquitectura de la época virreinal. Su iglesia fue construida en 1547. Después de cruzar el pueblo, es necesario pasar por un camino de terracería rodeado de cañales, uno de los productos que más se cultivan en la región.

A lo lejos, entre el traqueteo de las llantas del vehículo que pasan por encima de la terracería, se alcanzan a ver las altas paredes del penal de La Toma con sus torres de vigilancia. “Ya llegamos”. Nadia baja de la camioneta con la bolsa de comida y se forma en la fila de personas que visitan a sus familiares presos. Afuera del CERESO vendedores ambulantes van y vienen.

 

Nadia, madre de tres hijos – dos hombres y una mujer- ya conoce los protocolos de seguridad y los tiempos para ingresar al área de convivencia. Desde hace dos años y medio, acude todos los domingos y los jueves al Cereso, pues son los únicos días en que su hija y el resto de los reclusos tienen derecho a las visitas.

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El penal de La toma es el encuentro de familias enteras: niños, adultos y personas de la tercera edad que se reúnen con sus familiares presos. Para entrar al CERESO en domingo es recomendable llegar antes de las 6:00 de la mañana y apartar un lugar en la fila para ser de los primeros en entrar. Los jueves, por ser días hábiles en la mayoría de los trabajos de gobierno y del sector privado, la situación es completamente distinta; el número de visitantes es mucho menor en comparación con los domingos.

A las 10:00 de la mañana se abren las puertas de acceso para los visitantes, quienes deben portar cubrebocas y llevar impreso su certificado de vacunación contra la covid-19. A Nadia le parece absurdo “porque aquí creen que todavía hay pandemia”.

El penal es custodiado por policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Veracruz. Uno de ellos recoge las credenciales de identificación de los visitantes, mientras otro elemento toma nota de los nombres en una hoja de papel. “Mamá de Perlita ¿verdad?”, le pregunta un policía a Nadia.

Al penal de La Toma solo se puede entrar con ropa de colores claros, nada de pantalones rotos ni rasgados; el naranja y el caqui están prohibidos porque son las tonalidades que usan las personas privadas de la libertad dentro del CERESO.

Los custodios se encargan de revisar que las personas que entran al penal no metan objetos prohibidos. Los policías toman un palito de madera y lo sumergen hasta el fondo de los recipientes con comida para descartar el contrabando, luego husmean cada rincón de las bolsas donde van los alimentos.

Como en todos los centros penitenciarios de Veracruz, en La Toma no se permiten alimentos congelados, hielo, nieve, gelatinas ni leche en polvo. Tampoco se acepta el ingreso de fruta o alimentos susceptibles a fermentación, como la uva, piña, plátano, manzana, guayaba y cítricos, pues los reclusos podrían producir alcohol para consumo humano.

Nadia pasa los primeros dos filtros sin problemas y hacia el tercer módulo, donde una mujer policía la revisa de pies a cabeza en busca de objetos prohibidos. En el cuarto módulo, un grupo de custodios realiza una nueva revisión a los productos que llevan los familiares. En este punto, la mujer entrega su credencial de electora para que los oficiales la anoten en el registro de visitas.

“Mamá de Perla ¿verdad?”, le preguntan nuevamente.

Para llegar al último filtro de seguridad se camina por un pasillo de aproximadamente 20 metros de largo. De un lado van las mujeres y, del otro, los hombres porque deben entrar en grupos diferentes. Entonces se ve una reja tubular de hierro donde una mujer vestida con un uniforme color verde que lleva impreso el escudo de la Dirección General de Prevención y Reinserción Social, toma un nuevo registro de las visitas.

Antes de abrir la reja, la custodia coloca en la mano izquierda de los familiares un sello imperceptible al ojo humano, pero que se hace visible con la luz ultravioleta, para que a la salida no haya riesgo de que algún recluso se fugue haciéndose pasar por visitante.

Una vez concluido el último filtro de seguridad, Nadia baja por una rampa de concreto hasta llegar a la zona de visitas para mujeres privadas de la libertad. Es un espacio amplio, con áreas verdes, juegos para niños y bancas de concreto cubiertas con estructuras que bloquean los rayos del sol.

A las 10:30 de la mañana el aire apenas alcanza a entrar por encima de las grandes paredes del penal para refrescar a los visitantes. Nadia toma un respiro, el protocolo de revisión desde la entrada hasta el área de visitas duró aproximadamente media hora.

El último encuentro de Luis y Perla, único argumento de la FGE

El único elemento con el que la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz habría contado para acusar a Perla de la desaparición de Luis Ronzón fue el último encuentro que la joven sostuvo con su exnovio el 9 de enero de 2020.

“Revisaron la sábana de llamadas, todo lo que la fiscalía pudo haber acreditado y no se pudo acreditar nada de lo que la Fiscalía presentó y la única prueba en la que ellos se basan para decir que ella pudo haber tenido una participación es porque se encontraron en el centro comercial, no hay más”, asegura Nadia.

La mujer cree firmemente en la inocencia de su hija y se lo hizo saber al presidente Andrés Manuel López Obrador en una carta de cinco cuartillas a la que e-consulta Veracruz tuvo acceso. El mandatario recibió el documento personalmente y se comprometió a analizar el caso. También instruyó a su equipo de trabajo darle seguimiento al tema.

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Tres días antes de que el documento llegara a manos del presidente, Luis Rodríguez Bucio, subsecretario de Seguridad Ciudadana, informó sobre la sentencia condenatoria contra Perla durante la conferencia mañanera del 18 de abril de 2023.

“Los hechos ocurrieron en enero del 2020, cuando la víctima, en compañía de la sentenciada, se trasladaron a un centro comercial en Córdoba y, al salir, la sentenciada condujo a su pareja a abordar un taxi que resultó clonado, desde entonces se desconoce su paradero. La sentencia de 50 años es la máxima prevista por la ley en esta materia”, dijo el subsecretario.

Por su parte, Verónica Hernández Giadáns, titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), informó el 13 de abril de 2023 sobre la sentencia condenatoria lograda por la Fiscalía de Investigaciones Ministeriales y de la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Violencia Contra la Familia, Mujeres, Niñas y Niños y Trata de Personas.

“50 años de prisión contra Perla de Jesús ‘N’, por hechos ocurridos en enero del 2020, cuando el desaparecido acudió con la ahora sentenciada a la tienda comercial Walmart y después de realizar compras, ella lo condujo a un vehículo de alquiler en su modalidad de taxi, mismo que era clonado, y después de eso se desconoce su paradero, hechos asentados dentro del proceso penal 48/2022”, publicó la fiscal en sus redes sociales.

Nadia Hernández confirmó en entrevista que su hija y Luis Ronzón estuvieron juntos durante aproximadamente una hora la tarde del 9 de enero de 2020 en las instalaciones de la sucursal de Walmart de la plaza comercial Shangri-La, que se localiza sobre el bulevar Córdoba-Fortín.

Después de realizar algunas compras, los dos subieron a un taxi a las afueras del supermercado y viajaron juntos durante menos de seis kilómetros hasta llegar a la sucursal de Soriana que se ubica a la altura de la central camionera de Córdoba. Según el relato de Nadia, Perla bajó del taxi en ese lugar para dirigirse a su domicilio. Luis siguió a bordo del vehículo con rumbo desconocido y desde entonces no se sabe nada sobre su paradero.

Luis tenía 27 años el día que desapareció. El joven aspiraba a convertirse en licenciado en Derecho, la misma profesión de su madre, Luisa Ronzón. Cuando ocurrió la desaparición, las llamadas telefónicas y los mensajes dejaron de entrar al teléfono celular de la víctima.

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El caso de Luis fue boletinado en el portal de la Comisión Estatal de Búsqueda de Veracruz (CEBV). La ficha sobre la desaparición detalla que el joven tiene como señas particulares una cicatriz de una operación por apendicitis, clavos en la pierna derecha, un tatuaje en la pelvis y otro en el antebrazo derecho. Además, se ofreció una recompensa de 250 mil pesos para quien o quienes aporten datos que ayuden a dar con el paradero del joven.

Del taxista y su vehículo – marcado con el número económico 4723 – tampoco hay rastro porque, según la fiscalía, la supuesta unidad del transporte público resultó ser un vehículo clonado que fue utilizado para cometer el delito.

“Obviamente se levanta una denuncia por la desaparición de Luis. A Perla la llaman primero en calidad de entrevistada durante aproximadamente un mes, en lo que duraban las investigaciones, posterior a eso la Fiscalía le informa que ya no tiene más a qué asistir y que podía continuar con su vida normal y que únicamente se mantuvieran en contacto por si la volvieran a llamar, que estuviera localizable”, explica Nadia.

Según Nadia, Perla colaboró con la fiscalía en calidad de entrevistada por el caso de la desaparición de Luis y, a finales de febrero de 2020, antes de la irrupción de la pandemia de la covid-19, se fue a trabajar a un restaurante en Puebla.

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Más de un año después, en febrero de 2021, nueve elementos ministeriales de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla detuvieron a Perla dentro del restaurante donde trabajaba. Los oficiales presuntamente no se identificaron ni llevaban orden de aprehensión.

Perla fue ingresada al penal de mediana seguridad de La Toma, ubicado en el municipio de Amatlán de Los Reyes, el 3 de febrero de 2021, y menos de una semana después, en una audiencia que duró seis horas, se le vinculó a proceso por la desaparición de Luis.

“No entendíamos bajo qué motivo la habían vinculado porque no había pruebas, pero aun así lo hicieron. De las supuestas investigaciones primero se dijo que ella fue la autora material, que según ella amagó a Luis, que se lo llevó y lo desapareció, pero obviamente no se pudo comprobar nada de eso y entonces cambian el delito a colaboración, la ponen como colaboradora en la desaparición porque no se podía demostrar que ella fue la autora material”, señala Nadia Hernández.

Perla de Jesús Hernández recibió la sentencia condenatoria de 50 años de cárcel, la máxima prevista por la ley en esta materia, el 13 de abril de 2023, dentro de los juzgados del penal de mediana seguridad de La Toma.

Datos que la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) aportó a través de la solicitud con folio 301153923000564 hecha por e-consulta Veracruz mediante la Plataforma Nacional de Transparencia, indican que en Veracruz se tiene registro de 49 hombres privados de la libertad por desaparición cometida por particulares contra un universo de 11 mujeres reclusas por el mismo delito. Perla es una de ellas.

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Actualmente, en los penales del estado de Veracruz hay siete mil 934 personas privadas de la libertad por distintos delitos, de las cuales siete mil 419 son hombres y 515 mujeres. Del universo de mujeres privadas de su libertad en penales estatales, 213 ocupan el rango de 18 a 30 años, es decir, la categoría de edad de la joven condenada.

Perla desde la cárcel

Nadia toma asiento y acomoda la comida sobre una mesa de concreto dentro del área de visitas del penal de La Toma. A lo lejos se acerca la silueta de una mujer joven, delgada y de tez blanca. Lleva puesta una playera naranja y un pantalón caqui, los colores que obligatoriamente visten las y los reclusos en la cárcel.

La joven, que apenas rebasa el metro con 60 centímetros de estatura, es Perla Hernández.  Va maquillada del rostro y con el cabello cepillado, reflejo del cuidado que le da a su imagen. Llega hasta el lugar donde la espera su madre. Se dan un abrazo y se sientan en las bancas. En la mesa hay cochinita pibil, tortillas y cebolla encurtida. Nadia corre de repente hacia la tiendita del área de visitas y vuelve con una Coca-Cola de dos litros y medio. Un platillo así sabe mejor con refresco que con agua simple, dice.

Los rayos del sol rebotan en los brackets de Perla. Su cabello es largo y lacio y en su frente se asoma un fleco con puntas alineadas. En la mano derecha lleva puesto un reloj marca Casio color dorado y en la izquierda algunas pulseras.

Actualmente, Perla lee en su estancia – como le llama a su celda – el libro Donde Habitan Los Ángeles, escrito por Claudia Celis. Ríe cuando explica que ya se acabó todos los textos de la casa de Nadia, porque lo que le sobra en la prisión es tiempo.

Cuando ingresó a La Toma aprendió a pintar, a hacer manualidades, bolsas tejidas, a practicar yoga e incluso a realizar acondicionamiento físico. Antes de su vida en el penal, dice, jamás se imaginó que realizaría todas estas actividades, sobre todo lo referente al ejercicio.

Muchos de los productos elaborados dentro del penal por las mujeres privadas de la libertad se venden afuera con la ayuda de sus familiares. El fin es generar ingresos económicos porque, como dice Nadia, “la gente no sabe que la vida ahí dentro no es nada barata”.

Perla, una de las 181 mujeres recluidas en el penal de mediana seguridad de La Toma del municipio de Amatlán de Los Reyes, reconoce que recibe un trato digno desde que llegó. Descarta malos tratos, vejaciones, amenazas o extorsiones en su contra por parte de las custodias o del resto de reclusas.

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La apelación: “no existen pruebas directas contra Perla”

 “La juez que sentenció se basó solo en medios de búsqueda de la fiscalía y de otros órganos y no existen pruebas directas en contra de Perla, aparte que la decisión no fue imparcial y, bueno, lo que tenemos a favor es que no se puede demostrar que Perla haya sido participe. En los hechos que se basa la sentencia no hay nada que pueda demostrar que ella de verdad tuvo participación, como dice la fiscalía, no hay una certeza que diga que ella fue”, asegura Nadia.

De acuerdo con la mujer, las autoridades que la sentenciaron se encargaron de retrasar en varias ocasiones el procedimiento para, de alguna manera, entorpecer la apelación por parte de la defensa legal de Perla.

Explica que para tramitar la apelación era necesario presentar la sentencia y las audiencias por escrito, pero al solicitarlas, tanto la Fiscalía General del Estado de Veracruz (FGE) como la Sala 3 del Juzgado de Juicios Orales dieron largas y argumentaron que los documentos todavía no se encontraban listos.

“Pero logramos meter dicho documento de apelación para comenzar otro proceso penal igual de desgastante que el primero, pero con la firme convicción de que hasta la mentira más oscura tarde que temprano sale a la luz”, dijo.

La resolución de la apelación podría darse a conocer a finales del mes de septiembre de 2023, eso en caso de que no llegaran a presentarse más retrasos.

“Nosotros esperamos que de verdad las autoridades hagan el trabajo como se debe, tenemos muchas esperanzas, mucha ilusión de que en la apelación ella pueda salir libre porque es posible que le den su liberación si hay una resolución favorable, ella en ese momento sale libre”, asegura Nadia.

Si la resolución no es favorable, la defensa legal de Perla recurriría al amparo federal ante el Poder Judicial de la Federación (PJF). Mientras se resuelve la apelación, Perla continuará su estancia en el penal de La Toma.

Un día en prisión

- ¡Perla Hernández!
- ¡Presente! – responde la joven. La guardia de la Dirección General de Prevención y Reinserción Social lleva a cabo el primer pase de lista a las 6:00 de la mañana, hora en que se levanta todos los días.

Entre las 7:00 y las 7:45 de la mañana desayuna dentro del comedor compartido y después se dedica a diversas actividades como la elaboración de manualidades y pintura hasta las 8:00 de la noche, cuando se realiza el último pase de lista. En dos años y medio, Perla ya tocó en la banda de guerra y se convirtió en la instructora de activación física de sus compañeras.

“Tienes que hacerte a la idea de que vas a estar bastante tiempo aquí”, comenta sobre su vida dentro de La Toma.

Adentro tiene buena amistad con el resto de las reclusas, de quienes escucha infinidad de historias sobre la forma en cómo llegaron a la prisión. Lo que le sorprendió es que a su llegada se imaginó que las cosas serían hostiles, como en The Orange is the New Black, una de las últimas series de Netflix que vio antes de ser privada de la libertad, pero, entre risas, asegura que la realidad es completamente distinta a la ficción.

Perla se frota las manos cuando habla, se acomoda el cabello constantemente y juega con las pulseras que rodean su muñeca derecha. Suspira de vez en cuando, le da sorbetes a su vaso con refresco y por su rostro parece que disfruta cada bocado del platillo que le llevó su madre para el desayuno.

La reclusión implica también que Perla no pueda hacer uso del teléfono celular ni sus redes sociales, sin embargo, su familia y sus amigos la mantienen al tanto de las últimas noticias cada que la visitan. Le informaron que “Justicia para Perla, Ella es Inocente” es el nombre de una página de Facebook que crearon sus amigos para compartir información sobre su caso.

Para Perla, perder su libertad fue como enfrentar un duelo. No niega que, aunque recibe un trato digno dentro del penal, extraña su vida en el exterior, las salidas con sus amigos, su habitación, su casa y, sobre todo, ver a diario a su familia. Con la ayuda de su madre, consiguió el apoyo de una psicóloga que la vista regularmente y le imparte terapias para que aprenda a sobrellevar su tiempo en La Toma.

A la joven le restaría por purgar una pena de 47 años y medio en la cárcel y saldría a la edad de 73, sin embargo, insiste en su inocencia. Su madre y sus abogados recurrirán a las instancias necesarias para que recobre su libertad.

 “Sé que afuera hay gente que me apoya; si supiera que soy culpable, estaría hecha a la idea. Si las autoridades revisaran, no tendría que estar aquí”, afirma.

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Condena de Perla, un paso que familia de Luis puede celebrar

A través de un escrito publicado en la página de Internet del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia A.C., Luisa Ronzón, madre de Luis, asegura que la exigencia de justicia continuará a pesar de la sentencia condenatoria contra Perla.

Califica la sentencia condenatoria que recibió Perla de Jesús Hernández como “un paso que puedo celebrar”, sin embargo, asevera que su lucha por encontrar a su hijo no se detendrá.

“La Fiscalía ha logrado resarcir las deficiencias presentadas al inicio del caso, conduciendo una investigación sólida mediante diversas pruebas testimoniales de personas cercanas a Luis, de peritos y policías ministeriales que han sido presentados al órgano jurisdiccional. Estos testimonios han sido valorados, corroborados y considerados para lograr esta sentencia”, dice parte del documento.

De acuerdo con otra publicación de Luisa Ronzón en la misma página del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia A.C, se desahogaron alrededor de 26 órganos de prueba, por lo cual la sentencia condenatoria contra Perla no se basó de ninguna manera en suposiciones.

Lamenta que a través de redes sociales y en medios de comunicación se haya creado una campaña de ataques y de desprestigio contra ella, su familia y principalmente contra su hijo desaparecido, a quien, dice, tratan de criminalizar.

“A través de páginas de Facebook se ha denostado a mi familia y se ha cuestionado hasta la forma de crianza de Luis. Al respecto no hay más que decir que Luis debe estar presente para responder por las infracciones o errores que haya cometido, pero él sigue desaparecido. Cualquier opinión que lo culpabilice antes que pedir su presentación es un dolo vil y cruel”, expone.

Durante el proceso legal, Luisa Ronzón dijo que su familia fue atacada, amenazada, intimidada, señalada de ser influyentes, de comprar a las autoridades y de que es falso su dolor por la desaparición de Luis.

“Este caso no se ha dirimido ni seguirá su curso en medios ni redes sociales. Son los medios legales los que se tienen que hacer valer”, sentencia el comunicado.

En una entrevista que Luisa Ronzón concedió a medios de comunicación y de la cual e-consulta Veracruz publicó un extracto el jueves 13 de abril de 2023, la madre del joven desaparecido indicó que aún está pendiente saber dónde está su hijo y que también sean castigados los cómplices.

“Que no haya impunidad y procedan con apego a los derechos humanos, porque aquí es Luis, mi hijo el que ha sido afectado y al que le han sido violado sus derechos. Esto sigue, pues ella está sentenciada como partícipe en la desaparición; existen más personajes como el autor material, intelectual”, comenta.

Cárceles llenas de inocentes

De acuerdo con la abogada y presidenta de la Asociación Civil Justicia Proactiva Internacional, Gloria Saavedra López, el estado de Veracruz ocupa el segundo lugar nacional en corrupción dentro de las fiscalías y los juzgados.

Denunció que la causa de la corrupción en la entidad es el déficit de conocimiento en materia de Derecho por parte de los llamados operadores jurídicos y los pseudoabogados que representan a las víctimas o a los imputados.

“Se prestan al juego de las fiscalías, de ‘cuánto vale que me des la libertad’, ‘cuánto para que me sueltes a mi detenido’ y eso va entorpeciendo el proceso de la justicia”, declaró.

Para Gloria Saavedra López, la ignorancia por parte de los fiscales y la mala integración de las carpetas de investigación provocó que muchas personas inocentes se quedaran en la cárcel y que los verdaderos culpables estén libres.

“Integran mal las carpetas o dejan libres a los culpables, como violadores, a pesar de pruebas. Sí, hay corrupción, piden dinero y se les da dinero, no integran bien las carpetas y comienzan a obstaculizar el trabajo en defensa de las víctimas”, expresó.

La presidenta de la Asociación Civil Justicia Proactiva Internacional también reconoció que es real la fabricación de delitos por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz que encabeza Verónica Hernández Giadáns desde el 3 de septiembre de 2019.

 “Por supuesto, hay mucha fabricación de delitos, hay lo que llamamos víctimas falsas que cuando logramos en el proceso a través de los órganos de prueba demostrar que son víctimas falsas pues exigimos por supuesto la reparación del daño moral, pero, aunque lo exijamos, este proceso que pasa el imputado, que no lo es realmente y que es la víctima, pues si es tortuoso”.

Finalmente, indicó que, por su experiencia, sabe que solo los tribunales federales tienen la capacidad de revocar sentencias condenatorias cuando se comprueba que hubo deficiencias durante el proceso.

“El Poder Judicial federal realmente ha hecho un buen trabajo, casi nos colgamos de esa esperanza que son los únicos como tribunales constitucionales que pueden resolver”, aseveró.

Estudiar Derecho para ayudarlas

Perla cursaba la carrera de Turismo y Administración de Empresas en la Universidad del Valle de México (UVM) campus Veracruz, pero sus estudios quedaron truncados tras su reclusión en el penal de La Toma.

Ahora, su objetivo es estudiar la licenciatura en Derecho dentro de las instalaciones del CERESO, pues se enteró que hay una institución educativa que imparte clases a las mujeres privadas de la libertad.

- ¿Por qué estudiar Derecho?

Perla responde que solo a través de la carrera en Derecho, cuya duración es de tres años, podrá certificarse y defender a las mujeres que por deficiencias en el proceso o falta de un abogado bien capacitado terminaron privadas de la libertad en centros penitenciarios.

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En La Toma conoció infinidad de historias de mujeres que se dicen inocentes o que llevan años en prisión preventiva a la espera de una sentencia.

A través de la solicitud 301153923000564 hecha a la Plataforma Nacional de Transparencia, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) informó que actualmente 373 mujeres se encuentran en etapa de prisión preventiva dentro de penales del estado de Veracruz. En contraparte, solo 142 ciudadanas privadas de la libertad ya recibieron una sentencia condenatoria como en el caso de Perla.

La hora de visita concluyó, las custodias anuncian en voz alta que las y los visitantes de las mujeres reclusas deben salir del área de visitas. Es momento de irse. Nadia Hernández se despide de su hija con un abrazo y la promesa de volverse a ver el próximo domingo.