Xalapa, Ver.- Hay un dicho en la gastronomía: todo lo que se arrastra, corre y vuela va directamente a la cazuela, dice Mario Piñón, del negocio Melbugs, la novedad durante el Día del Taco en la plaza gastronómica de San José, en la ciudad de Xalapa.

Mario Piñón vende tacos de insectos y este viernes 31 de marzo hizo demostraciones en la zona de San José para preparar el taco de chapulines, que lleva un nopal, cebolla asada, salsa con gusano de maguey u hormigas chicatanas.

No se arrepentirá de haberlo probado”, dice Mario mientras prepara la salsa que acompañará al taco que, por ser de chapulines se siente crujiente en el paladar y cuyo precio es de 50 peso.
Melbugs, negocio de entomofagia, que es el consumo de insectos, lleva ya seis años; la idea surgió para innovar y que la gente vuelva a comer los bichos. El sábado 1 de abril también pondrá a la venta el taco de cucaracha de Madagascar.

“Es un reto tanto para mí como para la gente de venirlo a probar porque no cualquier se atreve a comer una cucaracha”, explica consciente de que las cucarachas son una plaga y generadores de enfermedades, sin embargo, Mario se encarga de criar a las cucarachas para consumo humano.

De acuerdo con el taquero de Melbugs, son insectos ricos para en micronutrientes como vitamina B, magnesio, calcio y contienen probióticos que ayudan a la digestión.

En México existen 549 insectos comestibles, de los cuales se consumen cinco: chapulín, escamol, chicatana, gusano blanco y rojo de maguey. También se pueden comer las abejas, avispas, libélulas y cigarras, por mencionar algunos.

Para que la gente consuma estos alimentos ha costado trabajo “porque tienen miedo, pero lo que les digo que su miedo tiene sabor, su miedo es crocante, les preparamos su miedo en la forma que lo puedan consumir”, comenta.

Mario Piñón bromea con que los insectos son como los hombres feos, “tienes que cerrar los ojos para que te los puedas comer” y que los bichos no sean juzgados por su apariencia, sino por su sabor.

Para hacer un taco de cucaracha, el insecto primero se congela, después se hierve en agua y posteriormente se pasa al horno. Finalmente, a la deshidratación para eliminar posibles bacterias.