Actopan, Ver.- Mientras Hermenegildo Martínez Aguilar, presidente del Consejo de Vigilancia de la Cooperativa Farallón - El Llano, camina por la orilla de la Laguna del Farallón, no puede creer lo que ve.

Cuenta uno, dos, tres… hasta llegar a 15. Ve 15 patos buzos muertos en la orilla. Algunos ya están casi en los huesos, otros ni siquiera comienzan a oler mal; recién acaban de morir. 

La pregunta es ¿por qué? Hermenegildo observa también algunas mojarras muertas, justo alrededor de los cuerpos de los patos. Toma su teléfono y marca a su contacto en la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) de Veracruz. No le responde.

Mira a su alrededor y pregunta “¿Qué hago? Esto es preocupante, debemos saber qué les pasó ¿qué tal si el agua está envenenada?”

Eso sería una lápida para todo el sector pesquero de la Laguna El Farallón, en Actopan, Veracruz, que recién comienza a recuperarse tras dos años de estiaje que dejaron la laguna totalmente seca. Solo había tierra y erosión.

A través de algunas medidas tomadas por la Secretaría de Medio Ambiente, que incluyeron rehabilitar los canales pluviales de la zona, para asegurarse que estuvieran conectados a la laguna, y de los esfuerzos de los pescadores, la Laguna del Farallón vuelve a tener agua.

De las 65 hectáreas que aproximadamente forman esta laguna, Hermenegildo cree que al menos en 35 de ellas ya hay agua. Todavía no es muy profunda. Calcula que tienen cuando mucho un metro de profundidad.

“Pero esto nos ha permitido retomar la actividad, nosotros con nuestro dinero, todos los pescadores cooperamos, compramos alevines, y los venimos a echar a la laguna, compramos como 10 mil, y pues eso tiene como ocho meses ya, y mire, ya se puede pescar”, expresa mientras una sonrisa aparece en su rostro.

A lo lejos, se observa a uno de sus compañeros con una red al hombro. La lanza una y otra vez y coloca los peces que atrapa en una malla.

Hermenegildo recuerda cómo hace un par de semanas los pescadores realizaron una faena para retirar toda la maleza de la laguna, de alrededor de los arbolitos que sembraron hace unos meses, después de que se los donara el gobierno estatal. 

Cuando terminaron de cortar, uno de ellos propuso comer unos pescados asados y entraron a la laguna, pescaron y aseguraron una buena comida ese día.

Los pescadores señalaron que aún falta un proyecto, tal vez el más importante en torno a la recuperación de la laguna. Se trata de unir un arroyo con la Laguna Farallón, a través de una tubería que deberá recorrer alrededor de tres kilómetros.

“Este arroyo está desperdiciado porque va directamente al mar, entonces podríamos aprovecharlo”, dice.

Fue la sobreexplotación de este afluente lo que ocasionó que, acompañado por sequía severa, quedara prácticamente seco durante dos años. Los pescadores insisten en que las autoridades deben de comprometerse, tal como lo están ellos, para continuar rescatando la laguna y evitar que haya contaminantes.