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Buque Guanajuato: el museo flotante en Boca del Río que hoy es chatarra

  • Iraís García
Actualmente trabajan para desarmarlo y retirarlo del lugar

Boca del Río, Ver.- El esqueleto del Buque Guanajuato sigue en la bocana del Río Jamapa, justo frente a la Plaza Banderas, en el municipio de Boca del Río, su casco, enterrado en la arena que desde hace años lo comenzó a absorber, como si se tratara de arenas movedizas. 

El ambiente alrededor del buque huele a humedad, a viejo, a madera podrida. Luego llega el olor de la soldadura, que viene de los trabajos que hacen un grupo de hombres para poder reducir este buque que sirvió en la Segunda Guerra Mundial, a escombro.

Este proceso no será rápido, los trabajadores en una plática casual, comentaron que tardarán 3 ó 4 meses en lograrlo. 

Vestidos con overoles naranjas, golpean una y otra vez el interior del buque, los camarotes, el comedor, la sala de juntas, todo ha sido desmantelado; se pueden ver los excusados ya colocados en la cubierta, listos para ser removidos. 

Unos más están dedicados a cortar enormes trozos de metal con un soplete, la tarea les lleva un buen rato, deben hacer descansos, hasta que se escucha el sonido sordo de la placa de metal caer al suelo, seguido de un “¡Eso!”, de celebración, tras al fin lograr separar estas dos enormes placas de metal.

Pero no todo lo han retirado ellos; los trabajadores cuentan que tuvieron un periodo de descanso de cerca de un mes y medio, en donde no estuvieron llamados a trabajar, y durante ese tiempo el buque se quedó sin vigilancia.

“Pues nos ayudaron los ladrones la verdad, esa gente se metió, cómo, quién sabe, pero se metieron y se llevaron todo lo de bronce, eran muchas cosas, todo lo desvalijaron y se lo llevaron, no queda nada”, explica uno de ellos.

Fue en noviembre de 2022 cuando se dijo que había iniciado el retiro del buque Guanajuato, pero es ahora, casi siete meses después, cuando ya se ve avance.

En 1932 la Armada de México realizó grandes inversiones para recomponer su flota. Uno de los buques que encargó, fue el  Guanajuato del tipo cañonero. Contaba con un cañón principal; del cual actualmente solo queda la base y el agujero donde estaba montado; varias ametralladoras y armamento antiaéreo. 

Fue construido en los astilleros de Cádiz y de Ferrol de la Sociedad Española de Construcción Naval (S.E.C.N.) de España. Durante la Segunda Guerra Mundial, México aceptó ayudar a los aliados, para ello envió a varios buques, entre ellos el Guanajuato, a escoltar a los petroleros que circulaban entre el país y Estados Unidos. Para ello  los dotó con nuevas piezas de 20 milímetros y 2 varaderos para el lanzamiento de cargas de profundidad.

Después de la guerra, el buque comenzó a cumplir otras tareas, de patrullaje y posteriormente de escuela para los cadetes de la Heróica Escuela Naval. Para ello solo se modernizó su sistema de comunicaciones y electrónica.

El Guanajuato sobrevivió a los otros dos buques “hermanos” que la SEMAR encargó juntos; mientras que en 1975 Potosí y Querétaro dejaron de prestar servicio. El cañonero Guanajuato  navegó hasta 1997.

En el 2001 se retiró de servicio y en 2007 fue donada al puerto de Veracruz y reconvertida en un buque museo flotante. Era uno de los pocos en América Latina y atrajo a miles de turistas a visitarlo durante el tiempo que estuvo funcionado.

Su estructura fue modificada para dar cabida a un restaurante que era otro atractivo para los turistas. De todo ello, ya solo quedan ruinas.

La empresa que obtuvo la concesión, Sociedad Ecológica Aqua, Terra Ventus SC, no cumplió con el mantenimiento debido para un buque de semejantes dimensiones.

La corrosión comenzó a apoderarse del Cañonero Guanajuato, justo debajo de su línea de flotación.

Poco a poco comenzó a inclinarse por la popa, casi dos metros, el agua y arena comenzaron a ingresar, y quedó totalmente encallado. 

En varias ocasiones se habló de proyectos para restaurarlo, sin embargo, implicaba una inversión millonaria, que nadie estuvo dispuesto a erogar. Los años pasaron, el daño se volvió irreversible.

Ahora una grúa intenta levantar una pesada máquina del interior del buque, pareciera que le arrancaran algo vital, de a poco, pedazos de historia ahora han quedado reducidos a desecho. Uno que pesa varias toneladas y será vendido como fierro.