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“Mi hija no se fue con el novio, me la levantaron”

  • Miguel Ángel León Carmona
Paola Hernández y su novio, José Olguín, fueron plagiados el pasado 16 de junio en Río Blanco; sus familias claman ayuda para encontrarlos

Xalapa, Ver. – Paola Itaí Hernández, de 21 años, desapareció hace 5 en días el municipio de Río Blanco. Su madre, Yadira, se había prometido no revelar datos que comprometieran la investigación, pero en redes sociales el caso de su hija ha desatado burlas de cuentas anónimas que sugieren una ausencia voluntaria. “Seguro se fue con el novio”.

 

 

La mujer relata desde el teléfono lo que ocurrió el pasado jueves 16 de junio. Paola y su novio, José Francisco Olguín Carrera, decidieron quedarse en casa porque afuera caía una tormenta. Conversaban de cosas banales cuando, personas con armas largas irrumpieron en el domicilio. Eran aproximadamente las nueve de la noche.

Ambos fueron sustraídos con violencia a punta de pistola. No hubo tiempo para mediar palabras. La escena fue presenciada por Yadira García y su nieta de 4 años que hoy pregunta con insistencia por su mamá. Hubo vecinos que pidieron apoyo de policías, hubo rondines en la región montañosa de Veracruz, pero el rastro de la pareja se esfumó.

 

 

“Es frustrante ver comentarios en las redes. Mi hija y su novio no se fueron de luna de miel ni se fugaron. A Paola me la levantaron y por eso hoy pido a las autoridades y a la gente que me ayuden a encontrarla”, dice sacudida por la zozobra.

 

La privación de la libertad de la pareja se cometió en un lugar céntrico de Río Blanco, municipio que desde 2019 es resguardado por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). Sin embargo, pese a numerosos patrullajes en barrios populares y colonias, una frase comienza a replicarse entre vecinos. “Se están volviendo a robar muchachos”.

Paola Hernández, madre soltera y ama de casa, portaba el día de su plagio un pantalón de mezclilla azul rey, playera negra con un escudo rosado y botas mineras en tonos grises. Es de piel morena clara, mide 1.72 metros, su cabello es largo, lacio y castaño. La joven tiene un tatuaje en el antebrazo izquierdo en forma de dragón, otro en la clavícula, y un lunar en la sien. Su ficha fue emitida por la Comisión Estatal de Búsqueda.

 

 

José Olguín Carrera, tiene 30 años y hasta antes de su desaparición trabajaba en un almacén del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Río Blanco. Usa anteojos, mide 1.70 metros, su cabello es lacio corto y entrecano. Viste un pantalón de mezclilla y una camisa blanca.

El caso de Paola Hernández se ha viralizado en redes sociales. Ello ha traído mensajes de ánimo a la familia, pero también burlas y extorsiones. “El domingo pasado me contactaron por Facebook y me pidieron dinero a cambio de darme una videollamada con mi hija. Yo hice dos depósitos y todo terminó siendo mentira. No puedo creer que haya gente tan maldita”, lamenta la madre.  

Yadira, no obstante, aprovecha la entrevista para dirigirse a las personas que tienen a Paola. Asegura que no quiere problemas ni saber sus identidades. “Ella es una vida muy joven y tiene una hija y una familia que la espera. No sean inhumanos”, dice sacudida por la zozobra.

Familiares de Paola y José han montado protestas en municipios conurbados de Río Blanco. Este 21 de junio cerraron la carretera principal de Nogales para exigir a las autoridades que los encuentren con vida. Sin embargo, los días avanzan y conforme Yadira García indaga sobre la desaparición de su hija, se topa con una realidad que la sofoca: su caso no es el único.

 

 

Raúl Huar, otro joven desaparecido en Río Blanco

Al caso de Paola Hernández y José Carrera se suma la desaparición de Raúl Huar Morales, un joven de 19 años que fue visto por última vez con vida el pasado 27 de mayo en la colonia Paseos de Tenango.

 

Su madre reconoce que el joven tenía problema de adicción y que desde hace cinco meses se marchó de su casa. Raúl también fue diagnosticado con Trastorno de Déficit de Atención (TDA), y solía pedir dinero en autobuses de la región.

 

“Mi hijo suele ausentarse por temporadas. A veces se sube a los camiones y llega a Tehuacán, Puebla o al puerto de Veracruz, pero nunca dejaba de reportarse. Buscaba conectarse en algún cíber y me decía dónde andaba. Por eso ahora estoy preocupada y no he parado en Salir a buscarlo a las calles” cuenta.

 

La ficha de búsqueda de Raúl Huar Morales refiere que su desaparición ocurrió el 26 de mayo de 2022, sin embargo, un familiar suyo logró verlo caminar por la colonia Paseos de Tenango y desde entonces no ha sido localizado.

El joven vestía un pants color azul marino, sandalias tipo Crocs y camisa gris. Tiene un tatuaje que le cubre desde su muñeca hasta el antebrazo izquierdo con la leyenda “Cachi”, su apodo.

 

 

Raúl Huar, Paola Hernández y Francisco Olguín, desaparecieron en la región del Valle de Orizaba, que entre abril de 2019 y julio de 2021, sumó al menos 30 desapariciones. Las víctimas son comerciantes, petroleros, empresarios y promotores de la salud; también hay abogados y choferes de autobuses. Todos los casos se dieron en contextos de violencia en los municipios de Río Blanco, Nogales, Camerino Z. Mendoza, Rafael Delgado, Orizaba e Ixtaczoquitlán

Sobre estas personas, 26 hombres y cuatro mujeres, hay pocas pistas; una de ellas es un cementerio clandestino encontrado en el año de 2021 en la comunidad de Campo Grande, en Ixtaczoquitlán. En un año de trabajo 52 cuerpos ya fueron desenterrados. “La mayoría son cadáveres recientes”, contaron activistas que han palpado y olido esos terrenos.

En Río Blanco, el 4 de mayo de 2018, integrantes del colectivo Familiares de Desaparecidos Orizaba-Córdoba hallaron tres cuerpos -dos hombres y una mujer decapitados- enterrados en un predio conocido como Los Arenales. Ese hallazgo, en las faldas de un cerro, fue el primero de un total de 16 exhumaciones.

 

 

fp