• Xalapa

Creer en la palabra hasta morir: María Esther Hernández Palacios

  • Juan Eduardo Flores Mateos
La investigadora falleció el 12 de marzo de 2023; el periodista Juan Mateos la entrevistó en 2011 en Xalapa

Xalapa, Veracruz.- El día 8 de junio de 2010, la profesora de la Facultad de Letras Españolas, María Esther Hernández Palacios recibió el golpe más duro de toda su vida, el asesinato de su hija Irene Méndez, a manos de desconocidos en la calle Cayetano Rodríguez de la ciudad de Xalapa.

Un día después de elevento, su esposo, el joven empresario Fouad Hakim amaneció ultimado a orillas del río Sedeño de Banderilla, secuestrado también el 8 de junio. Ese mismo día, 9 de Junio, Fidel Herrera declaró que el crimen no quedaría impune, y a más de un año de este acontecimiento, no se ha podido cotejar la manzana de la discordia: impunidad.

Entrevistada en el centro de la ciudad en julio de 2011, la también poeta e investigadora reafirmó su postura a favor de la palabra y repudió totalmente la estrategia de Felipe Calderón, que ha dejado daños colaterales y más de cincuenta mil muertos hasta entonces (más de 350 mil de acuerdo al último conteo). Pese a todo, dijo que hay que creer en la palabra hasta morir, porque es lo que único que nos define como humanos y nos salva como especie.

Como fomentadora de la palabra, ¿usted como definiría esta “guerra” que ha dejado más de cincuenta mil muertos?

Como fomentadora de la palabra, como madre mutilada, como ciudadana me parece totalmente atroz, me parece una tragedia, una desgracia que hayamos podido llegar a este nivel de violencia, a esta cantidad de muertos, realmente el país ha caído en un hoyo enorme del que veo difícil la manera de poder recuperar los niveles por lo menos, de seguridad. Si bien había impunidad, los derechos humanos nunca habían sido respetados del todo, pero el descenso, el nivel que hemos alcanzado me parece brutal, inconcebible y creo pese a todo, la palabra sigue funcionando, es una posibilidad de búsqueda de invención de espacios, una herramienta, una escalera para salir del hoyo en el que estamos.

El lunes (julio de 2011), el director del Consejo de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré declaraba que la sociedad no quiere detener la lucha, que a la sociedad le gustaría mejores resultados.

¿Cree que sea posible lograrlo?

Queremos mejores resultados, pero es obvio que con esta lucha no se han encontrado, esta lucha no fue la estrategia correcta, no sé a quien se refiera con la sociedad, Poiré. No todo mundo debe estar de acuerdo con lo que yo pienso, y otras personas que se que piensan como yo, y defendemos, que somos muchas. Pero que un funcionario hable en torno a la sociedad, en todo caso si quieren tener los pelos en la mano, podrían hacer una consulta pública, un referéndum y preguntarle a la sociedad, al pueblo mexicano si en realidad quiere esta lucha o no lo quiere.

Usted hablaba de la palabra quizá como un artificio para defendernos, ¿usted cree que a la palabra se le pueda meter en una batalla contra la pólvora?

No creo que la palabra directamente. La palabra poética no te va a servir si tienes un sicario por la espalda, porque además asesinan por la espalda. No te va a ver, ni te va a escuchar. No es un artificio ni un artilugio, es en todo caso una herramienta que nos puede seguir manteniendo de pie para poder pensar, actuar, que nos puede dar fuerza, nos puede dar cimiento. Y lo creo, mi concepción de la palabra poética tiene que ver con el origen del ser humano, con el desarrollo de nuestro inconsciente y tiene que ver de cerca con todo lo que hemos construido como especie para seguir vivos. Y no sólo hemos logrado salir de circunstancias iguales a las que vivimos  sino peores. Seguimos en pie, seguimos teniendo esperanza frente pese a todo, también gracias a la palabra poética.

En aspectos generales, ¿usted cree que la sociedad mexicana actual cree en la palabra o que quizá la violencia nos ha superado en tiempo y forma y sea motivo para que esta haya dejado de creer?
La palabra poética está ahí, te des cuenta o no te des cuenta. No sólo está en los libros de poesía que no se venden, y que evidentemente sería absurdo que yo pensara que la palabra que está en las librerías o bibliotecas es la que nos sostiene. Nos sostiene la palabra que te cantaron de pequeño, el verso que aprendiste en el kínder y todo lo que se ha construido, la literatura y el arte.  El arte en general. La palabra poética es la columna vertebral, la esencia del arte. Es el arte el que nos ha dado el rumbo el que antes estrechamente ligado al rito de la religión lo que ha podido trascendernos uno a uno y construir algo en común y eso si nos sigue ayudando. No es el verso de Octavio Paz tal, aunque puede ser también porque es una forma, también forma de esta cadena. Una manera de pensar la poesía como esencia del arte en este sentido.

Usted habla del arte y la palabra poética, pero ¿no cree que hay gente que ha carecido estas manifestaciones en su vida?

Estamos acostumbrados a pensar en el arte como la alta cultura y el poema de Paz. El arte también es el canto en la noche, duérmete mi niño, duérmete ya que ya viene el coco. Estoy convencida de que nacemos ya con un bagaje cultural, que ya existe y es parte de nuestros  sueños, y de la forma en que nos imaginamos las cosas. Claro que habrá gente que tenga menos relación, pero por ejemplo, pensemos el sur de nuestro estado. Un lugar donde la palabra poética vive en la calle, en la noche, en los fandangos. El son jarocho por ejemplo, es un espacio, un género que vive y reconstruye de manera constante. No se necesita ser una persona letrada, y este no es un espacio privilegiado para los cultillos mexicanos.

¿Ha tenido el Presidente Felipe Calderón de frente?

Sólo una vez cuando fui directora del IVEC hace tiempo, pero ahora no y ni quiero tenerlo, no tengo ganas de verlo. Yo no creo en el Presidente.

¿Qué le diría al Presidente si lo tuviese enfrente?

Híjole. Creo le diría cosas muy feas. Yo no tengo…lo detesto. Como ser humano le tengo respeto a un ser vivo, pero como político, como dirigente de nuestro país me parece verdaderamente detestable.

Xalapa hace diez años, Xalapa hoy. ¿la diferencia?

Es otra ciudad. Secuestraron el país. Estamos dentro del país, dentro del estado, bueno se dice que en este momento la ciudad más segura es la ciudad de México. Resulta una paradoja e increíble que la ciudad con más índice de violencia sea la más segura. La violencia cotidiana a la violencia de la guerra contra el narco dejando como un juego de niños estos índices.

A más de un año del caso Hakim, ¿qué ha pasado?

Pues no hay ninguna respuesta. Yo ahí soy un daño colateral, del daño colateral.
El nueve de junio, Fidel Herrera declaró que el crimen no quedaría impune.
Pues es una de tantas declaraciones hechas por funcionarios de todos los niveles que no se han cumplido. La impunidad es lo que gobierna. Leí en el periódico hace dos días, no recuerdo en cuál, que hay una estadística que del 98 por ciento de los cincuenta mil muertos no saben el por qué.

La marcha de Sicilia, ¿catarsis o medio para un fin?

Yo creo que la marcha de Sicilia permitió que el país visualizará a la gente, a los deudos que como yo que se vio implicada en este horror de muerte y sangre en el que vivimos. Nos sirvió para vernos, para sentirnos, no solamente para compartir nuestro dolor sino sentir que la fuerza pueda emanar de nuestro dolor. Sirvió también para que la sociedad nos viera y se viera en nuestros ojos. Evidentemente que sirvió como un termómetro para medir el nivel de respuesta de la sociedad. Éramos muchísimos, como 250 mil aproximadamente.

Hay gente que dijo que éramos mucho más. Pero desde que salimos de Ciudad Universitaria había gente en las calles, una barrera, extraordinario y cuando fuimos acercándonos al centro, la gente salía de sus casas con banderitas blancas y gritaban. Esta sensación de solidaridad con nosotros fue como un bálsamo. Desde que salimos de CU hasta el zócalo, era una columna de lado y lado, nos daban agua, naranjas, sándwiches, en algunos lugares hicimos stop y pudimos sentir.

¿Nunca sintieron amordazamiento? ¿O aquí en Xalapa? ¿Hostigada por el gobierno?

Nunca he sido o sentido hostigada. No te diré que no he tenido miedo, sí he tenido miedo. Una situación como la que hemos vivido, un deudo de cincuenta mil por lo menos, pues también los padres de los criminales sienten, pues no son de plástico, los migrantes y toda esta gente de esta patria enrojecida. Afortunadamente hasta la fecha no he sido amenazada, y ni quiero. Pero sí siento miedo.

Retomando lo de Sicilia, ¿cree que el diálogo en el Castillo de Chapultepec haya servido de algo?

Yo sigo dándole vueltas al asunto. Sigo leyendo y reflexionando sobre esto. Creo que tiene razón que su actitud es coherente con él mismo. Lo entiendo y lo respeto. Lo admiro y lo aprecio. Creo que desde su cosmovisión y su práctica religiosa, él tiene razones para ser cómo es. Yo creo que es un grano luminoso, un peso enorme, el peso de la palabra.

¿Usted aplaudiría este acto donde abraza al presidente?

Yo no hubiese podido abrazar al presidente. Entiendo que Sicilia buscó en el presidente su esencia humana, esa esencia que respeto. Aunque parezca siciliana, no le deseo la muerte a Felipe Calderón ni a nadie. Yo no respeto a Felipe Calderón, salvo ese respeto de humano-humano. Todo lo que ha hecho, yo no podría respetarlo.

Para finalizar ¿Creer en la palabra hasta cuándo?

Hasta morir. La palabra no nos va a salvar, nos ha salvado. Es lo que nos hace humanos. Si yo quisiera me hubiera jubilado, llevo más de 30 años dando clases, pero creo es ahora que necesitamos la palabra más que nunca, sobre todo en los jóvenes, se necesita, lo necesitamos, por eso aquí sigo.
María Esther Hernández Palacios falleció el domingo 12 de marzo de 2023.