• Ecología

Caza y construcciones acaban con armadillo y mayacaste en el sur de Veracruz

  • Heidi Castellanos
La caza inmoderada y la falta de atención de las autoridades en proyectos benéficos para el medio ambiente acabaron con las especies

Jesús Carranza, Ver.- “Cuando llegué a vivir a Jesús Carranza hace como 13 años, todavía me tocó ver el mayacaste, ahorita lo buscas y ya no hay, se fue acabando y no nos dimos cuenta”, recuerda Liliana Pablo

Tanto el camarón de río como el armadillo son animales que comúnmente se veían en la zona sur de Veracruz, sin embargo, la caza inmoderada y la falta de atención de las autoridades en proyectos benéficos para el medio ambiente acabaron con ellos, según Juan Manuel Quintero Soto.

El biólogo y catedrático de la Universidad Veracruzana (UV) campus Coatzacoalcos asegura que no solo esas especies fueron afectadas “por la mano del hombre”, sino también el oso hormiguero, los mapaches, reptiles y aves que ya no encuentran árboles para anidar, por la pérdida de biodiversidad y el crecimiento poblacional.

“El asunto del calor, hay quienes dirán que es el cambio climático que no es más que el calentamiento global y tiene muchos orígenes y principalmente tiene que ver con la pérdida de biodiversidad y tiene que ver con el crecimiento poblacional que a su vez deja alta demanda de servicios, alimentos, espacios y más.

Tanto la industria como las unidades habitacionales requieren espacios y donde los obtenemos más que a lado de donde estamos y lo primero que hacemos es deforestar y al hacer el cambio de uso de suelo pues genera problemas”, explica.

¿CUÁNDO COMENZÓ LA EXTINCIÓN?

El profesor de Ingeniería Ambiental, Juan Manuel Quintero Soto, afirma que el camino a la extinción del armadillo se debe a la caza inmoderada, mientras que la del mayacaste o camarón de río es por el ciclo de vida de manglares que ya no existen por la depredación, debido a la construcción de espacios para muelles, unidades habitacionales, agricultura, ganadería y más.

Según el experto, la extinción de especies inició desde los años 60 y 70 y siguió conforme el paso del tiempo pese a las cumbres y agendas estipuladas para revertir el problema. Agregó que la realidad es que no se está haciendo lo suficiente.

“De recursos es otra cuestión que se debe ver a niveles de municipio, estos tienen asegurados montos para la operación de su municipio, pero no para proyectos, la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) ha generado estrategia junto a municipales, ambientales o de medio ambiente y el tema es que no se les da seguimiento”, expone.

ISLA DE CALOR

Juan Manuel Quintero Soto, también presidente de la asociación Limbo Ambientalistas, señala que se perdió la armonía en asunto de servicios y producción, que los calores aumentarán, el agua escaseará y se seguirán perdiendo bosques.

Asegura que sí hay alternativas, pero que la ciudadanía debe tomar un papel activo y participativo para contribuir al cuidado del medio ambiente y conservación de la flora y fauna. 

En las zonas rurales también hay deforestación y hace calor, reconoce. Afirma que en las zonas urbanas o ciudades es donde hay más asfalto, por ello se les conoce como “islas de calor” y, sumado al asunto de la pérdida de biodiversidad en la zona, se pierde esa organización productiva.

Menciona que pese a que existen foros y comités del medio ambiente, nada va a funcionar mientras no haya trabajo colectivo entre los municipios para poder rescatar no solo cada ciudad, sino a la región en conjunto.

“Hemos deforestado de forma alarmante, hemos fraccionado los ejidos de forma alarmante, como asociación hemos participado en foros, comités de medio ambiente y pareciera que están solo para la fotografía, no hay trabajo colectivo”, concluye.